César Mallorquí's Blog

November 20, 2025

Franco, los grises y las tetas universitarias

 


            Si uno vive lo suficiente –y yoestoy en ese empeño-, verá que, al cabo de un tiempo, las mismas gilipollecesse repiten con distintos gilipollas. O sea, que la gilipollez es cíclica.Prueba de ello es el periódico resurgimiento de los pantalones campana o delcine en 3D. Lo chungo, claro, sobreviene cuando las gilipolleces no son chorrada, sino desastres.

            Esto viene a cuento a causa de lacreciente popularidad de Franco y el fascismo entre los jóvenes, sobre todo losvarones menores de 30 años. Básicamente, dicen que Franco salvó a España deldesastre (aunque no queda nada claro qué desastre era ese), que la democraciaha fracasado y que durante el franquismo se vivía mejor que ahora.

            Pues bien, yo viví 22 años bajo elyugo del nacional-catolicismo de Franco y puedo aseguraros, queridos niños, QUENI DE COÑA SE VIVÍA MEJOR ENTONCES. Aquel era un mundo en blanco y negro,triste, inculto, cruel y mediocre hasta decir basta. A eso conduce el putofascismo, y eso es lo que era Franco: un triste, inculto, cruel y mediocredictador con las manos manchadas de sangre y el alma podrida de corrupción. Unsanguinario hombrecillo con voz ridícula, que se mantuvo en el poder a base demiedo y violencia, condenando al país a un retraso frente al resto de Europaque solo la democracia ha conseguido menguar.

            Si sabéis leer entre líneas, osdaréis cuenta de que no me caía demasiado bien ese forúnculo hediondo quegobernó España durante 40 años de opresión. En fin, podría daros un sinfín dedatos y razones para sustentar mis palabras, pero creo que es mejor contarosuna simple anécdota personal. OJO: Si eres un joven de menos de 30 años (comola mayor parte de mis lectores) presta atención a lo que voy a contar y luegoreflexiona sobre en qué clase de sociedad puede ocurrir algo semejante.

            Mi historia tuvo lugar en 1974, creorecordar que a finales de otoño o comienzos de invierno, y el escenario fue laCiudad Universitaria, que está situada a las afueras de Madrid, junto a laAutovía de la Coruña (A-6). Por aquel entonces yo estudiaba periodismo en laFacultad de Ciencias de la Información. Pues bien, aunque yo iba al turno demañana, tuve que acercarme una tarde a la facultad para solucionar no sé quétrámite en la secretaría. Allí me encontré por casualidad con Emma (nombre ficticio),una compañera de clase que iba a hacer lo mismo que yo. Emma era joven -19 o 20años-, muy bonita, muy dulce, muy amable. Una chica encantadora.

            Cuando acabamos nuestro papeleo cometimosun error: en vez de coger un autobús para volver a la ciudad, decidimos irandando. A fin de cuentas, solo eran un par de kilómetros en línea recta por laamplia y bonita Avenida Complutense. Ya había anochecido. Emma y yo caminábamoscharlando tranquilamente y llegamos a la plaza del Cardenal Cisneros, unaglorieta situada a medio camino. Allí había una pareja de grises, comollamábamos entonces a los policías a causa del color de sus uniformes.

            Los dos grises nos pararon y nospidieron la documentación. Era lo normal: si tenías el pelo largo, como yo lotenía entonces, y pinta de universitario, no era infrecuente que te detuvieransin más motivo que tu aspecto. Después de examinar nuestros documentos,registraron mi morral y su bolso. Hasta ahí, también normal; estábamos en unadictadura y la policía le preocupaba que pudiéramos llevar panfletos. No losllevábamos. Lo siguiente que sucedió ya no fue tan normal.

            Uno de los policías anunció que nosiban a cachear. El primero fui yo; mientras uno de los grises vigilaba con unamano en la culata de la pistola que llevaba al cinto, el otro me sometió a uncacheo muy leve, apenas quince segundos de rutinario toqueteo. Entonces llegóel turno de Emma, y ahí el asqueroso poli se esmeró. Con baboso deleite,comenzó a sobarle todo el cuerpo, deteniéndose en ciertas zonas, como laentrepierna, las nalgas o, sobre todo, los senos. Aquel hijo de puta no laestaba cacheando, le estaba metiendo mano.

            Sentí que la sangre me hervía, peroel otro policía tenía los ojos clavados en mí, con una mirada que venía a decir“como te muevas un pelo o protestes, te pego un tiro, rojo de mierda”. En fin,tuve la oportunidad de ser un héroe y la desaproveché. Emma tampoco se atrevióa protestar. Finalmente, después de dos o tres minutos de magreo, nos dejaronir.

            Seguimos nuestro camino. Emma seechó a llorar y, aunque intenté consolarla, no conseguí que se calmase. Estabaconmocionada. Llegamos a la calle Princesa. Le sugerí que se tomara un coñac, oalgo así, para tranquilizarse; pero Emma me dijo que no, que quería irse acasa. La acompañé a la parada de autobuses, aguardamos a que llegara el suyo ynos despedimos.

            Pero yo sí que necesitaba un copazo.Estaba en La Moncloa, una zona llena de bares frecuentados por estudiantes. Medirigí a uno al que solía ir: Los Porrones. Allí me encontré con unos amigos yles conté lo que nos había pasado. Entonces descubrí que en ese mismo bar habíavarias chicas a las que les había sucedido lo mismo. Por lo visto, esos dosgrises se dedicaban a parar y sobar a cada chica mona que se cruzaba en sucamino. Uno vigilaba y el otro metía mano, y luego se iban turnando. ¿A cuántaschicas agredieron sexualmente esos dos hijos de puta? Teniendo en cuenta lacantidad de estudiantes que circulaban por ahí, a docenas. Y, ¿sabéis qué?, nopasaba nada.

            Claro, quizá alguien pueda pensarque fue una excepción, una agresión provocada solo por aquellos dos rijoso grises,y no por toda la institución policial. Y es cierto, que yo sepa no era algo queacostumbraran a hacer los polis de entonces. Pero hay algo que no eraexcepcional, sino cotidiano: Si Emma y/o yo nos hubiéramos resistido a laagresión de aquellos cabrones, nos habrían llevado a comisaría detenidos. A míme habrían dado una mano de hostias, y a ella probablemente la habrían violado.Y si Emma y yo no nos hubiésemos resistido, pero hubiéramos ido a una comisaríapara denunciar la agresión... Ah, entonces nos habrían detenido a nosotros,habríamos pasado la noche encerrados, la denuncia no prosperaría y no sería deextrañar que nos lleváramos alguna que otra bofetada. Eso es lo que ocurría enla oprobiosa dictadura franquista. El poder no estaba sujeto a ningúncontrapoder, de modo que los poderosos y sus lacayos podían hacer lo que lesdiese la gana. Qué paraíso aquel, ¿verdad? Y lo era, sin duda, pero solo paralos poderosos y su perros.

            Hace cincuenta años, cuando Francomoría a las 4 y veinte de la madrugada, yo estaba en mi casa, jugando a lascartas con unos amigos. Sobre las cinco apareció mi amigo Tuto y nos dijo quehabía oído en la radio que Franco la había diñado. Seguimos jugando. Esa noche,evidentemente, me acosté muy tarde. Al medio día me despertó mi gran amigo TitoLópez con una botella de champán y dos copas. Brindamos celebrando la muertedel dictador. Aquella noche organizamos una pantagruélica cena para un grupo deamigos y volvimos a brindar. Por fin comenzábamos a percibir una lucecita alfinal del túnel del terror franquista.

            ¿Y ahora una panda de ignorantesgilipollas afirma que aquellos fueron los buenos tiempos? ¿Que es a eso a loque debemos volver? Amos no me jodas...

           

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Published on November 20, 2025 12:10

October 24, 2025

Dentro de César Mallorquí

 

         


            El título de esta entrada no es unainvitación a practicar conmigo el coito anal, sino la intención de contarosquién soy ahora, cómo me va, qué se cuece en mi marmita y todo eso. Para ellome voy entrevistar a mí mismo.

            Pregunta:¿Qué tal estás, César? Porque creo que has sufrido hace poco un accidente.

            Respuesta:Pues sí, hará cosa de tres meses me rompí el brazo, pero solo parcialmente. Enconcreto, me fracturé el troquíter, una protuberancia en la parte superior delhúmero que yo hasta ahora no sabía ni que existía. Pero existe y duele. Aúnestoy yendo a rehabilitación.

            P.:¿Una caída?

            R.:Sí, pero... peculiar. Verás, cuando yo era pequeño, y hasta los treinta ypocos años, experimentaba frecuentes episodios de sonambulismo. Luego,desaparecieron durante décadas. Hasta que, hará cosa de un año, volvió el sonambulismo.Y hace tres meses, desplazándome dormido por mi cuarto, me caí. De narices: medesperté estrellándome la napia contra el suelo. No veas tú qué cantidad desangre. Pero lo peor fue que al caer me retorcí el brazo derecho de tal forma queuna partecita de hueso, el troquíter, se rompió. Nada demasiado grave, peromolesto, porque dolía y me impedía realizar ciertos movimientos. Pero ahora yaestoy mucho mejor y me manejo con el brazo casi perfectamente.

            P.:Ahora tendrás más cuidado, ¿no?

            R.:Sí. Le he puesto a la cama un par de topes, uno a cada lado, para impedir queme caiga y, lo más importante, que me levante dormido.

            P.:Bueno, dejando aparte la salud, ¿qué tal te va?

            R.:Genial. Es decir, tengo 72 años, soy viejo, y detesto ser viejo. Eso me da porculo, me parece deprimente, no me gusta ni un pelo. Por fortuna, hay algo quelo compensa: Estoy en el que quizá sea el mejor momento de mi carrera comoescritor. Mi nombre se valora, mis libros se venden bien, las editoriales mebuscan, los lectores me quieren, la crítica es amable conmigo... En fin, lodicho: Genial.

            P.:Hace poco publicaste una novela histórica, “”El secreto de Gabriela Salazar”.¿Qué tal va?

            R.:No lo sé, hasta el trimestre que viene no tendré los datos de ventas. Ese librome lo encargó la editorial, pero no lo escribí con la esperanza de vendermuchos ejemplares.

            P.:Entonces, ¿por qué lo escribiste?

            R.:Para dedicárselo a Pepa, mi mujer. Por supuesto, puse lo mejor de mí en esa novela,procuré aportar todo lo que sé como narrador para conseguir que fuera un textoadictivo. Y creo que lo conseguí: Casi todas las reseñas que he encontrado sonmuy positivas (de cuatro y cinco estrellas) y coinciden en que la historiaatrapa. Pero el éxito de un libro depende de factores que no puedes controlar,así que no hay que preocuparse por eso. Además, lo repito: el año que tardé en escribiresa novela estaba enteramente dedicado a mi mujer.

            P.:¿Y qué tal tu serie infantil “Colegio de Poderes Secretos”?

            R.:Estupendamente; ha tenido muy buena acogida. Según me han informado, este año seestá vendiendo un 20 % más que el anterior. Y me alegro mucho; era un reto paramí. Apenas había escrito antes literatura infantil, y mucho menos para niñostan pequeños (7/8 años). Ignoraba si sabría hacerlo.

            P.:¿En qué estás trabajando ahora?

            R.:En una novela juvenil para Alfaguara. Se llama “Muerte en el internado” y es unthriller ambientado en las Highlands escocesas, en un solitario internado deélite para chicos conflictivos.

            P.:Ese título me recuerda a Agatha Christie...

            R.:Sí, es aposta. Pero no se trata del típico whodunit.Alguien será asesinado, en efecto; pero los lectores sabrán más o menos quiénesson los responsables desde el principio. La cuestión no será tanto quién lomató, como por qué lo mataron y qué se oculta tras esa muerte.

            P.:¿Y después? ¿Sabes lo que escribirás cuando acabes esa novela?

            R.:Supongo que sí. Tengo entre manos un proyecto muy personal, una obra deautoficción llamada, en principio, “En lalluvia. Historia de una familia”. Ahí contaré la historia de mi familia.

            P.:¿Y tu familia da para una novela?

            R.:No mi familia actual, la que hemos formado Pepa y yo. Esa es aburridamentefeliz. Me refiero a la familia donde nací. Era peculiar, extravagante y alfinal trágica. En realidad, el punto de partida es la serie de diez posts quepubliqué en el blog sobre mi hermano Eduardo. Mi hijo Pablo la releyó hace pocoy me sugirió ampliar ese texto, incluir a toda la familia y convertirlo en una obrade autoficción. Me pareció buena idea.

            P.:¿Qué significa “En la lluvia”, por qué ese título?

            R.:Se refiere a dos cosas distintas. Pero solo lo aclararé cuando escriba eltexto, si es que finalmente se llama así.

            P.:¿Algún proyecto más en mente?

            R.:Joder, qué ganas de hacerme trabajar... El año que viene escribiré dos novelasmás de la serie “Colegio de Poderes Secretos”. Y, bueno, quizá escriba latercera parte de “Las lágrimas de Shiva”, pero no es seguro.

            P.:¿Una tercera parte? ¿Crees que hace falta? ¿O es solo por la pasta?

            R.:Soy escritor profesional, así que la pasta forma parte de la ecuación, claro.Pero no es por eso. Verás, Reina Duarte, la directora editorial de Edebé, mecontó que iba a hacer una edición especial de algunas de mis obras, empezandopor “Las Lágrimas de Shiva” y “El Círculo Escarlata”. Para ello, me pidió queescribiera un capítulo precuela para la primera novela, y un capítulo secuelapara la segunda. Pues bien, cuando escribí el capítulo-continuación de “ElCírculo Escarlata” se me ocurrió una idea que me pareció muy divertida. Comosabes, Javier –el prota- es un médium a su pesar. En las dos primeras novelasaparecen dos fantasmas distintos, ese es el nexo de unión. El caso es que elcapítulo secuela trascurre cuatro años después de lo que sucede en “El CírculoEscarlata”. Es decir, en 1977. Javier y Violeta han terminado sus estudios ydeciden irse a vivir juntos. Y entonces, en ese preciso momento, aparece unnuevo fantasma. Pero un fantasma amnésico; no sabe quién es, carece de rostro yde recuerdos. Lo único que sabe es que lo asesinaron. Y recurre a Javier paraque le ayude a descubrir su identidad, así como la identidad de quienes lomataron. Eso, claro, con mucho humor.

            P.:Suena divertido. ¿Qué pasa después?

            R.:Ni idea. Cuando acabé ese capítulo secuela me di cuenta de que en realidad era elprimer capítulo de una tercera parte. De momento no sé qué pasa después, ni dequé va la historia, ni quién es en realidad el fantasma. Pero en un futuro,quién sabe. Me hace gracia la idea de que sea una trilogía, pero que cadanovela pertenezca a un género distinto: La primera es un relato de iniciación,la segunda una comedia romántica y la posible tercera un thriller.

            P.: Aparte del trabajo, ¿qué tal?Veo que has reactivado el blog.

            R.: Sí, a ver qué pasa. De momentolo mantendré en modo de bajo rendimiento. Una entrada al mes. El problema es eltrabajo; antes escribía las novelas a mi pedo y luego se las “vendía” a laeditorial que fuese. Pero últimamente he aceptado encargos, lo que significa quetengo fechas de entrega y a editoras esperándome impacientes. Es una jodiendaeso de ser una fábrica con un único operario.

            P.: ¿Y qué me dices de la IA?

            R.: Es impresionante. A veces tengola sensación de estar hablando con HAL 9000 (espero que con mejoresconsecuencias). Hasta hace un par de meses, no la utilizaba. Pero me puse atontear con ChatGPT y aluciné en colorines con lo que era capaz de hacer. Desdeentonces la uso bastante, pero solo para conseguir documentación. Es mi sueñocumplido: tener un ayudante que se ocupe de la pesada tarea de obtener datos.Ya, ya sé que a veces la IA se equivoca (cada vez menos), pero te ofrece laposibilidad de corroborar el origen y la solvencia de la información.

            P.: Así que tienes un nuevoamiguito, ¿eh?

            R.: Más que un amigo, un hermano.Adoro a ChatGPT, igual que adoro a cualquiera que me quite trabajo.

            P.: Pues eso es todo. ¿Quieresdecirle algo a los merodeadores que aún te siguen?

            R.: Claro, me despediré de ellos conmi frase favorita, esa que suelo dedicar a la gente de las editoriales: I’m sorry, Dave, I’m afraid I can’t do that.

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Published on October 24, 2025 02:09

September 23, 2025

¿Ser o no ser?

 

            Hola, queridos merodeadores (si esque queda alguno). Dije que volvería en septiembre, y aquí estoy, aunque a esteseptiembre solo le queda una semana de vida. Estoy aquí, en efecto, pero sobretodo estoy hecho un mar de dudas. ¿Tiene sentido hoy un blog como La Fraternidad de Babel? Recapitulemos:

            1. Babel se creó en 2005 (¡hace 20años!), en plena eclosión de los blogs. Todo el mundo creaba su blog, aunque notuviera nada que decir, pese a que los blogs existían precisamente para deciralgo. Por eso la inmensa mayoría cerró. Pero algunos perseveramos y, tras unperiodo de cierto esplendor, comenzó el declive. Fijaos en la lista de blogsrecomendados que aparece aquí, a la derecha, bajo el epígrafe de “UniversosParalelos”. Permanecen en activo menos de la mitad. Y algo más: Babel ha idoprogresivamente teniendo menos visitas. Está claro que la era de los blogs haterminado, en beneficio de las redes sociales.

            2. Babel es un blog personal; esdecir, que no está dedicado a ningún tema en concreto, sino a lo que me salga amí del bolo. Es decir, partía de la presunción de que mi personalidad, misopiniones y mi forma de escribir iban a resultar interesantes para los demás.Pero todo cansa. Yo canso. Hasta yo estoy harto de mí mismo.

            3. Reconozcámoslo: Hoy por hoycarezco del ímpetu que me movía cuando inicié el blog. Me cuesta más escribirlas entradas, muchas veces me da pereza hacerlo.

            4. ¿Tengo algo nuevo que decir? Lapolítica me irrita, me cabrea la derecha asalvajada, y me deprime la izquierdadesnortada. Me asusta el crecimiento de los zombis fascistas. No quiero hablarde nada de eso, ¿para qué, si lo único que consigo es cabrearme. ¿Y laactualidad? Es para echarse a llorar. ¿Qué puedo decir sobre el atroz genocidioque están cometiendo los israelís contra el pueblo palestino? Niños muriendo dehambre, ¡de hambre!, hombres y mujeres asesinados por el mero hecho de intentarconseguir agua y comida, ciudades sistemáticamente arrasadas por las bombas... Losnazis no lo habrían hecho mejor. No hay palabras para describir ese horror. ¿YTrump, ese payaso grotesco y sicópata que deja en mantillas al Pennywise deStephen King? Me ofende su mera existencia. No quiero escribir sobre nada deeso.

            5. Tengo 72 años, soy asquerosamenteviejo, repelentemente viejo, inevitablemente viejo. Hago todo lo que puedo porintentar que en mi mente queden rescoldos de juventud, intento no fosilizarme,mantenerme intelectualmente vivo, pero soy consciente de que el tiempo corremás que yo y que en algún momento no muy lejano acabaré convirtiéndome en unviejo de mierda que no le interesa a nadie. Si es que eso no ha ocurrido ya,claro.

            6. Hasta ahora, he colgado 743entradas en el blog y, sinceramente, no me acuerdo ni de la décima parte. Así quelo que faltaba, que comenzara a repetirme.

            7. Profesionalmente me va muy bien,lo que se traduce en que tengo mucho trabajo. Y después de  todo el día dándole que te pego al teclado,apetece poco seguir escribiendo

            8. ¿Cuántos merodeadores de Babelquedan? Conozco a unos cuantos inasequibles al desaliento (sois adorables, osamo); pero después de casi dos años de inactividad deben de ser muy pocos.

            Con todo esto en la cabeza, no sé sitiene sentido seguir. O sí lo sé: no lo tiene. Pero hay otras cuestiones quetiran en sentido contrario. En primer lugar, los fieles merodeadores que hanpermanecido en Babel contra viento y marea. En segundo lugar, el cuento deNavidad; quiero seguir escribiéndolo. Y por último, siento que dejar morir alblog sería dejar morir una parte de mí. Vale, me estoy poniendo cursi, pero escierto: en algunos textos del blog me he desnudado, poniendo al descubiertozonas muy sensibles de mi interior, y descubriendo así aspectos de mí o de mifamilia que yo mismo desconocía, o contemplando nuestra historia desde un puntode vista diferente. En especial, me resisto a que las diez entradas que ledediqué a la vida de mi hermano Eduardo se pierdan en el ciberespacio, comolágrimas en la lluvia (De hecho, sobre esto último tengo un proyecto –llamado precisamenteEn la lluvia- del que os hablaré enun futuro más o menos cercano).

            Así que, con todos estos argumentosdepositados en una balanza imaginaria, os diré lo que voy a hacer: Voy amantener La Fraternidad de Babel,comprometiéndome a colgar al menos un post al mes. Durante un año. Luego, ya veremosqué pasa.

            Y esto es todo. Hola de nuevo yhasta la vista.

 

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Published on September 23, 2025 03:02

January 9, 2025

Mi nueva novela: El secreto de Gabriela Salazar

 


            Un amable yjustamente indignado merodeador me ha reprochado que, a pesar de que el blogesté en stand by, no me haya molestado en anunciar aquí que acabo de publicaruna nueva novela. Cuando se tiene razón, se tiene razón, así que voy a repararmi error.

            Ayer, 8 de enero,salió a la venta El secreto de Gabriela Salazar, mi última novela, publicada porLa Esfera de los Libros. No es literatura juvenil, ni ciencia ficción ofantasía. Es un trhiller histórico ambientado en tres épocas distintas: 1952 enArgentina, 1969 en España y 2010 en España, Suiza e Italia. La historia narrael enfrentamiento de tres generaciones de mujeres, abuela, madre e hija, conuna familia de fugitivos nazis, los Reinhardt, cuyos patriarca y primogénitoson ex SS. También es la historia de la búsqueda de un valioso objeto perdido,el llamado Cuaderno de Michaelis, relacionado con el expolio nazi.

            En la novela haysecretos, como el título revela, hay asesinatos, hay espionaje, hay venganzas,hay misterios y, sobre todo, hay varios personajes de mujeres fuertes yvalientes. En especial, las tres protagonistas de la novela: Guadalupe,Gabriela y Lola. Y también hay algunos asuntos históricos poco conocidos, comoel de los ustachas croatas, un grupo de ultraderecha cuya actuación durante laocupación alemana de Yugoeslavia te pone los pelos de punta. Y más si sabes quesus dos máximos dirigentes se refugiaron y vivieron en España tras la guerra.

            En fin, amigos, Elsecreto de Gabriela Salazar ya está en las librerías y yo me he quitadode encima un año de trabajo, escritura y documentación. Si lo compráis, esperoque os guste.

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Published on January 09, 2025 03:58

December 24, 2024

El tradicional cuento navideño de Babel

 


            Aquí estoy otra vez. Aunque el blogse encuentre en hibernación, mi cita anual navideña no podía fallar. El cuentode Navidad. Como sabéis –y si no lo sabéis os lo digo-, mis cuentos navideñosse dividen en dos categorías: Buenrrollistas y Gamberros. El de este año esgamberro, pero para disfrutar de su lectura, hay que saber un par de cosas:

            1. En primer lugar, tenéis que tenerpresente el cuento de Hans Christian Andersen La pequeña cerillera. Por si alguno no lo conoce, resumo suargumento:

 Mediadosdel siglo XIX. Estamos en la noche de San Silvestre (Nochevieja, vamos). Unaniña de diez años recorre las calles de Odense (Dinamarca) con los piesdescalzos. Hace mucho frío. Comienza a nevar. La pequeña es una cerilleraambulante, más pobre que las ratas. Lleva todo el día de un lado para otro, conlos pies amoratados de frío, y nadie le ha comprado nada. Teme volver a sucasa, porque si regresa sin dinero su padre le dará una paliza. Cae la noche.Hace aún más frío que antes. La niña se cobija en un callejón, pero siguecascando un frío de la leche. La pequeña cerillera siente que se congela.Entonces decide calentarse encendiendo una cerilla, que da algo de calor,aunque poco, y apenas dura. Enciende otra, y otra, y otra más. Entre tanto,empieza a tener alucinaciones. Sigue encendiendo cerillas hasta que se leacaban. La niña alucina con que su abuelita la llama para ir al cielo. Al díasiguiente, encuentran a la pequeña cerillera muerta por congelación, Findustotal, igual que Jack Nicholson al final de El Resplandor. Fin del cuento.

            2. Uno de mis recuerdos más remotoses mi abuela Julia leyéndome ese cuento antes de dormir. Yo debía de tener, nosé, siete años o menos. Y sin duda era un niño muy sensible. Porque lo querecuerdo con nitidez es lo acongojado que me dejó esa historia, lohorriblemente mal que me sentí, y el atracón de llorar que me pegué. ¿Y miabuela quería ayudarme a dormir contándome esa atrocidad? ¿En serio? Creo queel insomnio y las palpitaciones me duraron hasta la mayoría de edad. ¿Os traumóla muerte de la mamá de Bambi? Pues eso no es nada comparado con lo que me hizola puñetera cerillera. A fin de cuentas, la mamá de Bambi tuvo una muerterápida, de un disparo, y no la vimos morir. Además, qué coño, era una malditacierva. Pero mi muerta es una pobre niña de cabellos dorados, y sufrió unalarga agonía antes de palmarla. Ni color.

            Al principio, yo le echaba la culpaa mi abuela. Pero luego, siendo ya adulto, pensé que quizá mi yaya no conocíael cuento y me lo leyó sin saber el final. Entonces comprendí que el únicoculpable de mi trauma era Andersen. ¿De verdad creía apropiado para los niñospequeños narrarles el minucioso relato de la agonía por congelación de unapobre niña? Debía de ser un sádico, sin duda. ¡Jamás te perdonaré, HansChristian!

            Pues bien, el cuento de este año sellama El retorno de la pequeña cerillera,y es mi particular venganza navideña contra Andersen. Como siempre,encontraréis el relato más abajo.

            Ahora son las 10:48 y estoy en midespacho. El sol entra a raudales por la ventana. La casa está en silencio,porque Pepa ha salido para recoger unas compras. Dentro de un par de horasiremos a la estación de Atocha para buscar a nuestro hijo Pablo, que vive enBarcelona y viene a pasar las fiestas con nosotros.

            Queridos merodeadores: Os deseo unafeliz Navidad y lo mejor para el 2025, que tiene una rima fácil. En septiembreactivaré de nuevo La Fraternidad deBabel. Como dijo Suarcenaguer: “Volveré”.

            Y ahora el cuento. En los primerospárrafos, hasta que aparece el banquero, mezclo el texto de Andersen con mipropio texto. El resto es todo mío. Espero que os guste.

            Elretorno de la pequeña cerillera

            By César Mallorquí (y un poquito deH. C. Andersen)

            Ocurrióen Odense, Dinamarca, a finales de diciembre de 1845. Comenzaba a nevar. ¡Qué frío hacía!Era la noche de San Silvestre, la última noche del año y mientras todas lasfamilias se preparaban para sentarse a la mesa rodeados de ricos manjares,pasaba por la calle una pobre niña de apenas diez años, descalza y con lacabeza descubierta bajo aquel frío y en aquella oscuridad. Era la jovenvendedora de cerillas. La pobre llevaba el día entero en la calle, sushuesecitos estaban ateridos de frío por culpa de la nieve y lo peor de todo esque no había conseguido ni una sola moneda...

            Siquieres seguir leyendo, pincha AQUÍ



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Published on December 24, 2024 03:41

August 7, 2024

AVISO

 Este blog permanecerá 

inactivo hasta 

septiembre de 2025

Disculpen las molestias.


Pero, por supuesto, el cuento

de Navidad no faltará a su cita anual.




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Published on August 07, 2024 05:51

Ghosting

 


            Hay una prácticallamada “Ghosting”, que consiste en desaparecer de la vida de alguien de lanoche a la mañana, sin previo aviso y sin dar explicaciones.

            Pues bien, metemo que llevo ocho meses haciéndole ghosting a la Fraternidad de Babel y avosotros, aquellos que habéis seguido el blog desde hace tiempo. Si es quequeda alguno, claro. Bueno, no puedo remediar lo que he hecho, pero sí puedodar explicaciones tardías.

            Veréis, hubo untiempo en que yo era un escritor feliz. Escribía una novela, lo que me vinieseen gana, se lo ofrecía a una editorial, la editorial adquiría los derechos y aotra cosa. Lo hacía a mi ritmo, sin prisas y con pausas para, por ejemplo,escribir en el blog. Esa época fue mi Arcadia personal. Y lo fue porque, al nocontraer compromisos, disponía libremente de mi tiempo. Cero presiones.

            Pero la vida teconduce por rumbos que no habías previsto. De pronto, un buen día, hace un parde años, se puso en contacto conmigo Laia Zamarrón, la directora editorial delas colecciones infantiles de Alfaguara, para proponerme iniciar una serie denovelas para los lectores más jóvenes, niños de seis o siete años. Me quedé depiedra y objeté que nunca había escrito para lectores tan pequeños, que lamayor parte de mi obra era juvenil y sólo recientemente había escrito infantil.Pero jamás para enanitos tan pequeños. Añadí que no creía que mi sensibilidadfuera la adecuada para eso. Pero Laia acabó convenciéndome y yo me lo tomé comoun reto. Así nació Colegio de PoderesSecretos.

            Casisimultáneamente, contactó conmigo Ymelda Navajo, la directora editorial de LaEsfera de los Libros. Quería que escribiese para su sello una novela históricade entre 300 y 400 páginas. Le dije que tenía que pensármelo, y me lo pensé.Pero mal. Es decir, pensé en escribir una novela sobre las ratlines, las vías de huida de los criminales de guerra nazisdespués de la Segunda Guerra Mundial, ambientada en Argentina y España en losaños 1952 y 1969. Es un tema que conoces, me dije; y además en el 69 tenías 16añitos. No habrá muchos problemas con la documentación. Y le dije a Ymelda quesí.

            Pasado un tiempo,cuando imaginé el argumento, me puse a escribir la novela y... ¿No habríaproblemas con la documentación?... ¡Ja! Una cosa es conocer un tema de formageneral y otra muy distinta entrar en detalles. Y una cosa es haber vivido enuna época, y otra muy distinta recordar cada incidente que sucedió y cómo eratodo con exactitud. En resumen, la documentación fue (está siendo) un infiernoy me ha llevado mucho más tiempo del que pensaba. Y no por falta de fuentes,sino por exceso de ellas.

            Resumiendo: alsolaparse ambos proyectos, y colarse algunos extras por el camino, no he paradode escribir. Bueno, sí he parado; pero cuando paraba lo último que me apetecíaera seguir escribiendo, aunque fuera a mi aire. Y eso ha ocurrido sin ningunaadvertencia. He dejado abandonado el blog, siete meses sin decir ni mu. Eso esghosting.

            Pero voy aponerle remedio ahora. Entremedias se me ha cruzado otro compromiso, pero creoque para septiembre del año que viene volveré a estar libre de ataduras. Hastaentonces, La Fraternidad de Babel seguirá inactiva. Pero a partir de esemomento, si los nuevos y los viejos dioses lo permiten, volveré a la actividadbloguera. Al menos, una entrada mensual.

            Palabrita delniño Jesús.

            Por supuesto,este parón del blog contará con la excepción del cuento de Navidad, que seguiráfiel a su cita mientras mis trémulas manos puedan pulsar el teclado.

            En fin, ese es mipropósito; pero todo queda en manos del azar.

            Y ahora, comoestamos en verano, os voy a regalar mi receta para el mejor gazpacho del mundo.

 

            Ingredientes:

            - 3 kilos detomates maduros.

            - 2 pepinospequeños (o uno grande)

            - 1 pimientoverde (o medio grande)

            - 1 cebolletagrande.

            - 3 dientes deajo

            - Media barra depan.

            - Medio vaso deaceite de oliva virgen.

            - Vinagre algusto (yo pongo muy poco)

            - 1 cucharaditacolmada de comino en polvo.

            - Sal y pimientaal gusto.

            - 1litro de agua.

 

            El proceso decocinado es muy sencillo, porque no se cocina. Se parte todo en trocitos, semezcla y se tritura en la batidora. Pero, atención, si tu batidora esnormalilla deberás pelar antes los tomates. En Internet hay tutoriales queexplican cómo hacerlo con comodidad. Yo tengo un robot de cocina Thermomix, quees superpotente, y pulveriza la piel, así que no tengo que pelarlos. Si elgazpacho queda demasiado espeso, añádele agua.

            ATENCIÓN: Lacalidad de un gazpacho depende de la calidad de los tomates. Con tomates maloses imposible hacer un buen gazpacho. Han de ser muy maduros y aromáticos.

            Otra cosa: Esareceta es para hacer mucho gazpacho. Si quieres hacer menos, por ejemplo lamitad, reducid a la mitad la cantidad de cada ingrediente.

            Y eso es todo,merodeadores. Feliz verano y felices vacaciones.

            Hasta septiembredel 25.

            Ciao.

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Published on August 07, 2024 05:22

December 24, 2023

El tradicional cuento navideño de Babel 2023



            Ya estamos aquí, otro año más. LaTierra ha recorrido 930 millones de kilómetros alrededor del Sol, viajando a 107.280kilómetros por hora. Y nosotros con ella. Menudo palizón, ¿verdad? Y todo paravolver al  mismo sitio que antes. A laNavidad.

            Ya he comentado muchas veces que yo,antes, odiaba la Navidad. Era un Mr Scrooge, un Grinch. Pero luego tuve hijos yellos me enseñaron a volver a ser un niño y así poder ilusionarme de nuevo conel espumillón, las luces de colores y los árboles adornados. Y aunque los muycabrones de mis hijos han crecido, me siguen gustando las fiestas delsolsticio. De hecho, tengo un ritual navideño. Pocos días antes de Nochebuena,regreso a Chamberí, el barrio de mi niñez, y doy un paseo por los alrededoresde la plaza de Los Chisperos. Se encuentra a cuatro manzanas de donde yo vivía.Enfrente estaba mi antiguo colegio. Recorro la calle Manuel Silvela, me detengoen la parroquia del Perpetuo Socorro y acabo en la plaza. Luego, voy a lasBodegas La Ardosa de la calle Santa Engracia y me zampo una ración de patatasbravas, que son las mejores de Madrid y siguen siendo exactamente iguales quecuando era niño. Lo hice anteayer, aquí tenéis la foto que lo demuestra.

 


            Por cierto, esa plaza, la de losChisperos, es curiosa. Hasta hace nada, no tenía nombre. Bueno, sí que lotenía, pero no había ninguna placa, su denominación no aparecía por ningunaparte. Quizá os preguntéis qué coño son los “chisperos”. Pues los herreros ysus familiares, aunque en realidad el monumento que adorna la plaza estádedicado a los autores de sainetes. Las figuras que aparecen serían lospersonajes típicos de ese género: un par de chulapas y otro par de chisperos.

            En fin, basta de nostalgia babosa yvamos al grano. El cuento.

            Creo que ya os he contado cómo sueloafrontar el cuento de Navidad. A finales de septiembre o principios de octubreme digo a mí mismo que debo empezar a darle vueltas al argumento del relato.Luego, me olvido por completo del asunto. Y me vuelvo a acordar a finales denoviembre. Entonces me pongo a buscar desesperadamente alguna idea. Que generalmentetarda en llegar. Cuando finalmente llega, me pongo a escribir; si el cuento escorto, no hay problema. Pero si es largo, ay amigos, entra en juego laangustia. El año pasado me pilló el toro y acabé de escribirlo durante lamañana de Nochebuena (por eso lo colgué por la tarde).

            La verdad es que no es fácilencontrar ideas originales para un relato navideño, porque es un tema mássobado que el palo de una zambomba. Además, la Navidad lleva dentro tantoazúcar que resulta casi imposible escribir una historia de buen rollo que noempalague. Quizá por eso se me ocurren muchas más ideas “gamberras” que “buenrrollistas”;el humor negro navideño es un territorio menos frecuentado y a prueba dediabéticos. No obstante, mi cuento favorito de entre todos los navideños que heescrito es “La historia del indiano”, un relato que una merodeadora tildó de “ñoño”;y quizá lo sea, aunque a mí me parece simplemente bonito.

            Este año, las cosas han ido sobreruedas, pues encontré el argumento -casi a la primera- a mediados de noviembre.Para buscar ideas, a veces recurro a algunos truquitos. Por ejemplo, el “juegode los contrarios”. Me explicaré: Hace años, escuché a un autor que definía suúltimo libro como lo contrario a Harry Potter. Cuando explicó el argumento me dicuenta de que no era ni remotamente lo contrario de la obra de Rowling.Entonces me pregunté: ¿Qué sería lo contrario de Harry Potter? Pues un mundo enel que todas las personas pueden hacer magia, menos el chaval protagonista queno puede hacer ni papa de magia. Desarrollé un argumento y comencé a escribirlo,aunque a las pocas páginas me cansé y lo abandoné. Pero sigo pensando que erauna buena idea.

            El año pasado subí un cuento llamado“El ángel que se cayó a un agujero negro”, un relato gamberro protagonizado porun ángel disfuncional. Este año, jugando a los contrarios, me pregunté ¿qué eslo contrario a un ángel disfuncional? Pues un demonio disfuncional. Pero,claro, la disfuncionalidad de un ángel es completamente distinta a ladisfuncionalidad de un demonio. Si en el primer caso todo acababa en desastre,en el segundo los acontecimientos conducen a un final feliz (aunque, si despuésde leerlo os paráis a pensarlo, también un poquito triste). El cuento de esteaño, llamado “El demonio que quiso ser bueno”, es un cuento de buen rollo,aunque su desarrollo es tirando a atípico. Los que esperabais una nueva muestrade mi habitual humor negro, mis disculpas. El año que viene os compensaré. Detodas formas, sí que hay humor en el relato, aunque no oscuro.

            Como he dispuesto de suficientetiempo para escribirlo sin prisas, me he permitido extenderme en la narración. Tiene10.404 palabras. No lo sé a ciencia cierta, pero puede que sea el más largo quehe colgado en Babel. Espero que no os resulte demasiado pesado.

            Y ya está. Solo me queda desearos lomejor para estas fiestas. Bebed con moderación (o sin ella), comed como tigres,reíd como locos, llorad con nostalgia, jugad a ser niños, recordad a los que sefueron, disfrutad de los que siguen aquí, y f*ll*d, f*ll*d lo más posible.

            Queridos merodeadores, os deseo unfeliz solsticio de invierno, una feliz Navidad, unas felicísimas fiestas.

            Aquí os dejo el cuento:

 

            ELDEMONIO QUE QUISO SER BUENO

            ByCésar Mallorquí

 

            Habíauna vez un demonio llamado Pharphas. Su edad solo podía expresarse en eones,pues era uno de los ángeles primigenios que, en el amanecer de la creación, sealzaron contra Dios durante la rebelión de Lucifer, y que luego siguieron aeste en su caída transformados en diablos. Eso era Pharphas, un ángel caídomás.

            Sinembargo, Pharphas también era diferente al resto de los demonios. No en cuantoa su aspecto, pues era rojo, con cuernos, rabo terminado en punta de flecha ypatas de carnero, como todos los demonios, pero sí en lo que a mentalidad serefiere. Pharphas se estaba replanteando sus ideas y valores (...)

 

            Siquieres seguir leyendo, pincha AQUÍ

           


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Published on December 24, 2023 04:03

December 9, 2023

Babel 18

 


            Hoy hace dieciocho años que nacióeste blog. Es cierto que últimamente funciona a medio gas, con largosintervalos entre post y post. Pero no está muerto, aún le queda un hálito devida. Y seguirá vivo mientras mantenga mi único compromiso: el cuento de Navidad.Ya lo tengo medio escrito y lo colgaré puntualmente durante la mañana del 24 dediciembre.

            Pero hoy es el cumpleaños del blog,su mayoría de edad, y vale la pena detenerme un momento para celebrarlo. El añopasado no lo hice y me arrepentí. Así que muchas felicidades a todos, sobretodo a los que lleváis años acompañándome. Gracias por vuestra paciencia y porseguir ahí.

            Feliz cumpleaños, queridosmerodeadores.

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Published on December 09, 2023 13:57

September 8, 2023

El fin de los tiempos

 


            Mientras la escribo, cada novela secomporta de forma diferente. Cabría pensar que siendo yo siempre el mismo, mitrabajo debería desarrollarse siempre de forma similar; pero no es así. Cadanovela parece tener vida propia y avanza, o no avanza, a su manera. Algunasnovelas se escriben como un río manso, sin sobresaltos. Otras son torrentes demontaña que avanzan sorteando obstáculos, a veces remansándose, a vecesprecipitándose por cataratas. Hay novelas que se estancan y las hay que seresisten a nacer, o que forman meandros, o que se ramifican en multitud deafluentes.

            EL FIN DE LOS TIEMPOS (SM 2023), miúltima y recién publicada novela, nació siguiendo, sucesivamente, tres cursosdistintos. La primera idea me vino hace unos diez años, después de publicar La isla de Bowen. Aunque llamarlo “idea”es exagerado, porque lo único que me planteé fue que quería escribir sobre elfin de la civilización. Más concretamente, quería explorar la frontera entre elmundo civilizado y el mundo salvaje (podría decir “mundo natural”, pero“salvaje” describe mejor lo que pretendía hacer).

            Me puse a darle vueltas al asunto,desarrollé un argumento, diseñé unos personajes, comencé a escribir... y cuandollevaba más o menos treinta páginas, me detuve, hice examen de conciencia y medije: “No, César, eso no es lo que quieres escribir”. Así que archivé el textoy comencé a buscar otro argumento. Tiempo después, desarrollé una nueva ycompletamente diferente historia y empecé a escribirla. Al cabo de unas cincopáginas, mi voz interior hizo sonar todas las alarmas: de nuevo había errado elcamino. Otro textito archivado y otra vez a darle vueltas.

            Creo que ya he hablado de esto aquí,pero el caso es que hará uno o dos años, encontré el primer archivo, que estabaetiquetado con el muy impreciso título de “novela”, lo leí... y no tenía niidea de qué era eso. Había olvidado por completo haberlo escrito. De hecho,ahora lo he vuelto a olvidar; no sé qué escribí. NOTA: Hice muy bien enabandonar ese texto.

            Pasó el tiempo, años, y yo seguíadándole vueltas a la historia –en realidad, el tema- que quería contar y quetanto se me resistía. Hasta que un buen día, no recuerdo cuándo, me di cuentade cuál había sido mi error. En mis dos anteriores intentos había situado lahistoria muchos años después de que la civilización se hundiese. Pero si yopretendía hablar de lo civilizado y lo salvaje, debía situar mi historia justoen el momento en que los últimos rastros de la civilización desaparecen. Encuanto comprendí eso, todo fue coser y cantar. Ideé un nuevo argumento, me pusea escribir y todo fluyó como un arroyo cantarín. Luego, ciertos avataresretrasaron dos o tres años la publicación de la novela, pero eso no viene alcaso.

            ¿De qué va El fin de los tiempos? La acción se sitúa en España, en un futurocercano. La civilización se ha derrumbado. No ha habido ningún granapocalipsis, sino la progresiva degradación de una sociedad injusta en la quela desigualdad crecía al mismo ritmo que la miseria. Se produjo una inmensacrisis económica global, el Súper-Crack, que desencadenó algaradas y masacres. Hubohambrunas, guerras civiles, se detonaron algunos artefactos nucleares (nomuchos, afortunadamente). En ese contexto, se desató una pandemia, la MuerteBlanca, que diezmó a la humanidad. Y la civilización se fue a la mierda.

            La novela comienza en una zonaresidencial situada al oeste de una gran ciudad (que es Madrid, aunque nunca sedice en el texto). Esa zona está protegida por el ejército y en ella viven losciviles que trabajan para los militares. El resto de la ciudad está sumida enla barbarie. Un día, el destacamento del ejército recibe la orden de irse,dejando abandonados a su suerte a los civiles que viven con ellos. Todos sabenque, en cuanto los militares no estén, bandas de saqueadores arrasarán la zona,así que deben irse. Justo ahí empieza la historia.

            Los protagonistas son tres hermanos,Álex, Tomás y Sara, de 16, 12 y 8 años de edad, respectivamente. El día en quelos militares se van, abandonan la ciudad junto con sus padres, para dirigirsecaminando a un pueblo situado a 300 km de distancia, donde quizá encuentrenrefugio. La primera parte de la novela, narrada por Tomás, cuenta lo que sucededurante ese viaje a través de un territorio sumido en el salvajismo.

            La segunda parte, narrada en tercerapersona, transcurre once años después, cuando los protagonistas ya son adultos,y cuenta un segundo viaje, esta vez de búsqueda. Aunque los protagonistastienen diferentes motivos para realizarlo: redención, amor, lealtad, compañerismo,curiosidad e incluso venganza. Hay una tercera parte, muy breve, que cierra lanovela desde el punto de vista de Sara.

            ¿Elfin de los tiempos es una novela posapocalíptica? Bueno, no ha habido un apocalipsisconcreto, sino varios, pero a efectos prácticos sí que lo es. Por tanto, asumelas constantes del género (algunos me han dicho que la portada recuerda a The Last of Us). También es una novelade aventuras que describe dos viajes llenos de peligro. Y por último, es unanovela moral. No en el sentido de que tenga una moralina, sino porque proponevarios dilemas éticos.

            El primero de ellos: Si la sociedadse hundiese, ¿qué harías: intentar mantener la civilización o sumarte a labarbarie? Cada uno de los tres hermanos ofrece una respuesta diferente a esacuestión. La novela no toma partido; es el lector quien debe hacerlo (si leapetece, claro).

            Por otra parte, durante el relato,los protagonistas –es decir, los buenos-hacen cosas terribles. Ahí la cuestión es: y si no las hicieran, ¿qué? ¿Y cuálsería la alternativa? Y algo más: Si te comportas igual que los malos, ¿quéderecho tienes a considerarte bueno? Otro dilema: ¿Es lícito que laautodefensa, y la protección de los tuyos, anulen la piedad? En circunstanciasextremas, ¿es legítimo ser egoísta? ¿Hay otra opción?

            Pero existe un punto de vistaalternativo para encajar genéricamente la novela: es un western. En realidad,gran parte de los relatos posapocalípticos tienen la estructura, e incluso elescenario, del western (fijaos en las películas de Mad Max), y sin duda minovela es un relato de frontera, la que existe entre lo civilizado y lo salvaje,como en el western. Para colmo, en la segunda parte los protagonistas viajan acaballo. De modo que sí, puede considerarse un western. Pero eso, en realidad,¿qué más da?

            En la novela también hay una emisoramisteriosa, Radio Libre Apocalipsis, que emite música de los 70; y un locutor,el Hombre Lobo, que es una especie de narrador del fin del mundo. Además,existe (o no) un mítico reino perdido donde se preservan los mejores valores dela humanidad.

            Como decía antes, El fin de los tiempos propone una seriede dilemas morales. Cada uno de los tres hermanos que protagonizan el relatoofrece una respuesta diferente. Tomás, el mediano, no soporta el mundo dondevive e intenta mantener su integridad moral. Sara, la pequeña, se suma sinatisbo de dudas a la barbarie, porque está segura de que es la única forma desobrevivir. Tal y como ella misma dice: “Soyhija del caos, me crié en el caos, soy el caos”. En cuanto al mayor, Álex,es pragmático. Su postura vendría a ser: Si no hay más alternativa que labarbarie, adelante con ella; pero intentemos entretanto ser lo más civilizadosposible.

            ¿Cuál es mi opinión personal? Creoque los tres hermanos tienen poderosas razones para defender sus posturas.Simpatizo con Tomás, porque es un idealista; pero su estrategia desupervivencia deja mucho que desear. En cuanto a Sara, sus motivaciones sonsencillas, claras y muy realistas, pero jamás podría ser como ella. Respecto aÁlex, se ha adatado, sobrevive y ayuda a sobrevivir a los demás, así quesupongo que su postura es la más racional.

            Pero todo esto es teórico, claro,porque si llegara el fin de la civilización, supongo que yo tardaría unos cincominutos en estar muerto. Mi historia no sería un novela, sino un microrrelato.

           

                            

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Published on September 08, 2023 02:51

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César Mallorquí
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