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Modestia Quotes

Quotes tagged as "modestia" Showing 1-7 of 7
Orhan Pamuk
“Mi ignorancia hacía mi victoria aún más insoportable, pero mi modestia y mi vergüenza aliviaban mis culpas. ”
Orhan Pamuk, The Black Book

Miguel de Cervantes Saavedra
“Llaneza, Sancho, que toda afectación es mala.”
Miguel de Cervantes Saavedra

Jane Austen
“Está tan bien dotada por la modestia, que lo que en ella es natural, sería exagerado en otra.”
Jane Austen, Persuasion

“Një Kirurg modest është një Kirurg i madh.”
Dr. Agon Bislimi

Javier Negrete
“Desde muy joven había comprobado que la mayoría de la gente quiere aparentar más poder del que tiene y más conocimiento del que posee. Una fórmula segura para el éxito a corto plazo y el fracaso a la larga. Era mucho mejor lo contrario, pues, como rezaba un viejo proverbio: Las orejas son mejores maestras que la boca.”
Javier Negrete, Salamina

Mario Benedetti
“Pero con ella instalada en mi existencia, yo no habrá soledad. Es decir: ojalá que no haya. Hay que ser más modesto, más modesto. No frente a los demás, eso qué importa. Hay que ser más modesto cuando uno se enfrenta, cuando uno se confiesa a sí mismo, cuando uno se acerca a su última verdad, que aún puede llegar a ser más decisiva que la voz de la conciencia, porque esta sufre de afonías, de imprevistas ronqueras, que a menudo le impiden ser audible.”
Mario Benedetti

“Kutuzov, ese calmoso Kutuzov, cuyo lema era "paciencia y tiempo", ese Kutuzov, enemigo de las acciones decisivas, da la batalla de Borodinó, y rodea sus preparativos de una solemnidad extraordinaria. Kutuzov, que había pronosticado antes de la batalla de Austerlitz que sería una batalla perdida, en Borodinó, en contra de todo cuanto opinan los generales que daban por perdida la batalla, a pesar del ejemplo inaudito en la historia de que, tras una batalla ganada, el ejército vencedor debía retirarse, él solo contra todos afirmó hasta la muerte que la batalla de Borodinó fue una victoria. Solo él insistió durante la retirada del enemigo en no dar batallas ya inútiles, no empezar una guerra nueva y no cruzar las fronteras de Rusia.
Hoy es fácil comprender toda la importancia de aquel acontecimiento, siempre que no se atribuya a la actuación de las masas el objetivo que solo defendía una decena de hombres, porque ahora lo vemos íntegro, con todas sus consecuencias. Pero entonces, ¿cómo pudo adivinar aquel hombre viejo, solo contra todos, con tamaña exactitud, la importancia y el sentido popular del acontecimiento sin traicionarse ni una vez a lo largo de toda su actuación? El origen de esa extraordinaria perspicacia estaba en el sentimiento popular que llevaba en sí, con toda su pureza y todo su vigor. Solamente porque el pueblo reconocía en él tal sentimiento, pudo darse el caso de que, contra la voluntad del zar, se eligiera a un viejo caído en desgracia como figura máxima de la guerra nacional. Y fue únicamente ese sentimiento el que lo colocó en la altura suprema desde la cual, como general en jefe, hizo cuanto pudo no para matar y aniquilar a los hombres, sino para salvarlos y compadecerlos. Su figura sencilla, modesta (y por ello realmente majestuosa) no podía encajar en el falso héroe europeo, presunto conductor de hombres, inventado por la historia. Para el lacayo no puede haber hombres grandes porque el lacayo tiene su propio concepto de la grandeza.”
León Tolstói, Guerra y Paz