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Al final, ella preguntó:
—¿Qué ha sido eso?
—Esa sí que es una buena pregunta. Placer. ¿No te parece suficiente explicación?
Ella se movió para mirarlo a los ojos.
—Pero no me has… penetrado, ¿verdad?
—No.
—No lo entiendo.
Thorn la besó.
—Es demasiado complicado para explicarlo ahora. Tengo que dejarte un momento.

"—Haré averiguaciones en Londres acerca de los «infiernos» existentes en su zona de Oxfordshire. Imagino que usted no conocerá ninguno, ¿verdad?
No pudo evitar responder:
—Los infiernos que viví allí fueron de otro tipo.
Él le acarició la mano y la miró muy serio.
—Le haremos pagar —. Él le tomó la mano y se la acercó a la boca, lo que provocó que ella lo mirara a los ojos—. Prometo solemnemente vengarla—dijo"

Él asintió como si aquello, al menos, tuviera sentido.
—Soy voluble como el mar, señorita Barstowe; unas veces soy rudo y otras, galante, pero tiene mi palabra de que, a menos que me haga daño a mí o a los míos, conmigo está a salvo.

Ella, más que nadie, debería ser inmune a los encantos seductores de un granuja.

No se estaba enamorando, pero estaba al borde de un precipicio, y todo por culpa de una mano fuerte y masculina que la tenía agarrada. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que un hombre la había tomado de la mano, ambos sin guantes, piel contra piel?

"—¿No son emisarios de su familia que sólo pretenden devolverla a casa?
—Para nada.
—Sería un error tomarme el pelo.
Casi gruñendo, ella replicó:
—Ojalá pudiera decirle que se fuera al infierno, y que se llevara a esos dos con usted.
Thorn se rió. No pudo evitarlo.
—Pues parece que son ellos o yo, querida. ¿No le parece mejor quedarse con el diablo que no conoce?"

Khe? Pero si el relato "Nido de avispas" lo leí no hace mucho...

¡AJAJAJAJA!
"Había enloquecido de deseo. Él había llevado su poder de persuasión en los tribunales al dormitorio. Su capacidad de seducción había sido tan implacable como la que usaba en cualquier empresa legal. Había alimentado el fuego que crecía dentro de ella hasta hacerlo estallar en llamas, y todo su ser se había consumido en deseo por él."

Jack sintió en el pecho una gran necesidad de protegerla. Pensar que Hamilton, o cualquier otro, pudiera hacer daño a Evelyn, hacía que le hirviera la sangre. No tuvo la menor duda de que lo mataría para protegerla.
—Ni siquiera consideres algo así, Evie. No hubiera dejado que te tocara —dijo con la voz dura y cortante.

😆Justo en ese momento se abrieron las puertas de atrás de la sala y se golpearon contra el muro. Todas las cabezas se volvieron para ver a Jack Harding que avanzaba dando grandes pasos, con su toga negra de abogado flotando tras él como un espectro.
—Si el tribunal me lo permite, mi lord —dijo Jack acercándose a la mujer—. Soy el abogado de la señora Hannah Ware.

AAAAAAH!

—Sobre el beso... no creo que sea sensato volverlo a repetirlo —dijo ella.
Jack levantó la cabeza bruscamente.
—No te preocupes. Acepto sin reservas. Nunca mezclo negocios con placer. Siempre trae resultados desastrosos en los tribunales, y yo me tomo muy en serio mis juicios.

Eric se preguntó horrorizado qué pasaba por la mente del general Del Canto, que debía enviar a su gente a una masacre, y recordó lo que habíamos concluido en una ocasión cuando hablamos de esa guerra que nos tocaba presenciar: odio y más odio, millares de víctimas, de madres desconsoladas, viudas y huérfanos por nada, por una rivalidad política, por la repartición ilusoria del poder. Era un delirio.

Eric se preguntó horrorizado qué pasaba por la mente del general Del Canto, que debía enviar a su gente a una masacre, y recordó lo que habíamos concluido en una ocasión cuando hablamos de esa guerra que nos tocaba presenciar: odio y más odio, millares de víctimas, de madres desconsoladas, viudas y huérfanos por nada, por una rivalidad política, por la repartición ilusoria del poder. Era un delirio.

LIBRAZOOOO!
—El odio queda adormecido bajo la superficie y vuelve a brotar intacto si se dan las circunstancias. Así es en Estados Unidos, somos un país dividido.

Me di cuenta de que el círculo femenino no me incluía en su conversación y deduje que esas damas estaban escandalizadas conmigo, porque siendo extranjera me había atrevido a opinar sobre Chile.

Ser mujer es un grave inconveniente para prosperar en el mundo en general, y en particular en una profesión casi enteramente masculina. Pero ya que no podía ser hombre, al menos podía actuar como si lo fuera. De Omene, la Divina Odalisca, aprendí que la mansedumbre y el hábito de complacer, tan apreciados en una dama, son graves obstáculos para andar en este mundo.

La razón debería iluminar nuestras acciones, como predica mi Papo, pero el corazón se burla de la prudencia y hace lo que le da la gana.

"Escucha: si alguna vez sientes que avanza el amok, si la lava se acerca con su aliento de fuego, piensa que este que ahora eres no eres tú. Que tus pensamientos están momentáneamente desconectados; que tu juicio es tan poco juicioso como el de quien se ha tomado una dosis de ácido lisérgico. Aguanta. Aguanta hasta que cambie la situación, porque inevitablemente cambiará. Aguanta siquiera un día más."

somos incansables cazadores de lo sublime. Perseguimos satoris y amores desenfrenados para que el brillo de lo extraordinario ciegue nuestros ojos y nos permita ignorar la oscuridad. Y por eso también se da un fenómeno que les resulta desconcertante a muchos expertos: a menudo los locos diagnosticados no quieren dejar de estar locos. O, cuando menos, sienten que al curarse pierden algo.

Los artistas se drogan para mantener el fuego interior, la energía que se devora a sí misma; y para desinhibir aún más esa corteza prefrontal ya de por sí desinhibida. Para facilitar la asociación de ideas; para fomentar las emociones. Para acallar al yo consciente, que es el mayor obstáculo que existe contra la creatividad, un miserable enemigo íntimo que te susurra venenosas palabras al oído: no puedes, no sabes,

La existencia es un caos y uno de los servicios que prestamos los novelistas (una de las razones primeras por las que me lees, por las que yo leo) es dar una apariencia de causalidad y de sentido a una realidad que es solo furia y ruido.Las novelas son una pequeña isla de significado en el mar del desorden.

poder compartir el delirio con tus contemporáneos o no compartirlo es lo que marca la diferencia entre una existencia viable y una vida fallida. El ostracismo condena al enfermo psiquiátrico a vivir en un infierno. «Para el cerebro, el rechazo social es tan importante que literalmente duele: activa la misma matriz neuronal que el dolor», dice el neurocientífico David Eagleman.

"Los fantasmas de un escritor son aquellos temas o detalles que se repiten una y otra vez en los libros de un autor sin que, por lo general, él o ella sea consciente. Las novelas son sueños que se sueñan con los ojos abiertos, nacen del mismo lugar del inconsciente de donde nacen los sueños, de modo que estos detalles repetidos son como elementos oníricos recurrentes."

Naturalmente, todos nosotros tenemos el don de pasar inadvertidos de la sociedad. Somos entrenados para eso, y si no queremos ser vistos, sencillamente caminamos entre humanos y nadie nos mira, nadie nos recuerda. Es un reflejo de nuestra capacidad para manipular la mente ajena. Si yo logro dejar rastros de mi pedido en la memoria del mozo, él recordará aquello que yo quiero sin necesidad de hablarle.

el mundo no puede saber de tu condición. Si todos supieran que los ángeles existen, cada ser humano se limitaría a pedir ayuda, sin buscar una verdadera solución a sus propios pecados.

–El mayor de los conocimientos a cambio de compartir la información con otro demonio. Un trato demasiado conveniente para ser cierto, amigo mío. Es una pena que no viese cuán ridículamente predecibles son los de su especie en ciertas ocasiones.

Comenzó a seguir al extraño pasajero. Cuando llegó al final del tren, reconoció ciertos detalles que sólo un ojo entrenado podía identificar: era un demonio. Los había visto antes acosando a sus víctimas en lugares públicos, y de no haber tanta gente alrededor, ya le hubiese volado la cabeza. Pero eran demasiados pasajeros. Sus poderes no le permitirían ocultar los recuerdos de un asesinato a tantas mentes a la vez.

El ángel sintió que un escalofrío recorría su espalda. Sus sentidos entrenados comenzaron a buscar una explicación. Aceleró el paso y, al llegar al lugar en el que el viejo había desaparecido, distinguió una silueta a su derecha, difusa. Volvió sobre sus pasos y el mendigo, con un sonrisa, lo provocó desde el extremo de la calle. Aquel juego casi infantil, pero cargado de peligro, se repitió un par de veces.

Todos estamos constituidos como polaridades. Tenemos aspectos masculinos y femeninos, activos y pasivos, débiles y fuertes. El asunto es que si nos identificamos culturalmente con uno solo de estos aspectos polares proyectaremos el otro en el afuera.

«El abrazo es contención no estrujamiento… tomen el error como posibilidad… si no le doy el espacio él se lo va a tomar… mi pareja está allí para mostrarme cómo soy… El encuentro es diálogo, no imposición; el diálogo es escuchar al otro, no suponer; el abrazo es dar espacio, no atrapar; el tango es dialogar… dialogar… dialogar».