Estábamos agotados como pareja. El tedio me corroía. Así que una tarde, mientras almorzábamos, le dije que iba por cigarrillos a la tienda de la esquina.
Jamás volví.
Desde ese momento hasta hoy han pasado diez años. De los diez años, la he extrañado nueve.
No sé nada de ella; y juro que me muero más que nunca por volver, pedirle perdón y juntar las ruinas hasta volverlas un imperio poderoso.
Con nadie había hablado de esto pero ayer le conté lo que sentía a uno de mis nuevos amigos. Él me dijo que si la extrañaba tanto, por qué no dejaba mi orgullo y volvía a buscarla. Me enfatizó que el tiempo todo lo perdona; que si ella en verdad me quería, sabría recibirme de nuevo.
Pero le dije que era imposible retornar. Tenía demasiada vergüenza, principalmente porque había cometido una ligereza aquella vez que me fui: mi excusa era que iba por cigarrillos… y ella sabía de sobra que yo nunca había fumado.
Published on February 18, 2015 05:07