Sobre tu esmeralda fría
mi carne no quería quemar,
mi corazón se volvía
verde como la carne del mar.
Le decía a mi cuerpo: ¡renace!
a mi corazón: ¡no te quieras parar!
Mi cuerpo quería echar raíces,
raíces verdes en la carne del mar.
El barco que me conducía
no sabía más que zarpar,
pero el cuerpo que me contenía
se quedó estático sobre el mar.
— Jun 25, 2025 08:12AM
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