Cronenberg Quotes

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J.G. Ballard
“Geometry of Guilt. Later, when the studio was deserted, Dr Nathan saw Talbert standing on the roof of the maze, surveying the contours of the sloping basin below. His dark-skinned face resembled that of a pensive architect. Once again Karen Novotny had died, Talbert’s fears and obsessions mimetized in her alternate death. Dr Nathan decided not to speak to him. His own identity would seem little more than a summary of postures, the geometry of an accusation.

Exposed Placenta. The following week, when Dr Nathan returned, Talbert had not moved. He sat on the edge of the water-filled basin, staring into the lucid depths of that exposed placenta. His emaciated figure was by now little more than a collection of tatters. After watching him for half an hour Dr Nathan walked back to his car.”
J.G. Ballard, The Atrocity Exhibition

Elias Canetti
“Instintivamente tengo simpatía por todos los experimentos Y por todos los que los hacen. ¿Por qué? Porque tienen el empeño de colocarse en un punto inicial como si antes no hubiera ocurrido nada. Porque el experimento es consecuencia de un talante especial: uno piensa que todo lo que hace es importante. Porque, de un modo repentino, importa el individuo humano, cualquiera que desee poner en práctica una idea y la tome sobre sus espaldas. Porque los experimentos requieren tesón y además dos cualidades que, en su combinación, son las más importantes: resistencia y paciencia.
Instintivamente siento desconfianza frente a todos los experimentadores. ¿Por qué? Porque van en busca del éxito y quieren imponerse. A menudo se ve que la carga que han tirado les era completamente desconocida; quieren llegar a la cumbre con menos equipaje, es decir con menos esfuerzo. Aceptan a cualquier aliado; se muestran comprensivos ante la estructura del poder del mundo - tal como la encuentran - y, de un modo indiscriminado, para propagar su experimento, utilizan todo aquello que no llega al ámbito más reducido de éste. Independientemente de qué sea aquello de lo que han prescindido para alcanzar lo nuevo, he aquí que, de repente, se encuentran otra vez con lo que han dejado, como si fuera su arma. A menudo viven en grupúsculos, forman capillitas, piensan, calculan, administran. El contraste entre sus verdaderos propósitos y su modo de comportarse entre los demás clama venganza al cielo. Insisten en este contraste; tienen que hacerlo porque cualquier compromiso que intentara equilibrar los dos aspectos de su existencia sería el fin de su experimento como tal.
Pero ¿qué van a hacer? ¿Qué se puede esperar de este mundo? Su experimento quiere vivir, ¿van ellos a morir de hambre? De entre ellos, los que han nacido para mártires son los menos. La resistencia la practican en un terreno acotado y muy reducido, y es muy posible que el resto de su persona permanezca completamente incólume. Cuando se juntan con otros, piensan que éstos los entienden y están buscando lo mismo; también aquéllos imitan a éstos y de ahí es de donde se nutre su resistencia.
Lo que se espera de ellos corresponde a un postulado ascético y a menudo no tiene que ver lo más mínimo con lo nuevo que ellos intentan encontrar. En el fondo lo que la gente desea es que enloquezcan con su experimento y que al final acaben fracasando.
Luego, cuando estén locos o hayan muerto, es decir, cuando ya no sean un estorbo, puede que a los otros se les ocurra lo que ellos han hecho y lo exploten. No hay que darles excesiva importancia a estos imitadores; son gente que se aprovecha de lo que los otros inventaron en cierta ocasión; sin embargo, en definitiva, nosotros hacemos lo mismo.
Por esto, lo que uno desea es la pureza del experimento, su rigor, su aislamiento de todo lo que no sea él. Sólo entonces se cree en él; se quiere un experimento que no tenga historia. Los inventores y los santos se han fundido en un solo personaje.
Es posible que este híbrido que el hombre desea sea un monstruo, un engendro de una época en la que las religiones están en quiebra. Pero es posible también que lo único que necesitamos sea este personaje.
Estructuras por todas partes; el antisueño contra la destrucción.”
Elias Canetti, The Human Province