Dos misas, a elegir una. Virgen del Pilar o Domingo 28 Ciclo C
Este 12 de octubre coinciden la fiesta de la Virgendel Pilar y el Domingo 28 del Tiempo Ordinario. Daré unas ideas breves sobrelas lecturas y que cada cual elija la misa que prefiere decir.
VIRGEN DEL PILAR
Las lecturas aluden a trestemas esenciales este día: fiesta, oración, doble piropo.
Fiesta(1ª lectura: 1 Crónicas,3-4.15-16).
El arca de la alianza erauna caja de 1.25 m de largo, 75 cm de ancho y 75 cm de alto. Era el símbolo dela presencia de Dios que había acompañado al pueblo de Israel durante su marchapor el desierto. Tras muchos avatares terminó en Jerusalén, pero al aire libre,sin un lugar apropiado, hasta que David le construye una tienda para cobijarla.Más tarde, Salomón le construirá un templo.
Lalectura recoge el momento en que es trasladada a la tienda preparada por Davidy la gran fiesta que se celebra con ese motivo. Este ambiente festivo encajamuy bien con el día de hoy en Zaragoza y en otros lugares.
Oración(2ª lectura: Hechos de los apóstoles 1,12-14)
Tras la ascensión de Jesús, losapóstoles, algunas mujeres, «María, la madre de Jesús», y sus hermanos sededican a la oración en Jerusalén. Es la única referencia a María fuera de losevangelios y en la historia de la iglesia primitiva. Lucas la presentaacompañando a la comunidad y a todos nosotros en la oración. El evangelistaJuan diría: «Como una madre que acompaña a sus hijos, de acuerdo con el encargode Jesús».
Doblepiropo (Lucas 11,27-28)
Estebreve episodio es el más simpático y popular del evangelio. Al escuchar aJesús, una mujer exclama entusiasmada: «¡Bendito sea el vientre que te llevó ylos pechos que mamaste!». Entre nosotros habría dicho: «¡Bendita sea la madreque te parió!». Pero la mujer del evangelio sabe que después de parir la mujersigue cumpliendo una función igual de importante: alimentar. Su deseo de alabara Jesús le lleva a alabar a su madre.
Jesúsaprovecha la ocasión para enseñar que la verdadera dicha consiste en escuchar yponer en práctica la palabra de Dios. Pero esto no disminuye en nada el elogiode María. Al contrario. Ella dijo desde el primer momento: «Hágase en mí segúntu palabra».
DOMINGO 28 CICLO C
Las lecturas de este domingo son fáciles deentender y animan a ser agradecidos con Dios. La del Antiguo Testamento y elevangelio tienen como protagonistas a personajes muy parecidos: en ambos casosse trata de un extranjero. El primero es sirio, y las relaciones entre sirios eisraelitas eran tan malas entonces como ahora. El segundo es samaritano, que escomo decir, hoy día, palestino. Para colmo, tanto el sirio como el samaritanoestán enfermos de lepra.
Naamán el sirio (2 Reyes 5,14-17)
En aquellos días, Naamán de Siria bajó al Jordán y sebañó siete veces, como había ordenado el profeta Eliseo, y su carne quedólimpia de la lepra, como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó alprofeta, diciendo:
‒ Ahora reconozco que no hay dios entoda la tierra más que el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.
Eliseo contestó:
‒ ¡Vive Dios, a quien sirvo! Noaceptaré nada.
Y aunque le insistía, lo rehusó.Naamán dijo:
‒ Entonces, que a tu servidor ledejen llevar tierra, la carga de un par de mulas; porque en adelante tuservidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor.
Convistas al tema de este domingo, lo importante es la actitud de agradecimiento:primero con el profeta, al que pretende inútilmente hacer un regalo, y luegocon Yahvé, el dios de Israel, al que piensa dar culto el resto de su vida. Perono olvidemos que Naamán es un extranjero, una persona de la que muchos judíospiadosos no podrían esperar nada bueno. Sin embargo, el “malo” es tremendamenteagradecido.
Unsamaritano anónimo (Lucas 17,11-19)
Simalo era un sirio, peor, en tiempos de Jesús, era un samaritano. Pero a Lucasle gusta dejarlos en buen lugar.
YendoJesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entraren un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejosy a gritos le decían:
‒ Jesús, maestro, ten compasión denosotros.
Al verlos, les dijo:
‒ Id a presentaros a los sacerdotes.
Y, mientras iban de camino, quedaronlimpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios agrandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Ésteera un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo:
‒ ¿No han quedado limpios los diez?;los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dargloria a Dios?
Y le dijo:
‒ Levántate, vete; tu fe te hasalvado.
Esterelato refleja mejor que el de Naamán la situación de los leprosos. Viven lejosde la sociedad, tienen que mantenerse a distancia, hablan a gritos. «Jesús, jefe, ten compasión de nosotros». Seencuentran en situación desesperada, y su grito recuerda al que en los salmosse dirige a Dios cuando el orante se siente desfallecer, solo y afligido, enprofunda angustia (Sal 6,3; 9,14; 25,16 etc.).
Ante la petición Jesús no hacenada, se limita a ordenarles: «Id a presentaros a lossacerdotes». Y los leprosos, sin que lesdesaparezca la lepra de inmediato, obedecen a Jesús y se ponen en camino. Unnotable acto de fe en la palabra de Jesús, porque la sensación de habersecurado no la tienen hasta más adelante.
Entonces, solo uno vuelve,alabando a Dios por el camino, y se postra rostro en tierra a los pies de Jesúspara darle gracias. Pero Jesús no se dirige a él, sino a un auditorio queabarca a todos los presentes, haciendo tres preguntas: ¿No han quedado limpioslos diez? Él sabe que sí, aunque los demás no lo sepan. ¿Dónde están los otrosnueve? ¿Solo este extranjero ha vuelto a dar gloria a Dios? Algo evidente,aunque nadie sabe que es extranjero. Cabe una objeción: este samaritano diogloria a Dios en cuanto advirtió que estaba curado, ¿no habrán hecho lo mismolos demás, aunque no volviesen a dar las gracias a Jesús? Esta pregunta noshace caer en la cuenta de que no se puede dar gloria a Dios sin dar las graciasa Jesús.
La escena termina conunas palabras que hemos escuchado en otros casos: «Tu fe te ha salvado» (7,50; 8,48; reaparecerá en 18,42). Todos han sido curados,solo uno se ha salvado. Nueve han mejorado su salud, solo uno ha mejorado en sucuerpo y en su espíritu, ha vuelto a dar gloria a Dios.
Examen deconciencia
¿Dóndeme sitúo? ¿Entre los “buenos” poco agradecidos, o entre los “malos”agradecidos?
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