Hazlo mal, pero hazlo. Solo un gamberro se atrevería.

Por alguna razón inexplicable, a veces pensamos que tenemos que hacer las cosas perfectas y, si no, pues no merece la pena ponerse manos a la obra. Ese perfeccionismo castrante nos llena de miedos y provoca que nos caguemos vivos y ni siquiera nos atrevamos a empezar. A veces pienso en qué se basa ese maldito nivel de autoexigencia y, sobre todo, adónde nos lleva. Quizá responde a otro miedo, que no es otro que el relacionado con las críticas que puedan hacer los demás.

Seas o no un escritor gamberro, o lo que quieras ser en tu vida, sí que creo que el mayor error que cometemos es no intentar algo. Cuántas oportunidades dejamos pasar por el miedo al fracaso. La realidad es que, cuando no hacemos ni siquiera el intento, los únicos que salimos perdiendo somos nosotros mismos, que nos dejamos vencer por nuestros miedos.

[image error]Pexels.com" data-medium-file="https://arielzorion.com/wp-content/up..." data-large-file="https://arielzorion.com/wp-content/up..." src="https://arielzorion.com/wp-content/up..." alt="" class="wp-image-6613" />Photo by Markus Winkler on Pexels.com

Esperar a que todo salga perfecto es solo una utopía, una ingenuidad absurda, puesto que el error forma parte de la condición de ser humano. Somos seres con imperfecciones y, como tales, cometemos equivocaciones. Ser falibles está en nuestra naturaleza y hay que asumirlo. Otra cosa es que todo nos valga y no nos exijamos ni tratemos de hacerlo mejor. No es eso lo que quiero decir. Da lo mejor de ti mismo siempre que sea posible, pero no te deprimas si el resultado no es el esperado. Quizá la próxima vez te salga mejor.

La gente exitosa no suele hablar de los errores que cometieron antes de llegar a la cima, pero la realidad es que no hay duda de que fueron muchos y variados. Nadie nace sabiendo, aunque algunos privilegiados tengan la capacidad innata de lograr cotas más altas de desempeño con mayor facilidad. No conozco a nadie que no haya cometido equivocaciones, ¿y tú? Y no te fíes de quien diga lo contrario. Puede que estés ante alguien muy vanidoso o, quién sabe, con una autoestima demasiado delicada como para reconocerlo.

[image error]Pexels.com" data-medium-file="https://arielzorion.com/wp-content/up..." data-large-file="https://arielzorion.com/wp-content/up..." src="https://arielzorion.com/wp-content/up..." alt="" class="wp-image-6612" />Photo by KATRIN BOLOVTSOVA on Pexels.com

Puedes esperar a que las condiciones sean ideales y decirte «venga va, mañana empiezo que seguro que será mejor», pero no es lo más inteligente. Es como esperar a que tu gato aprenda a hablar. El momento ideal es justo ahora. Cada día que pasa se convierte en una oportunidad desperdiciada y, por si no lo sabes, la vida transcurre demasiado deprisa como para desaprovecharla.

¿Qué vas a elegir?

¿Quedarte parado mientras ves que otros consiguen sus objetivos o vas a sacar pecho y creer en ti?

Solo tú puedes decidir.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on July 14, 2025 03:48
No comments have been added yet.