Rostro Quotes

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Jean-Paul Sartre
“En la pared hay un agujero blanco, el espejo. Es una trampa. Sé que voy a dejarme atrapar. Ya está. La cosa gris acaba de aparecer en el espejo. Me acerco y la miro; ya no puedo irme. Es el reflejo de mi rostro. A menudo en estos días perdidos, me quedo contemplándolo. No comprendo nada en este rostro. Los de los otros tienen un sentido. El mío, no. Ni siquiera puedo decidir si es lindo o feo. Pienso que es feo, porque me lo han dicho. Pero no me sorprende. En el fondo, a mí mismo me choca que puedan atribuirle cualidades de ese tipo, como si llamaran lindo o feo a un montón de tierra o a un bloque de piedra.”
Jean-Paul Sartre, Nausea

Lewis Carroll
“Por lo general, son caras ante las que pasamos sin darnos cuenta.”
Lewis Carroll, Through the Looking-Glass and What Alice Found There

Orhan Pamuk
“¿Qué puede haber más revelador, más gratificante, más curioso que una fotografía, que un documento que esconde la expresión del rostro de una persona?”
Orhan Pamuk, The Black Book

Ray Bradbury
“Volvió a mirar la pared. El rostro de ella también se parecía mucho a un espejo. Imposible, ¿cuánta gente había que refractase hacia uno su propia luz? Por lo general, la gente era como antorchas, que ardían hasta consumirse. ¡Cuán pocas veces los rostros de las otras personas captaban algo tuyo y te devolvían tu propia expresión, tus pensamientos más íntimos!”
Ray Bradbury, Fahrenheit 451

Carol Zardetto
“La realidad cotidiana de mi vida. Qué fastuosa manera de referirse a ese nudo de contradicciones, a ese rompecabezas donde faltan piezas, a ese rostro en el espejo, tan confuso que espanta.”
Carol Liliana Zardetto de la Vega, El Discurso del Loco

Mehmet Murat ildan
“La oscuridad es una gran oportunidad para descubrir el rostro divino de la luz.”
Mehmet Murat ildan

Carolina Sanín
“En la Feria del Libro de Bogotá, un hombre me dio un papel en el que había consignado una teoría: a lo largo de la historia, Dios había repetido muchas veces las caras de los humanos. Con la invención de la fotografía y la proliferación de las reproducciones de la imagen, el proceder estaba cerca de ser descubierto: la gente empezaba a encontrar que su rostro ya había vivido en otro momento, en otro lugar, con otro nombre. Por eso, Dios se estaba dando prisa para acabar el mundo. El papel tenía el título de «Verdad sobre el calentamiento global y el metro de Bogotá».”
Carolina Sanín, Tu cruz en el cielo desierto