Los guantes, complemento indispensable en la Inglaterra victoriana
En la época victoriana, los guantes eran más que simples guantes: eran una necesidad social.

La sociedad victoriana disponía de un guardarropa de guantes que se adaptaba a todos los momentos del día. Las mujeres llegaban a cambiarse varias veces según la actividad que fueran a desarrollar (tenían que ir siempre de punta en blanco) y su limpieza era un tema a considerar; era fundamental tenerlos siempre a punto.
Para un victoriano, utilizar guantes era casi como llevar zapatos; absolutamente necesario (independientemente de la capa social a la que perteneciese, aunque las normas eran más estrictas para la alta sociedad), y había todo un decálogo para usarlos: no salgas de casa sin ellos, no bailes sin llevarlos, no comas ni bebas con las manos cubiertas… En las cenas de gala, una vez sentada a la mesa, una dama debía retirar sus guantes (con sutileza y disimulo) y dejarlos en el regazo. Al terminar la cena, debía volver a calzárselos con la misma discreción.
Increíble. Y eso que no debía de ser nada fácil ponérselos.
“Never go out without gloves; put them on before you leave the house. You should no more be seen puling on your gloves in the street than tying the strings of your bonnet. Your gloves should always be of kid: silk or cotton gloves are very vulgar.” (Lady’s Book of Etiquette, 1860).
Durante el día las damas llevaban guantes cortos y, en general, de tonos pálidos, aunque debían de ser de piel de cabrito. —Como dice el manual de etiqueta de la mujer: cualquier otro material «era muy vulgar»—. Por la noche fueron alargándose en cada década, llegando a superar el codo y tener hasta veinte botones.
Siguiendo una norma francesa, su longitud solía medirse en botones, y su largo fue extendiéndose, tanto para la noche como para el día, a lo largo del siglo XIX.

ACCESORIOS INDISPENSABLES

Glove stretcher
Para poder colocarse un guante nuevo estrecho y ajustado —pensad que no existían los tejidos elásticos que podemos encontrar hoy—, se necesitaba primero «ensanchar» los dedos. Y para hacerlo se usaba un utensilio como el que vemos en la foto.
Buttonhook
El buttonhook era una herramienta muy útil que se usaba para abrochar los diminutos botones de guantes y zapatos. Consistía en un pequeño gancho unido a un mango, y se utilizaba insertando el gancho en el ojal para capturar el botón por el vástago y poder así pasarlo a través de la abertura.
La puritana sociedad victoriana asociaba unas manos de mujer sin guantes a la desnudez del cuerpo femenino, llegando hasta el punto de que, para un hombre, quitarle el guante a una dama podía llegar a significar «an erotic and physical stand-in for the act of sex itself» (Blakemore). Un sustituto erótico y físico del acto sexual.
Qué cosas, ¿verdad?
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