UNA MARATON

Te planteas una nueva novela y una vez que tienes la idea general te hace una gran ilusión. Quieres ponerte a escribir esa historia ya, con esos personajes, introducirte en ese mundo, dejar volar la imaginación, disfrutar de esa actividad psicotrópica y adictiva que es la escritura. Te pones frente al teclado, y te das cuenta que… te falta mucho trabajo.

Escribir una novela es una carrera de fondo, es una maratón. Como corredor te imaginas llegando a la meta, después de haber superado los 42,195 metros, la satisfacción del esfuerzo realizado por haber conseguido superar un reto importante. Y sabes que ese triunfo no hubiera sido posible sin todo el trabajo previo de un año, en el que has estado entrenando en silencio, haciendo kilómetros y más kilómetros, adecuando tu forma física para cuando llegue el gran día.

Cuando te planteas escribir una novela quieres empezar a escribir ya, a crear los personajes, a desarrollar la trama; al igual que la maratón, que quieres tomar la salida ya. Pero te falta «entrenamiento»: trabajo silencioso, invisible, constante, sin recompensa alguna. Documentación, investigación, desarrollo de la trama, creación de los personajes, concebir la estructura, pensar en el lenguaje, el estilo, el ritmo, los distintos elementos que vamos a utilizar. Pensar, pensar mucho, buscar, escribir y desarrollar ideas, emborronar, borrar y volver a escribir. Hasta que poco a poco vas encajando las piezas del puzle y ves que aquello puede tener consistencia: te ves capaz de lograrlo.

Entonces sí, ya estás en la línea de salida con la pluma en la mano o el teclado delante. La mano, los dedos, se ponen en movimiento sobre el papel o la pantalla, al igual que lo hacen las piernas sobre el asfalto, y empiezan a surgir palabras, párrafos, paginas, capítulo tras capítulo, al igual que se supera kilómetro tras kilómetro. Eso sí, no exento de dudas y dificultades, pero el trabajo previo, el entrenamiento, te lleva a superarlas. Y llegamos al fatídico kilómetro 35, donde te asaltan las dudas, donde se pone en riesgo todo lo que has conseguido hasta el momento y todo el trabajo realizado se puede desmoronar como un castillo de naipes. De nuevo el entrenamiento, el trabajo realizado te hace fuerte, y aunque no sabes muy bien cómo tu cabeza te dice que adelante, que tú puedes. Llegas al kilómetro 40, sabes que está ahí, te quedan apenas dos kilómetros y algunos metros; sabes todo lo que has superado hasta llegar ahí y hora solo te queda el glorioso final. Sacas fuerzas de donde no las hay. Estás en el 42, ya ves el arco de meta, y entonces haciendo un sobre esfuerzo recorres los últimos metros, esas últimas páginas que coronarán la novela de manera gloriosa y que supondrá la satisfacción plena de haber disfrutado de la carrera y haberla concluido con éxito. Satisfacción del corredor compartido por todos los que lo han jadeado durante la prueba. Satisfacción del autor y de todos sus lectores.
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Published on December 30, 2023 01:26 Tags: escritor
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REFLEXIONES DE UN APRENDIZ DE ESCRITOR

Josep Alías i Almeda
En este blog quiero compartir ideas, reflexiones, interrogantes, que todos los que escribimos, siendo la escritura una actividad profesional o amateur, pero siempre con ilusión y pasión, nos planteamo ...more
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