Polett Maga > Recent Status Updates

he llorado en cada página

las malaguas van más ligeras, cuerpos simples,
transparentes y sinceros

tras veinticuatro sesiones de
quimioterapia, eunmi murió
el día de san valentín
un destino demasiado cruel para una
mujer que
nunca
había conocido el amor
sus ultimas palabras fueron
/¿'adónde vamos?

quizás yo soy lo que ella siempre quiso
ese poder
ese tamaño: alta, manchada, agria, filosa
pero con esa leche en el centro de mi naturaleza
su criatura

ser igual a vos
era una condena: una condena
irremediable
irreparable
irrecuperable
(si yo era igual a vos no merecía su amor)

la había convertido en una
desgraciada, ella era mi
víctima
/puesto que lo era también de vos
y yo
una desalmada cruel egoísta alguien que
le hacía sufrir -y
la perjudicaba

las fronteras existen, las calles, el olvido

tu cuerpo suave
caído contra el
mío. horrorizada
te tomé en
mis brazos
dije "está bien /no llores, está bien"
el aire lleno de
vidrios
no sabía lo que
decía o quién sería ahora que
te había perdonado

le hubiera gustado dibujar todo eso
era ésa la ciudad
la ciudad triste
lo que le gustaba era el campo
y el campo
estaba lejos
más lejos que el río
que el mar
que el cielo

nunca había visto
a mi madre
expresar sus emociones
de una manera tan visceral
(nunca la había visto perder el control
como si fuera una niña)
entonces
era incapaz de comprender
la inmensidad de su dolor

desconocía
las palabras de consuelo
que probablemente anhelaba
-como las anhelo yo ahora

lo que mustio de mí
se ahueca en vos: puedo llorar
hasta que escurre a flote
de la pena
el permiso para salvar, la vida

me desperté a las tres y media de la madrugada
vine a escribirte
es decir: a ser

ahora son las cinco y media de la mañana
no tengo ganas de nada: estoy pura

(el instante es de una oscuridad total)

si mi madre había pensado
que era mejor que las demás
mi padre le bajó la soberbia a golpes
era igual que aquellas mujeres
las mismas palizas
y el mismo miedo
a ellas las tenía encerradas en una casa
y a mi madre en otra
mi padre no le había regalado
aquella casa
la había condenado
a vivir en ella

(cuando mi madre se dió cuenta
dejó de pedir a los santos
y empezó a hablar
con las sombras)

"lo cierto es que la rabia me consume. estoy enfadada con esa anciana coreana que no conozco y que, a diferencia de mi madre, sigue viva, como si la supervivencia de esa extraña estuviera relacionada de alguna manera con mi perdida"

/no hay escapatoria
solo una superficie
dura
contra la que sigo chocando
una
y otra vez
el recordatorio
de una realidad inmutable:
que nunca volveré a verla

de aquí sale el deseo
de que no desaparezca esta red
que nos conecta con todo.
a medida que la membrana se desgarra
y la separación amenaza
con volverse real,
emerge entero el deseo
de que los tejidos
logren aguantar
el peso de toda esta distancia
que recorremos de regreso


(cómo seguir mi vida después de esto, Cristina)

como el árbol con ramas luminosas
no exigir nunca dichas que hoy
reclamo;
alejarme, perderme, abandonarte,
con mi infidelidad recuperarte

en una carta tanto el lector
como el escritor
descubren una imagen
ideal de sí mismos,
bastan breves
pasajes deslumbrantes

no, yo soy inmune a ti

las mujeres no poseen el nombre
ni para nombrarse a sí mismas
ni tampoco para nombrar a los demás,
para dar nombres

lo estoy dosificando para que me acompañe un ratito

la androginia era para ella el estado mental y la condición ideal para la escritura

¿a dónde iría Silvina en esos días,
cuando desaparecía, cuando nadie sabía de ella?

apoyar mi mano sobre el corazón despojado de costillas

para estar aquí hace falta estar vencido.
la llovizna ilumina un pueblo miserable
donde se inauguran calles de piedras

a veces mirándonos las manos
deseándonos,
el amor nos absuelve

cuando uno se acostumbra a algo
termina por entumecerse

este libro me está cambiando la vida

la gente decía que mi hermano
era rarito.
ojalá hubiera sido raro.
lo raro no es más que lo normal
exagerado;
lo raro se domestica.
marión, en cambio,
necesitaba, cómo decirte,
shocks estéticos para vivir