¡Novedad a la vista!
Este post debería haberlo escrito hace algún tiempo, pero no tenía muchas novedades qué dar, así que se fue posponiendo y posponiendo. Pero me he dicho: «Tengo que dar la cara. Tengo que salir al ruedo y ver si queda alguien a quien le puedan interesar mis historias». Sé que he tardado mucho en dar esta noticia, pero en los últimos años mi vida personal se ha trastornado y sacar adelante las novelas se me ha hecho muy cuesta arriba. Sin embargo, por fin puedo decir que la cuarta (y el cierre) de la saga Sangre y cenizas, no la de la Armentrout, sino la mía, está casi casi para entregar a las lectoras cero. Y eso significa que en, espero, poco tiempo estará disponible para todos la historia de Jennifer y Radamés.
Esta nueva novela se centra en la pareja, pero también va a desvelar por qué el vampiro milenario lleva tanto tiempo solo, por qué es tan templado y tranquilo y por qué evita tomar protagonismo en la raza —siendo uno de los antiguos bien podría pertenecer al Consejo—. Y para conocer todo eso nos vamos a ir a a La Gran Manzana. A Nueva York.
La historia empieza en la zona egipcia del Museo de Arte Metropolitano, pero también pasearemos por Central Park, viviremos en la calle 86, iremos a un concierto bajo el puente de Brooklyn, llegaremos hasta la Isla de Hart, tendremos una cena de negocios en Chinatown… Y acabaremos en una mansión a 50 kilómetros de París. Y todo eso acompañados por los vampiros que controlan Manhattan, por un par de diosas egipcias (aunque de forma fugaz aparece alguno más), por los Kozlowski, por la familia de Radamés, por un purasangre y su bruja, y por un curioso compañero de viaje llamado Petet. Ya lo conoceréis.
Me gustaría poder daros algo más, como por ejemplo un título, pero aunque lo tenía claro hace unos días ahora tengo mis dudas, así que mejor lo dejo aquí y me voy a trabajar un poco más en ese final. Un final que está cerca por fin; las ciento doce mil palabras que llevo escritas poco más van a crecer.

Por cierto, ya expliqué en mi cuenta de Instagram que el nombre de mi saga es anterior a la que está publicado Jennifer Armetrout, y que sea el mismo se trata de una coincidencia, pero aunque en su momento decidí mantenerlo sigo sin encontrarme cómoda con él. Ya he leído por ahí que alguien se preguntaba por qué había tomado el nombre de la famosísima serie. ¿Es tarde para cambiarlo?
¿Qué os parecería añadir la palabra fuego para que suene diferente?
¿Os parece que Sangre, fuego y cenizas quedaría bien?
Os leo.
PD: Estos trabajos están a la venta solo en Amazon. Y los tenéis en ebook y tapa blanda.
Saga Sangre y Cenizas – M.C. Sark


