Su olor después de la lluvia
Su olor después de la lluvia de Cédric Sapin-Defour
Mi puntuación: 4/5
¿Cómo será leer este libro sin haber convivido nunca con un perro? No lo sé. Para los que sí atesoramos (porque es un pequeño tesoro) esa experiencia, este es un texto conmovedor, tierno, emocionante.
Te ves reconocido en muchas de las reflexiones del autor, en muchas de sus dudas, en muchas de sus emociones. Supongo que le habrá ocurrido lo mismo a la mayoría de los lectores que han tenido un perro en su vida.
Toda la narración desborda amor y ternura sinceras; también tristeza por la ausencia, y con eso no descubro nada que no se sepa desde el principio del libro (que no sepa todo el mundo que adopta a un perro).
Un pequeño «pero»: la escritura resulta a veces un poco enrevesada, con frases de las hay que releer para desentrañar el significado. Al principio me parecieron incluso un tanto artificiosas, como si en cada párrafo el autor quisiera dejar una frase deslumbrante digna de ser subrayada. A lo largo de la lectura vas percibiendo que no, que ese es el estilo natural del autor, te vas adaptando a él y no te importa demasiado volver atrás para releer la frase que no has acabado de entender.
Y, sí, hay un buen número de frases para citar, la mayoría de ellas aplicables a todo el mundo, tenga o no perro, porque así son los aprendizajes de convivir con un perro.
Me voy a quedar con una del principio, cuando el autor decide de repente y casi casualmente hacer una llamada que pondrá en marcha todo, una frase que expresa de una forma diferente (y mejor) algo que quise explicar en mi No soy nadie corriendo:
«Creemos en los actos irreflexivos, pero la verdad es que van madurando poco a poco durante años, te conocen tan bien que en cuanto les das una oportunidad aparecen disfrazados de impulso inmediato o de verdad llegada de no se sabe dónde.»


