¿Reseña de Ubik?
Este post iba a ser una reseña del libro Ubik de Philip K. Dick (PKD), pero no va a poder ser, por lo menos no será una reseña usual. Mucho me temo que hablar de este libro, por poco que se diga de él, supondría desvelar partes esenciales de la novela y no quiero privar a quienes aún no lo habéis leído del deleite que supone descubrirlas mientras se avanza en sus páginas. Y tiene mucho de lo que asombrarse.
Ubik fue escrito en 1969 por lo que, supongo, la mayoría de les fans de la ciencia ficción ya lo habréis leído. ¿No? Pues aún estás a tiempo. Creo que no te arrepentirás. Ubik es una obra maestra, sin lugar a dudas. Te puede gustar, te puede no gustar, pero, cuando la termines, me darás la razón. «¿Cómo voy a catalogar de obra maestra algo que no me gusta?», te preguntarás. No sé si esto te servirá de respuesta: Ubik es un libro raro, pero raro, raro. Raro en su planteamiento, raro en su trama, raro en sus giros y lo más raro es el final.
De PKD había leído ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y Fluyan mis lágrimas, dijo el policía, por lo que ya me esperaba que Ubik no iba a ser una historia de ciencia ficción convencional. En esos dos libros, la atmósfera es tan decadente y hay giros tan pronunciados que consiguen hacer dudar a los personajes de ser quienes son y el lector casi se pierde. La sensación debe ser parecida a un viaje ácido o algo así. Ubik no es una vuelta de tuerca más, es cien vueltas de tuerca más por lo menos. En ningún momento vas a estar seguro de que lo que ocurre en el libro es lo que aparenta ser, o de si un personaje es amigo o enemigo, o en qué estado se encuentra. Es una explosión de imaginación y originalidad, incluso cuando han pasado cincuenta años desde que lo publicaran.
[image error]
Podría decirse que la historia comienza como un enfrentamiento entre dos empresas: Hollis que vende servicios de espionaje mediante telépatas y adivinadores del futuro, contra Runciter que se dedica a anular ese espionaje con operarios que poseen otros poderes psíquicos. También existe una especie de criogenización en la que las conciencias de los muertos siguen viviendo durante años antes de perderse definitivamente. El fondo es un capitalismo desbocado en el que absolutamente todo tiene precio. Hasta aquí llega lo normalito del libro. A partir de ahí la narración es un cúmulo de incógnitas.
Pero ¿qué demonios es Ubik? A lo largo de la novela, PKD nos bombardea con publicidad de algo que parece ser un producto. Nos explica los beneficios de sus múltiples usos y nos advierte que siempre lo utilicemos con moderación y siguiendo las instrucciones, pero te vas a quedar con las ganas hasta el final. Con muchas ganas.
El ritmo de la novela es bueno, no se me ha hecho pesada en ningún momento. Me ha enganchado mucho más que ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y Fluyan mis lágrimas, dijo el policía. Conclusión, si a partir de ahora me preguntan por mis libros favoritos, Ubik estará entre ellos.


