Una historia tan sencilla como bella. Completa. En un papel escrita.
Palabras leídas por ojos verdes, azules, marrones y ciegos.
Miradas que leen lo que no está escrito.
Deciden que la moraleja de esa historia, tan compleja como bella, es el miedo.
Y el miedo les lleva al odio, al ataque, a la frustración y al orgullo por defender lo suyo.
Un ataque teñido de defensa y victimismo. Un ataque que calma el miedo durante un breve instante en el que se nos permite tomar aliento para, después, volver a temblar ante la lectura corrupta por los ojos de otros, llenos de vanidad y codicia. De interés.
Las manos de los inocentes retuercen el papel con rabia, y esa historia, tan sencilla como bella, se rompe en mil pedazos, para transformarse en caos.
Y cada pedazo es incapaz de encontrar su lugar, como las personas que lo rompieron, porque sin el todo, esos trocitos de palabras quebradas serán nada.
Iván Hernández, Junio 2014
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Hay perfiles psicológicos de personas cercanas tan complejas, que me han llevado años conocerlas.
No sé si el blog hace referencia a esos comportamientos humanos para mí,también, indescifrables.