El hombre y el libro
Esta mañana iba de camino a clase de inglés, he tenido demasiado tiempo de vacaciones y ya tocaba recuperar el ritmo, y cuando iba llegando al parking donde siempre dejo el coche, había una cola de los mismos relativamente larga. Íbamos circulando despacio e iba con la música a tope mientras miraba lo que se movía por las aceras. Mi mirada recorría sin especial interés la vida que se agitaba tras los cristales del coche, y en eso que mis ojos han aterrizado en un hombre sentado junto a la entrada del parking. Parecía extranjero, llevaba el pelo corto y un pendiente, su apariencia no parecía excesivamente limpia, a su lado una mochila con el mismo aspecto desgastado que su dueño y delante de sus piernas cruzadas un platillo de los de poner la comida a los perros. No sé si había muchas monedas dentro, pero por la atención que le hacían todos los que pasaban por delante, lo dudo. El caso es que yo me he quedado pegada a él porque entre sus manos sostenía un libro, me fijé en que ya le quedaban pocas páginas para alcanzar el final. Cada vez me acercaba más a la entrada del aparcamiento y al mismo tiempo a él, y en ese tiempo cambió un par de veces página y me conmovió la delicadeza con la que lo hizo. Llegó mi turno y le perdí de vista, pero mientras buscaba un hueco donde dejar mi coche no dejaba de pensar en él, así que cuando me encaminé a la salida busqué en el monedero y me preparé en la mano todas las monedas que llevaba. Al llegar a él ya no tenía el libro, lo había cambiado por una colilla encendida, me agaché y deje caer las monedas en un plato en el que apenas había un par más, me sonrió y me dio las gracias, y egoístamente me sentí bien, apenada pero bien.
Caminando hacía mi clase le daba vueltas a qué sucedería cuando terminara esas pocas páginas que le restaban ¿qué haría? ¿tendría algún sitio en el que, no sólo protegerse él, sino dónde tuviera alguna otra vida hecha de páginas? o por el contrario ¿sólo tendría el que portaba esa mañana y lo releería una y otra vez? Si en vez de monedas, hubiera dejado entre sus manos algún libro nuevo ¿me hubiera sonreído y dado las gracias igual? Pues, sinceramente creo que sí, creo que la soledad era menos solitaria para él con esas hojas viejas y sobadas por compañera, y a nadie nos viene mal un amigo nuevo que te da una vía de escape a una vida diferente ¿no?
Caminando hacía mi clase le daba vueltas a qué sucedería cuando terminara esas pocas páginas que le restaban ¿qué haría? ¿tendría algún sitio en el que, no sólo protegerse él, sino dónde tuviera alguna otra vida hecha de páginas? o por el contrario ¿sólo tendría el que portaba esa mañana y lo releería una y otra vez? Si en vez de monedas, hubiera dejado entre sus manos algún libro nuevo ¿me hubiera sonreído y dado las gracias igual? Pues, sinceramente creo que sí, creo que la soledad era menos solitaria para él con esas hojas viejas y sobadas por compañera, y a nadie nos viene mal un amigo nuevo que te da una vía de escape a una vida diferente ¿no?
Published on October 04, 2016 12:36
No comments have been added yet.


