WIFEDOM

WIFEDOM. Mrs. Orwell’s Invisible Life. Anna Funder. London: Penguin Random House, 2023

Distanciamiento

 En el último evento literario al que acudí hace aproximadamente una semana, una de las autoras en escena dijo algo así como que ella solo conseguía distanciarse de sus emociones y dejar de proyectarse a sí misma en sus textos cuando escribía en inglés. Semejante declaración me pareció, además de una soberana estupidez, de una pretenciosidad cósmica.

Desde ese día hasta hoy me ha dado tiempo de completar la lectura de WIFEDOM, por recomendación de una de las personas más sabias que tengo la suerte de conservar en mi vida y me reafirmo: el verdadero reto no está en la escritura sino en la lectura. Distanciarse, obviar información, eludir detalles, reinterpretar la historia que una conoce para contarla como una quiere no es complejo (partiendo, por supuesto, del hecho de que quien escriba sepa cómo hacerlo). Sin embargo, en leer más allá de lo que está escrito y entender “quién”, “cómo” y “por qué” es donde reside la auténtica dificultad de la literatura.

WIFEDOM no es la historia que Anna Funder “quiere creer que sucedió” y que desmiente la que todos conocemos. No es una revisión de la vida de George Orwell que persiga su “cancelación” por haber hecho de menos a su esposa, pese a lo mucho que ella lo ayudó a él en la escritura y edición de al menos dos de sus libros más conocidos (Animal Farm y 1984). Muy al contrario, se trata de una curiosísima pieza literaria en la cual la escritora comparte reflexiones muy íntimas con el lector, se compara con las dos figuras centrales de su trabajo de investigación (Eileen O’Shaughnessy y su esposo) al hilo de las biografías escritas por otros, los diarios y las cartas originales de ambos. Anna Funder recupera a Eileen y la vuelve visible en ese lugar de los textos de su esposo donde nunca había dejado de estar, aunque oculta.

Como persona que ha dedicado tiempo a investigar para sus propios textos y trabajos académicos me ha sorprendido encontrar una narradora que comparte con el lector todos sus archivos y carpetas, los despliega sobre la mesa y los explica de forma tan sencilla, cambiando el punto de vista, saltando del estilo directo al indirecto, jugando con las cursivas y los párrafos… parece fácil y, desde luego que el resultado lo es, lo puede comprender cualquiera, pero eso sólo es así porque ella nos ha desmenuzado el trabajo para que así sea.

En ningún momento de este ensayo se deja de valorar la obra de George Orwell: la autora, admiradora de su bibliografía, pone todo su empeño en que el lector tampoco lo haga, pero no se trata sólo de separar al autor (tenga o no dudosa moralidad) de su obra, sino de rastrear los dos caminos, el personal y el literario, para tender puentes entre ambos y volver a conectarlos porque a veces, la historia abre zanjas y los distancia para siempre.

Podría decirse que Anna Funder se esfuerza en escribir sobre algo que le afecta más personalmente de lo que ella quisiera para explicarlo con objetividad, clara y sencillamente.

Quizás sea posible distanciarse con éxito sin necesidad de cambiar de idioma.

Conviene, en cualquier caso, saber expresarse en la lengua que una escoge para hacerlo.

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Published on September 21, 2025 04:20
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