José Luis Sicre's Blog
October 16, 2025
Los ejemplos de tres mujeres… y de tres varones. Domingo 29 Ciclo C
El ejemplo deuna viuda (Lucas 18, 1-8)
Loscristianos para los que Lucas escribió su evangelio no estaban muyacostumbrados a rezar, quizá porque la mayoría de ellos eran paganos reciénconvertidos. Lucas se esforzó en inculcarles la importancia de la oración: lespresentó a Isabel, María, los ángeles, Zacarías, Simeón, pronunciando las másdiversas formas de alabanza y acción de gracias; y, sobre todo, a Jesúsretirándose a solas para rezar en todos los momentos importantes de su vida.
Elcomienzo del evangelio de este domingo parece formar parte de la mismatendencia. Sin embargo, el final nos depara una gran sorpresa.
En aquel tiempo, Jesús,para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse,les propuso esta parábola:
‒ Había un juez en una ciudad que nitemía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había unaviuda que solía ir a decirle:
‒ Hazme justicia frente a miadversario.
Por algún tiempo se negó, perodespués se dijo:
‒ Aunque ni temo a Dios ni meimportan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, novaya a acabar pegándome en la cara.
Y el Señor añadió:
‒ Fijaos en lo que dice el juezinjusto; pues Dios…
Interrumpela lectura y pregúntate cuál sería el final lógico. Probablemente éste: PuesDios, ¿no escuchará a los quienes le suplican continuamente, sindesanimarse?
Sinembargo, no es así como termina la parábola de Jesús, sino con estas palabras:
Pues Dios, ¿no harájusticia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digoque les hará justicia sin tardar.
Elacento se ha desplazado al tema de la justicia, a una comunidad angustiada quepide a Dios que la salve. No se trata de pedir cualquier cosa, aunque seabuena, ni de alabar o agradecer. Es la oración que se realiza en medio de unacrisis muy grave. Recordemos que Lucas escribe su evangelio entre los años80-90 del siglo I. El año 81 sube al trono Domiciano, que persigue cruelmente alos cristianos y promulga la siguiente ley: “Que ningún cristiano, una veztraído ante un tribunal, quede exento de castigo si no renuncia a su religión”.
Eneste contexto de angustia y persecución se explica muy bien que la comunidadgrite a Dios día y noche, y que la parábola prometa que Dios le hará justiciafrente a las injusticias de sus perseguidores.
Sinembargo, Lucas termina con una frase desconcertante: «Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en latierra?». En medio de las dificultades y persecuciones, un desafío: quenuestra fe no se limite a cinco minutos o a un comentario, sino que nos impulsea clamar a Dios día y noche.
Los ejemplosde una abuela y de una madre (2 Timoteo 3,14-4,2)
“Desde niño conoces la Sagrada Escritura”, dice Pablo asu querido discípulo y compañero Timoteo en la segunda lectura de hoy. ¿Quiénse la dio a conocer? Lo dice el comienzo de la carta: su abuela, Loide, y sumadre, Eunice (2 Tim 1,5). Timoteo es un caso curioso: su padre era pagano; sumadre, judía, no circuncida a su hijo (como si hoy día no lo bautizase), perotanto ella como la abuela instruyen al niño en la Sagrada Escritura. Al pasarlos años, quizá por no estar circuncidado, se siente más cerca de loscristianos que de los judíos y tiene excelentes relaciones con las comunidadesIconio y Listra. Estas se lo recomiendan a Pablo y le servirá de compañerodurante su segundo viaje misional.
El texto litúrgico recuerda las ventajas de la SagradaEscritura, útil para enseñar, reprender, corregir y educar en la virtud. Pero recordemosque su conocimiento no le vino a Timoteo de la sinagoga, sino de su abuela y desu madre. No le podrían proporcionar los conocimientos profundos de un escriba,pero le hicieron enorme bien y a nosotros nos dejan un ejemplo muy digno deimitar.
Querido hermano: Permanece en loque has aprendido y se te ha confiado; sabiendo de quien lo aprendiste, y quede niño conoces la Sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que por lafe en Cristo Jesús conduce a la salvación. Toda escritura inspirada por Dios estambién útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en lavirtud: así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obrabuena.
Ante Dios yante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venidaen majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende,reprocha, exhorta con toda comprensión y pedagogía.
El ejemplo de Moisés, Aarón y Jur (Éxodo 17, 8-13)
Encomparación con los ejemplos de las mujeres, el de los varones tiene luces ysombras. Los amalecitas, un pueblo nómada, atacaban a menudo a los israelitasdurante su peregrinación por el desierto hacia la Tierra Prometida. Pero Moisésno espera que Dios intervenga para salvarlos; ordena a Josué que los ataque. Lointeresante del relato es que mientras Moisés mantiene las manos en alto, engesto de oración, los israelitas vencen; cuando las baja, son derrotados. ¿Y sise cansa? A los judíos nunca le faltan ideas prácticas para solucionar elproblema.
Enaquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín. Moisés dijo aJosué:
‒ Escoge unos cuantos hombres, hazuna salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, conel bastón maravilloso de Dios en la mano.
Hizo Josué lo que le decía Moisés, yatacó a Amalec; mientras Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte.Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja,vencía Amalec. Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedray se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sosteníanlos brazos, uno a cada lado. Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta delsol. Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada.
Estetexto se ha elegido porque va en la misma línea del evangelio: orar siempre sindesanimarse. Pero usar la oración para matar amalecitas no parece una idea muyevangélica.
October 9, 2025
Dos misas, a elegir una. Virgen del Pilar o Domingo 28 Ciclo C
Este 12 de octubre coinciden la fiesta de la Virgendel Pilar y el Domingo 28 del Tiempo Ordinario. Daré unas ideas breves sobrelas lecturas y que cada cual elija la misa que prefiere decir.
VIRGEN DEL PILAR
Las lecturas aluden a trestemas esenciales este día: fiesta, oración, doble piropo.
Fiesta(1ª lectura: 1 Crónicas,3-4.15-16).
El arca de la alianza erauna caja de 1.25 m de largo, 75 cm de ancho y 75 cm de alto. Era el símbolo dela presencia de Dios que había acompañado al pueblo de Israel durante su marchapor el desierto. Tras muchos avatares terminó en Jerusalén, pero al aire libre,sin un lugar apropiado, hasta que David le construye una tienda para cobijarla.Más tarde, Salomón le construirá un templo.
Lalectura recoge el momento en que es trasladada a la tienda preparada por Davidy la gran fiesta que se celebra con ese motivo. Este ambiente festivo encajamuy bien con el día de hoy en Zaragoza y en otros lugares.
Oración(2ª lectura: Hechos de los apóstoles 1,12-14)
Tras la ascensión de Jesús, losapóstoles, algunas mujeres, «María, la madre de Jesús», y sus hermanos sededican a la oración en Jerusalén. Es la única referencia a María fuera de losevangelios y en la historia de la iglesia primitiva. Lucas la presentaacompañando a la comunidad y a todos nosotros en la oración. El evangelistaJuan diría: «Como una madre que acompaña a sus hijos, de acuerdo con el encargode Jesús».
Doblepiropo (Lucas 11,27-28)
Estebreve episodio es el más simpático y popular del evangelio. Al escuchar aJesús, una mujer exclama entusiasmada: «¡Bendito sea el vientre que te llevó ylos pechos que mamaste!». Entre nosotros habría dicho: «¡Bendita sea la madreque te parió!». Pero la mujer del evangelio sabe que después de parir la mujersigue cumpliendo una función igual de importante: alimentar. Su deseo de alabara Jesús le lleva a alabar a su madre.
Jesúsaprovecha la ocasión para enseñar que la verdadera dicha consiste en escuchar yponer en práctica la palabra de Dios. Pero esto no disminuye en nada el elogiode María. Al contrario. Ella dijo desde el primer momento: «Hágase en mí segúntu palabra».
DOMINGO 28 CICLO C
Las lecturas de este domingo son fáciles deentender y animan a ser agradecidos con Dios. La del Antiguo Testamento y elevangelio tienen como protagonistas a personajes muy parecidos: en ambos casosse trata de un extranjero. El primero es sirio, y las relaciones entre sirios eisraelitas eran tan malas entonces como ahora. El segundo es samaritano, que escomo decir, hoy día, palestino. Para colmo, tanto el sirio como el samaritanoestán enfermos de lepra.
Naamán el sirio (2 Reyes 5,14-17)
En aquellos días, Naamán de Siria bajó al Jordán y sebañó siete veces, como había ordenado el profeta Eliseo, y su carne quedólimpia de la lepra, como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó alprofeta, diciendo:
‒ Ahora reconozco que no hay dios entoda la tierra más que el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.
Eliseo contestó:
‒ ¡Vive Dios, a quien sirvo! Noaceptaré nada.
Y aunque le insistía, lo rehusó.Naamán dijo:
‒ Entonces, que a tu servidor ledejen llevar tierra, la carga de un par de mulas; porque en adelante tuservidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor.
Convistas al tema de este domingo, lo importante es la actitud de agradecimiento:primero con el profeta, al que pretende inútilmente hacer un regalo, y luegocon Yahvé, el dios de Israel, al que piensa dar culto el resto de su vida. Perono olvidemos que Naamán es un extranjero, una persona de la que muchos judíospiadosos no podrían esperar nada bueno. Sin embargo, el “malo” es tremendamenteagradecido.
Unsamaritano anónimo (Lucas 17,11-19)
Simalo era un sirio, peor, en tiempos de Jesús, era un samaritano. Pero a Lucasle gusta dejarlos en buen lugar.
YendoJesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entraren un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejosy a gritos le decían:
‒ Jesús, maestro, ten compasión denosotros.
Al verlos, les dijo:
‒ Id a presentaros a los sacerdotes.
Y, mientras iban de camino, quedaronlimpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios agrandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Ésteera un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo:
‒ ¿No han quedado limpios los diez?;los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dargloria a Dios?
Y le dijo:
‒ Levántate, vete; tu fe te hasalvado.
Esterelato refleja mejor que el de Naamán la situación de los leprosos. Viven lejosde la sociedad, tienen que mantenerse a distancia, hablan a gritos. «Jesús, jefe, ten compasión de nosotros». Seencuentran en situación desesperada, y su grito recuerda al que en los salmosse dirige a Dios cuando el orante se siente desfallecer, solo y afligido, enprofunda angustia (Sal 6,3; 9,14; 25,16 etc.).
Ante la petición Jesús no hacenada, se limita a ordenarles: «Id a presentaros a lossacerdotes». Y los leprosos, sin que lesdesaparezca la lepra de inmediato, obedecen a Jesús y se ponen en camino. Unnotable acto de fe en la palabra de Jesús, porque la sensación de habersecurado no la tienen hasta más adelante.
Entonces, solo uno vuelve,alabando a Dios por el camino, y se postra rostro en tierra a los pies de Jesúspara darle gracias. Pero Jesús no se dirige a él, sino a un auditorio queabarca a todos los presentes, haciendo tres preguntas: ¿No han quedado limpioslos diez? Él sabe que sí, aunque los demás no lo sepan. ¿Dónde están los otrosnueve? ¿Solo este extranjero ha vuelto a dar gloria a Dios? Algo evidente,aunque nadie sabe que es extranjero. Cabe una objeción: este samaritano diogloria a Dios en cuanto advirtió que estaba curado, ¿no habrán hecho lo mismolos demás, aunque no volviesen a dar las gracias a Jesús? Esta pregunta noshace caer en la cuenta de que no se puede dar gloria a Dios sin dar las graciasa Jesús.
La escena termina conunas palabras que hemos escuchado en otros casos: «Tu fe te ha salvado» (7,50; 8,48; reaparecerá en 18,42). Todos han sido curados,solo uno se ha salvado. Nueve han mejorado su salud, solo uno ha mejorado en sucuerpo y en su espíritu, ha vuelto a dar gloria a Dios.
Examen deconciencia
¿Dóndeme sitúo? ¿Entre los “buenos” poco agradecidos, o entre los “malos”agradecidos?
October 2, 2025
Falta de fe y exceso de presunción. Domingo 27 Ciclo C
Si tuvierais fe como un grano de mostaza...
Después de la parábola del rico y Lázaro, leída eldomingo pasado, Lucas empalma cuatro enseñanzas de Jesús a propósito delescándalo, el perdón, la fe y la humildad. Son frases muy breves, sin aparenterelación entre ellas, pronunciadas por Jesús en distintos momentos. De esascuatro enseñanzas, el evangelio de este domingo ha seleccionado solo las dosúltimas, sobre la fe y la humildad (Lucas 17,5-10).
Menos fe queun ateo
Enaquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor:
‒ Auméntanos la fe.
ElSeñor contestó:
‒ Si tuvierais fe como un granito demostaza, diríais a esa montaña: «Arráncate de raíz y plántate en el mar». Y osobedecería.
Elevangelio de Mateo cuenta algo parecido: un padre trae a su hijo, que sufreataques de epilepsia, para que lo curen los apóstoles. Ellos no lo consiguen.Aparece Jesús, y lo cura de inmediato. Los apóstoles, admirados, le preguntanpor qué ellos no han sido capaces de curarlo. Y Jesús les responde: “Porvuestra poca fe. Si tuvierais fe como un grano de mostaza…”
Lucasofrece un enfoque distinto, más irónico y malicioso. En su evangelio losapóstoles no buscan la explicación a un fracaso, sino que formulan una petición:“Auméntanos la fe”.
¿Quépiden los apóstoles? ¿Qué idea tienen de la fe? Ya que no eran grandesteólogos, ni habían estudiado nuestro catecismo, su preocupación no se centraen el Credo ni en un conjunto de verdades. Si leemos el evangelio de Lucasdesde el comienzo hasta el momento en el que los apóstoles formulan su petición,encontramos cuatro episodios en los que se habla de la fe:
ü Jesús,viendo la fe de cuatro personas que le llevan a un paralítico, loperdona y lo cura (5,20).
ü Cuandoun centurión le pide a Jesús que cure a su criado, diciendo que le bastapronunciar una palabra para que quede sano, Jesús se admira y dice que nuncaha visto una fe tan grande, ni siquiera en Israel (7,9).
ü Ala prostituta que llora a sus pies, le dice: “Tu fe te ha salvado”(7,50).
ü Ala mujer con flujo de sangre: “Hija, tu fe te ha salvado” (8,48).
Entodos estos casos, la fe se relaciona con el poder milagroso de Jesús. Lapersona que tiene fe es la que cree que Jesús puede curarla o curar a otro.
Perola actitud de los apóstoles no es la de estas personas. Cuando una tempestadamenaza con hundir la barca en el lago, no confían en el poder de Jesús ypiensan que morirán ahogados. Y Jesús les reprocha: “¿Dónde está vuestra fe?” (8,25).La petición del evangelio de hoy, “auméntanos la fe”, empalmaría muy bien conese episodio de la tempestad calmada: “tenemos poca fe, haz que creamos más enti”. Pero Jesús, como en otras ocasiones, responde de forma irónica ydesconcertante: “Vuestra fe no llega ni al tamaño de un grano de mostaza”.
¿Quépuede motivar una respuesta tan dura a una petición tan buena? El texto no lodice. Pero podemos aventurar una idea: lo que pretende Lucas es dar un severotoque de atención a los responsables de las comunidades cristianas. La historiademuestra que muchas veces los papas, obispos, sacerdotes y religiosos/as nosconsideramos por encima del resto del pueblo de Dios, como las verdaderaspersonas de fe y los modelos a imitar. No sería raro que esto mismo ocurrieseen la iglesia antigua, y Lucas nos recuerda las palabras de Jesús: “Nopresumáis de fe, no tenéis ni un gramo de ella”.
Ni lasgracias ni propina
Enlínea parecida iría la enseñanza sobre la humildad. El apóstol, el misionero,los responsables de las comunidades, pueden sufrir la tentación de pensar quehacen algo grande, excepcional; algunos pueden pensar que merecen serrecompensados con un episcopado o un cardenalato. Jesús vuelve a echarles unjarro de agua fría.
Suponedque un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve delcampo, ¿quién de vosotros le dice: «En seguida, ven y ponte a la mesa»? ¿No lediréis: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y despuéscomerás y beberás tú»? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecholo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid:«Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer».
Laparábola es de una ironía sutil. Al principio, el lector u oyente se siente ungran propietario, que dispone de criados a los que puede dar órdenes. Al final,le dicen que el propietario es Dios, y él un pobre siervo, que se limita ahacer lo que le mandan. Si fuese un camarero, no debería esperar que le diesenlas gracias ni propina. Un lenguaje duro, hiriente, muy típico del que usaJesús con sus discípulos.
¿Dios no lee el periódico ni ve el telediario? (Habacuc 1,2-3; 2, 2-4)
Basta recordar loocurrido esta semana para preguntarse si a Dios le preocupa lo que nos ocurre.Gaza, Ucrania, Yemen, tifón en Hong Kong, inundaciones destructoras en el nortede Italia y sur de Francia, narcotráfico…
Elprofeta Habacuc, en el siglo VII-VI a.C. se planteó este problema, perocentrándose en la tragedia producida por las invasiones sucesivas de losgrandes imperios: Asiria, Egipto y Babilonia. El profeta comienza quejándose aDios. El profeta comienza quejándose a Dios.
¿ Hasta cuándo clamaré,Señor, sin que escuches?
¿Te gritaré “violencia”sin que salves?
¿Porqué me haces ver desgracias,
memuestras trabajos, violencias y catástrofes,
surgenluchas, se alzan contiendas?
No comprende que contempleimpasible las desgracias de su tiempo, la opresión del faraón y de sumarioneta, el rey Joaquín. Y el Señor le responde que piensa castigar a losopresores egipcios mediante otro imperio, el babilonio (1,5-8). Pero estarespuesta de Dios es insatisfactoria: al cabo de poco tiempo, los babiloniosresultan tan déspotas y crueles como los asirios y los egipcios. Y el profetase queja de nuevo a Dios: le duele la alegría con la que el nuevo imperio seapodera de las naciones y mata pueblos sin compasión. No comprende que Dios«contemple en silencio a los traidores, al culpable que devora al inocente». Yasí, en actitud vigilante, espera una nueva respuesta de Dios.
ElSeñor me respondió así:
«Escribela visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido.
Lavisión espera su momento, se acerca su término y no fallará;
sitarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse.
Elinjusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe.»
La visión que llegará sinretrasarse es la de la destrucción de Babilonia, el injusto que será castigadopor Dios. El justo es el pueblo judío y todos los que confíen en la acciónsalvadora del Señor. El mensaje de Habacuc es un grito de esperanza y de fe enun futuro mejor. Aunque hoy día, más que al pueblo judío, habría quedirigírselo a los de Gaza, Ucrania, Yemen…
Este tema no tienerelación con la petición de los discípulos. Pero las palabras finales, “eljusto vivirá por su fe”, tuvieron mucha importancia para san Pablo, que lasrelacionó con la fe en Jesús. Este puede ser el punto de contacto con elevangelio. Porque, aunque nuestra fe no llegue al grano de mostaza ni esperemoscambiar montañas de sitio, esa pizca de fe en Jesús nos da la vida, y es buenoseguir pidiendo: “auméntanos la fe”.
September 25, 2025
Lujo y miseria. Domingo 26 Ciclo C
Una parábolainspirada en una denuncia profética (Amós 6,1a.4-7)
Laparábola del rico y Lázaro, exclusiva del evangelio de Lucas, se inspira en untexto del profeta Amós, elegido este domingo como primera lectura. Este profetadel siglo VIII a.C. vivió una situación muy parecida, en ciertos aspectos, a lade hoy: gente millonaria, que puede permitirse toda clase de lujos, y gente quellega a duras penas a fin de mes o incluso pasa hambre.
Estodice el Señor todopoderoso:
¡Ayde los que se fían de Sión, confían en el monte de Samaria! Os acostáis enlechos de marfil, os arrellanáis en divanes, coméis carneros del rebaño yterneras del establo; canturreáis al son del arpa, inventáis, como David,instrumentos musicales; bebéis vino en copas, os ungís con perfumes exquisitosy no os doléis del desastre de José . Por eso irán al destierro, ala cabeza de los cautivos. Se acabó la orgía de los disolutos.
Elprofeta se dirige a la clase alta de las dos capitales, Jerusalén (Sión) ySamaria, y denuncia su forma lujosa de vida. El lujo se extiende a todos losámbitos: al mobiliario, con lechos y divanes de marfil, mientras lainmensa mayoría de la gente duerme en el suelo; a la comida, a base decarne de carnero y de ternera, cuando los pobres se contentan con pan y agua,unas uvas y un poco de queso; a la bebida en copas refinadas o de grantamaño (el término hebreo puede interpretarse de ambos modos); a los perfumescarísimos, mientras los pobres sólo huelen a sudor.
Yesta gente que se permite toda clase de lujos “no se duele del desastre deJosé”. José no es una persona concreta sino todo el país, conocido entoncescomo Casa de José porque sus tribus principales eran Efraín y Manasés, los doshijos del patriarca José.
Loque dice el profeta es que esa gente que vive con toda clase de lujos no se preocupalo más mínimo del sufrimiento de millones de personas que lo pasan mal. Comocastigo, les anuncia la invasión de un ejército extranjero que pondrá fin a susorgías y los deportará.
El ricocomilón (Epulón) y el pobre Lázaro (Lucas 16,19-31)
La parábola de Lucas,inspirada inicialmente en el texto de Amós, podemos dividirla en tres partes.
El rico y elpobre (vv.19-21).
Habíaun hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamentecada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubiertode llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa delrico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.
A Lucas le gusta presentarparejas de personajes antagónicos: Marta y María, los dos hermanos, el rico ysu administrador injusto… Aquí elige un rico y un pobre. Del rico no dice elnombre, solo menciona su forma de vestir y su excelente comida. Se viste depúrpura y lino, tejidos valiosos, que se usan para los ornamentos sacerdotales(Ex 28,5). Su excelente comida le ha valido en España el nombre de Epulón,basado en la palabra epulabatur de la traducción latina.
Del pobre, en cambio,comienza dando su nombre, Lázaro, cosa atípica en las parábolas, que no dannombre a los protagonistas. Lázaro significa «Dios ayuda», nombre que resultairónico, porque Dios no parece ayudarlo. Su vestido son llagas que le cubren elcuerpo y lamen los perros. Comida no tiene. Desearía llenarse el vientre conlos trozos de pan que se utilizaban para empapar en el plato y para limpiarse las manos,que luego se arrojaban bajo la mesa. La expresión «deseaba saciarse» recuerda al hijo pródigoen su época de hambre, pero este tuvo la posibilidad de buscar solución,volviendo a la casa paterna. El pobre está tirado a la puerta del rico, casisin poder moverse.
Muertey sepultura (v.22).
Sucedióque se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Semurió también el rico, y lo enterraron.
Cosa nada extraña en uncuento, parece que los dos mueren el mismo día. Desde ese momento cambia susuerte. El pobre es llevado por los ángeles al seno de Abrahán, idea que noencuentra paralelo en la literatura bíblica, pero que expresa muy bien elexcelente trato recibido por el pobre. Del rico se dice escuetamente que «fuesepultado». El autor del libro de Job habría descrito un cortejo fúnebre solemne:«Lo conducen al sepulcro, se hace guardia junto al mausoleo… Después de élmarcha todo el mundo, y antes de él incontables» (Job 21,32-34). La parábola nomenciona tanta pompa, ni siquiera un solo acompañante; solo dice que losepultaron, se hundió en la tierra, no en el seno de Abrahán.
El rico,Lázaro y Abrahán (vv.23-31).
Los protagonistas son el rico yAbrahán. Lázaro no dice nada, se limita a pasarlo bien. Después de enterrarlo,el rico se encuentra en el Hades, término griego que designa originariamente alDios del mundo subterráneo y, más tarde, a dicho mundo, un lugar de tormento,en el que las llamas provocan una sed terrible. Aunque ese espacio estáseparado del seno de Abrahán por un abismo infranqueable, se puede ver alpatriarca y dialogar con él. Esto da lugar a un largo diálogo entre ellos, contres peticiones del rico y las consiguientes repuestas del patriarca.
Y,estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio delejos a Abraham, y a Lázaro en su seno, y gritó.
Primerapetición (24-26)
“Padre Abraham, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua lapunta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas.”
Pero Abraham le contestó: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes envida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras quetú padeces. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso,para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedanpasar de ahí hasta nosotros.
Lo que pide no puede ser menos: una gota de agua en lapunta de un dedo de Lázaro, para apagar la sed. Abraháncomienza su respuesta en el mismo tono cariñoso. El rico lo ha llamado «padre» y él lo llama «hijo». Pero no le concede lo que pide, aduciendo dos argumentos. 1) Lasuerte se ha invertido: el que tenía todo lo bueno en esta vida, se ve ahoraatormentado; el que solo tuvo males, ahora es consolado. Que el pobre reciba supremio después de haber sufrido tanto en esta vida es fácil de aceptar. En cambio,el castigo del rico es tan terrible que algún pecado debe haber cometido. Enesta línea, loque más debe intranquilizarnos (porque la parábola pretende sacudir laconciencia) es que el rico no es un explotador ni un criminal, no se dice quepagara un salario de miseria a sus obreros ni que se hubiera enriquecido con elnarcotráfico. Lo que denuncia la parábola es su forma exquisita de vestir y decomer, sin fijarse en el pobre que está tendido a su puerta. Es la injusticiaindirecta causada por el egoísmo. 2) Entre nosotros y vosotros existe un abismoinfranqueable. La idea coincide con la del libro etiópico de Henoc, que hablade un abismo entre la región donde termina la gran tierra y un lugar desierto yterrible.
Segunda petición (v.27)
El rico insistió: Te ruego entonces, padre, que mandes a Lázaro acasa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio,evites que vengan también ellos a este lugar de tormento.
Abrahán le dice: Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen.
El rico no ceja y plantea undeseo muy distinto, que a él no le beneficia en nada, pero sí a su familia. Denuevo sería Lázaro quien debería actuar, presentándose ante los cinco hermanospara darles un testimonio e impedir que vengan a este lugar de tormento. Larespuesta de Abrahán es breve y seca: «Tienen a Moisés y a losprofetas; que los escuchen». No es fácil imaginar acinco millonarios consultando la Biblia. ¿Qué espera el patriarca que saquen desu lectura? El mensaje social de la legislación del Pentateuco (Moisés) y deprofetas como Amós, Isaías, Miqueas… es de una fuerza enorme. Si el lector nolo sabe, el rico lo ha captado de inmediato.
Tercera petición (vv.30-31)
El rico contestó: No, padre Abrahán. Pero si un muerte va a verlos,se arrepentirán.
Abrahán le dijo: Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no haráncaso ni aunque resucite un muerto.
Lo que pretende el rico es laconversión de sus hermanos. Y esto se consigue mejor con la aparición de unmuerto (Lázaro) que con mucha lectura. La respuesta de Abrahánniega que incluso el mayor milagro, la resurrección de un muerto, sirva de algosi no existe la actitud de escuchar a Dios. El v.31 recuerda lo ocurrido con otroLázaro, el hermano de Marta y María. Después de su resurrección, muchos judíoscreyeron en Jesús; pero algunos contaron a los fariseos lo que había hecho, yse decidió su condena a muerte (Jn 11,45-48). Y las comunidades cristianas, alescuchar este cuento, refrendarían que tampoco la resurrección de Jesúsconsiguió convencer a quienes se negaban a creer en él.
Elcambio que introduce la parábola.
Mientras Amós piensa queel castigo ocurrirá en esta vida, mediante la invasión de los asirios, Jesús lodesplaza a la otra vida. Él no se hace ilusiones; en esta vida, el rico seguirádisfrutando, y el pobre pasando hambre. Este cambio radical en el punto devista ayuda a entender otras afirmaciones del evangelio de Lucas.
Enel Magnificat, María pronuncia unas palabras que, aplicadas a nuestro mundo,resultan estúpidas o de un cinismo blasfemo cuando dice que Dios “a loshambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos”. A la luzde la parábola del rico y Lázaro queda claro cuándo tendrá lugar esarevolución.
Lomismo afirma el comienzo del Discurso en la llanura, que contrasta la situaciónpresente (ahora) con la futura. “Dichosos los pobres, porque elreinado de Dios les pertenece. Dichosos los que ahora pasáis hambre,porque seréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis…Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya recibís vuestro consuelo. ¡Ay devosotros, los que ahora estáis saciados!, porque pasaréis hambre. ¡Ay delos que ahora reís!, porque lloraréis y haréis duelo” (Lc 6,20-25).
¿Dos textostrasnochados?
TantoAmós como Jesús viven en una sociedad muy distinta de la nuestra (al menos dela del Primer Mundo). Entonces no existía la clase media. La riqueza seacumulaba en pocas manos, mientras la mayor parte del pueblo vivía encircunstancias muy duras. Aplicar la parábola a los multimillonarios de hoydía, jeques árabes, grandes industriales, artistas de cine, deportistas deélite… supondría dejar con la conciencia tranquila a los millones de personasque vivimos en circunstancias infinitamente mejores que la inmensa mayoría dela población mundial. Si ahora mismo resulta difícil resistir su mirada, muchomás difícil será cuando nos mire Dios.
September 18, 2025
Elogio del administrador ladrón y tramposo. Domingo 25 Ciclo C
[Pido perdón porel despiste del domingo pasado, 14 de septiembre, que no tuve en cuenta lafiesta de la Exaltación de la Cruz.]
Que en una empresa, un banco, o unpartido político, haya un administrador ladrón, que incluso hace trampas paradisimular sus robos, no tiene nada de extraño. Que algunos de sus amigos opartidarios lo aprueben y defiendan, también puede ocurrir. Pero que Jesúsponga de modelo a un sinvergüenza, a un administrador ladrón y tramposo, esalgo que desconcierta y escandaliza a mucha gente. Por eso, la traducciónlitúrgica no pone la alabanza en boca de Jesús, sino en la del “amo”; unaopción bastante discutible. De hecho, Juliano el Apóstata (s. IV) usaba laparábola para demostrar la inferioridad de la fe cristiana y de Jesús, sufundador. El cardenal Cayetano (s. XVI) y Rudolph Bultmann (s. XX) laconsideraban ininteligible; otros muchos piensan que es la más difícil deentender. [Quien desee conocer los diversos problemas puede consultar micomentario El evangelio de Lucas. Una imagen distinta de Jesús (VerboDivino, 2021), 355-360].
Comoen otros casos, la liturgia permite elegir entre una versión breve y otralarga.
Una parábola irónica (Lucas 16,1-9) [Versión breve]
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
‒Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él dederrochar sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: ¿Qué es eso que estoy oyendode ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguiradministrando. El administrador pensó: ¿Qué voy a hacer, ahora que el amo mequita el puesto? Para cavar no tengo fuerzas, pedir limosna me da vergüenza. Yasé lo que voy a hacer para que, cuando me licencien, alguno me reciba en sucasa. Fue llamando uno por uno a los deudores de su amo y dijo al primero:¿Cuánto debes a mi amo? Contestó: Cien barriles de aceite. Le dijo: Toma elrecibo, siéntate enseguida y escribe cincuenta. Al segundo le dijo: Y tú,¿cuánto debes? Contestó: Cien fanegas de trigo. Le dice: Toma tu recibo yescribe ochenta.
El amo alabó al administrador deshonesto por la astucia con que habíaactuado. Pues los ciudadanos de este mundo son más astutos con sus colegas quelos ciudadanos de la luz.
Y yo os digo: ganaos amigos con la riqueza injusta, de modo que,cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
Lasdificultades para entender esta parábola parten de los presupuestos en los quese basa Jesús, contrarios a nuestra forma de ver:
1. Nosotrosno somos propietarios sino administradores. Todo lo que poseemos,por herencia o por el fruto de nuestro trabajo, no es propiedad personal sinoalgo que Dios nos entrega para que lo usemos rectamente.
2. Esosbienes materiales, por grandes y maravillosos que parezcan, son nada en comparación con el bien supremo de“ser recibido en las moradas eternas”.
3. Para conseguir ese bien supremo, lo mejor no es aumentar el capital recibido sino dilapidarloen beneficio de los necesitados.
La ironía de la parábola radica en decirnos: cuando das dinero al quelo necesita, tú crees que estás desprendiéndote de algo que es tuyo. Enrealidad, le estás robando a Dios su dinero paraganarte un amigo que interceda por ti en el momento decisivo.
La idolatría deldinero (Lucas 16,10-13) [Versión larga]
El que es fiel enlo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también enlo mucho es injusto. Pues si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quiénos confiará la verdadera? Si en no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿quién os dará lovuestro?
Ningún siervo puede servir a dosamos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará alprimero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Desarrollando eltema de la parábola, el primer párrafo contrapone los bienes materiales («lo poco», «la riqueza injusta», «lo ajeno») y el bien supremo («lo mucho», «la riqueza verdadera», «lo vuestro») y anima a portarse rectamenteen el uso de la riqueza.
El segundo párrafoes más famoso y merece un comentario. Jesús no parte de la experiencia delpluriempleo, donde a una persona le puede ir bien en dos empresas distintas,sino de la experiencia del que sirve a dos amos con pretensiones y actitudesradicalmente opuestas. Es imposible encontrarse a gusto con los dos. Y eso eslo que ocurre entre Dios y el dinero.
Estas palabras deJesús se insertan en la línea de la lucha contra la idolatría y defensa delprimer mandamiento ("no tendrás otros dioses frente a mí"). ParaJesús, la riqueza puede convertirse en un dios al que damos culto y nos hacecaer en la idolatría. Naturalmente, ninguno de nosotros acude a un banco o unacaja de ahorros a rezarle al dios del dinero, ni hace novenas a los banqueros.Pero, en el fondo, podemos estar cayendo en la idolatría del dinero. Según elAntiguo y el Nuevo Testamentos, al dinero se le da culto de tres formas:
1) mediante la injusticia directa (robo, fraude,asesinato, para tener más). El dinero se convierte en el bien absoluto, porencima de Dios, del prójimo, y de uno mismo. Este tema lo encontramos en laprimera lectura, tomada del profeta Amós.
2) mediante la injusticia indirecta, el egoísmo, que nohace daño directo al prójimo, pero hace que nos despreocupemos de susnecesidades. El ejemplo clásico es la parábola del rico y Lázaro, que leeremosel próximo domingo.
3) mediante el agobio por los bienes de este mundo, quenos hacen perder la fe en la Providencia.
Unos casos de injusticia directa: Amós 8, 4-7
Escuchad esto, los que exprimís al pobre, despojáisa los miserables, diciendo:
«¿Cuándo pasará la luna nueva, para vender el trigo, y el sábado, para ofrecerel grano?» Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas contrampa, compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias,vendiendo hasta el salvado del trigo. Jura el Señor por la gloria de Jacobque no olvidará jamás vuestras acciones.
Amós, profeta judío del siglo VIIIa.C. criticó duramente las injusticias sociales de su época. Aquí condena a loscomerciantes que explotan a la gente más humilde. Les acusa de tres cosas:
1) Aborrecen las fiestas religiosas(el sábado, equivalente a nuestro domingo, y la luna nueva, cada 28 días)porque les impiden abrir sus tiendas y comerciar. Es un ejemplo claro de que“no se puede servir a Dios y al dinero”.
2) Recurren a trampas paraenriquecerse: disminuyen la medida (el kilo de 800 gr), aumentan el precio (loocurrido tras la guerra de Ucrania es un ejemplo que pasará a la historia) yfalsean la balanza.
3) El comercio humano, reflejado enla compra de esclavos, que se pueden conseguir a un precio ridículo, “por unpar de sandalias”. Hoy se dan casos de auténtica esclavitud (como los chinostraídos para trabajar a escondidas en fábricas de sus compatriotas) y casos deesclavitud encubierta (invernaderos; salarios de miseria aprovechando lacoyuntura económica, etc.).
Reflexión final
Puederesultar irónico, incluso indignante, hablar del buen uso del dinero y delos demás bienes materiales cuando la preocupación de la mayoría de la gente esver cómo afronta las necesidades de cada día. Sin embargo, Jesús nunca ofrecióun camino cómodo a sus seguidores. Tanto la parábola como la enseñanzasiguiente y el texto de Amós nos obligan a reflexionar y enfocar nuestra vidaal servicio de los más necesitados.
September 11, 2025
Cuatro actitudes ante los pecadores. Domingo 24 Ciclo C
Buscando la moneda perdida
Por una extraña coincidencia, las tres lecturas deeste domingo hablan del perdón a los pecadores y de la alegría que Diosexperimenta ante su conversión.
Moisés: intercesión
Segúnel libro del Éxodo, Moisés pasó cuarenta días en la cumbre del monte Sinaíhablando con Dios. Demasiado tiempo para el pueblo, que termina pensando que hamuerto. En busca de algo que le ofrezca garantía y seguridad, convence alsacerdote Aarón para que fabrique un becerro de oro. En el Antiguo Oriente, eltoro era un símbolo muy adecuado para representar la fuerza y vitalidad de undios, y por eso los israelitas proclaman: «Este es tu dios, Israel, el que tesacó de Egipto».
Sinembargo, construir imágenes de Dios es una forma de intentar manipularlo. A laimagen se la puede premiar o castigar; se la puede ungir con perfumes y ofrecerregalos si Dios me concede lo que quiero, o se la puede privar de todo si no melo concede. Además, la imagen destruye el misterio de Dios reduciéndolo a unobjeto visible.
¿Cómoreaccionará el Señor ante este pecado? El relato no carece de cierto humor.Dios se muestra indignado, pero no actúa. Al contrario, provoca a Moisés paraque interceda por el pueblo. Como un padre que, indignado con su hijo, le dicea su esposa que piensa castigarlo para que ella interceda y le anime aperdonar.
Laspalabras que dirige a Moisés: «se ha pervertido tu pueblo, el que túsacaste de Egipto» recuerdan a las que tantas veces dice un marido a su mujer:«tuhijo…», como si no fuera también suyo. Como si Israel no fuera el pueblo deDios y no hubiera sido él quien lo sacó de Egipto. El tono humorístico, dentrode la tragedia, alcanza su punto culminante cuando Dios le pide permiso aMoisés para terminar con el pueblo: «Déjame, mi ira se va a encendercontra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo».
PeroMoisés no se deja tentar por la promesa de ese nuevo gran pueblo. “El que ahoraguío ˗le responde a Dios˗ aunque sea pervertido y de dura cerviz, es tupueblo, el que tú sacaste de Egipto con gran poder y mano robusta. No me echesa mí la culpa y acuérdate de lo que prometiste a Abrahán, Isaac y Jacob”.Bastan estas pocas palabras para que el Señor se arrepienta de la amenaza.
Dosgrandes enseñanzas en este breve relato: 1) lo fácil que es convencer a Diospara que perdone; 2) el responsable de la comunidad nunca debe rechazarla pormás pervertida que pueda parecer; su postura debe ser la de Moisés, recordandolo bueno que hay en ella y defendiéndola.
En aquellos días, el Señor dijo aMoisés:
- «Anda, baja del monte, que seha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviadodel camino que yo les había señalado. Se han hecho un novillo de metal, sepostran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman:
"Éste es tu Dios, Israel, elque te sacó de Egipto."»
Y el Señor añadió a Moisés:
- «Veo que este pueblo es unpueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra elloshasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo.»
Entonces Moisés suplicó al Señor,su Dios:
- «¿Por qué, Señor, se va aencender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto con gran poder ymano robusta? Acuérdate de tus siervos, Abraham, Isaac y Jacob, a quienesjuraste por ti mismo, diciendo:
"Multiplicaré vuestradescendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he habladose la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre."»
Y el Señor se arrepintió de laamenaza que había pronunciado contra su pueblo.
Los seglares piadosos y los teólogos: rechazo y crítica
«En aquel tiempo, solíanacercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos ylos escribas murmuraban entre ellos: Ése acoge a los pecadores y come conellos.»
Lalección de Moisés, intercediendo por los pecadores, no la han aprendido losteólogos de la época (los escribas) ni los seglares piadosos (fariseos). Sonpartidarios de una separación radical de buenos y malos que excluya cualquiercontacto entre ellos. Y, dentro de los malos, los peores son los publicanos,explotadores al servicio de Roma, y los pecadores, gente que no va a lasinagoga el sábado, no ayuna, no reza tres veces al día, no paga el tributo altemplo ni los diezmos, no observa las leyes de pureza, etc.
Perolo interesante es que escribas y fariseos no se indignan con los pecadores sinocon Jesús, porque los acoge y come con ellos.
Jesús: alegría y acogida
A la murmuración y la crítica de sus adversarios Jesús noresponde con un ataque durísimo a su hipocresía sino contando tres parábolas(la oveja perdida, la moneda perdida y los dos hermanos), que insisten las tresen la alegría de Dios por la conversión de un solo pecador. La liturgia permiteuna lectura breve, limitándose a las de la oveja y la moneda.
‒ Si unode vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueveen el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando laencuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al Regar a casa,reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ¡Felicitadme!, he encontradola oveja que se me había perdido. Os digo que así también habrá más alegríaen el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justosque no necesitan convertirse.
Y si una mujer tiene diez monedas yse le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado,hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a lasvecinas para decirles: ¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me habíaperdido. Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por unsolo pecador que se convierta.
A pesar de las diferencias, lasdos parábolas tienen una estructura y mensaje parecidos. Al protagonistamasculino de la primera se añade el femenino de la segunda. Los dos pierdenalgo (una oveja, una moneda) y realizan un gran esfuerzo para encontrarla.Cuando lo consiguen, convocan a amigos/amigas y vecinos/vecinas para que lesden la enhorabuena. Conclusión: la misma alegría habrá en el cielo o entre losángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.
Lo que une a lasparábolas con la moraleja es el tema de la alegría. La alegría del pastor, dela mujer, de los amigos y vecinos, amigas y vecinas, asemeja a la que hay en elcielo o entre los ángeles de Dios. Oveja, moneda y pecador se parecen porhaberse perdido y ser encontrados.
Pero ese éxitorequiere mucho esfuerzo, amor e interés. Entonces, el punto de vista sedesplaza de la oveja y la dracma al hombre y la mujer, que, con su actitud,justifican que Jesús busque a publicanos y pecadores y coma con ellos para quese conviertan. Lo que no está justificado es la murmuración de los escribas yfariseos, que contrasta con la alegría del cielo.
La moraleja es algodistinta en las dos parábolas: la segunda omite la comparación con los noventa ynueve justos que no necesitan convertirse. De hecho, ¿hay noventa y nuevejustos que no precisen convertirse? Si alguien presumiese de eso, Juan Bautistale respondería que era raza de víbora; Jesús, que si no se convertía, acabaríacomo los galileos asesinados por Pilato, o los dieciocho a los que mató latorre de Siloé. Por consiguiente, la contraposición entre el pecador que seconvierte y los noventa y nueve justos que no necesitan convertirse debemosinterpretarla en sentido irónico, con referencia a los escribas y fariseos quesiempre presumen de justos.
Aunque la liturgia permite omitir la terceraparábola, es tan importante que recojo el texto con un breve comentario.
Tambiénles dijo:
‒ Un hombre tenía dos hijos; elmenor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de lafortuna.” El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijomenor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó sufortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino poraquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fueentonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a suscampos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de lasalgarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer.
Recapacitando entonces, se dijo:“Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí memuero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, hepecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátamecomo a uno de tus jornaleros.”
Se puso en camino a donde estaba supadre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando acorrer, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo:"Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijotuyo. " Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad en seguida elmejor traje y vestido; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies;traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque estehijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."
Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando auno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: "Havuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo harecobrado con salud." Él se indignó y se negaba a entrar; pero supadre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: "Mira:en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nuncame has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando havenido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas elternero cebado." El padre le dijo: "Hijo, tú estás siempreconmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyoestaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."
Laparábola de los dos hermanos (conocida con el título equivocado de “el hijopródigo”) es la que más encaja con el problema inicial. El hermano menorrepresenta a publicanos y pecadores, el mayor a escribas y fariseos. Quien leela parábola sin prejuicios, se escandaliza de la conducta del padre, quemalcría a su hijo menor mientras se muestra duro y exigente con el mayor. Esteescándalo es el mismo que experimentaban los fariseos y escribas con Jesús. Yes el que él quiere que superen pensando en el amor y la alegría que sienteDios como padre que recupera un hijo perdido. El que no vea a Dios como padre, sino como legislador, obsesionado porquese cumplan sus leyes, nunca podrá comprender esta parábola ni la vida y elmensaje de Jesús.
Laparábola nos ayuda al mismo tiempo a autoevaluarnos. A veces nos portamos conDios como el hijo pequeño que se marcha de la casa y sólo vuelve cuando leinteresa; otras, en circunstancias familiares difíciles, actuamos como elpadre, perdonando y aceptando lo inaceptable; otras, como el hermano mayor, condenamosal que no se comportan adecuadamente y evitamos el contacto con él. Conviene repasarla propia historia desde estos tres puntos de vista y ver cuál predomina.
Dios:compasión
Los textos anteriores enseñan a través de relatos (Éxodo)y parábolas (evangelio), la segunda lectura cuenta la experiencia personal dePablo. Él, fariseo de pura cepa, termina descubriéndose como «un blasfemo, unperseguidor y un violento». Ha maldecido a Jesús, ha metido en la cárcel a loscristianos, ha querido exterminarlos. «Pero Dios tuvo compasión de mí… Diosderrochó su gracia en mí… Jesús se compadeció de mí». La experiencia de Pablo,en mayor o menor grado, es la de cualquiera de nosotros. Y nuestra reaccióndebe ser también la suya de servicio y alabanza a Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo aTimoteo 1, 12-17
Queridohermano: Doygracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y meconfió este ministerio. Eso que yo antes era un blasfemo, un perseguidor y uninsolente. Pero Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabíalo que hacía. El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor enCristo Jesús. Podéis fiaros y aceptar sin reserva lo que os digo: que CristoJesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero. Y por esose compadeció de mi: para que en mí, el primero, mostrara Cristo Jesús toda supaciencia, y pudiera ser modelo de todos los que creerán en él y tendrán vidaeterna. Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloriapor los siglos de los siglos. Amén.
September 4, 2025
Anti-campaña electoral. Domingo 23 Ciclo C
El político que comenzase su campaña electoralprometiendo bajar los salarios, subir los impuestos y aumentar el paro,difícilmente despertaría mucho entusiasmo. Si encima añade: “El que me vote,irá a la cárcel”, es probable que se quedase completamente solo. Jesús llevo acabo una campaña más loca aún. Para ser discípulo suyo exige posponer losamores más grandes (a la familia y a uno mismo), jugarse la fama y la vida,renunciar a todo. Es lógico pensar que Jesús, poniendo esas condiciones, sequedaría sin un solo seguidor. ¿Ocurrió así?
El problema
El evangelio de hoy comienzahablando de la gran cantidad de gente que sigue a Jesús. La mayoría no son discípulos,sino simples interesados, en busca de un milagro o una enseñanza. Es lógico que alguno desease unirse más estrechamente algrupo de Jesús. Él, adelantándose a cualquierpetición en este sentido, se dirige a todos e indica las condiciones.
Primera condición: renuncia a lo másquerido
‒ Sialguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y asus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo , no puede ser discípulo mío.
En el AntiguoTestamento, la tribu de Leví era el modelo de servicio radical a Dios. LasBendiciones de Moisés comentan a propósito de ella:
Dijoa sus padres: No os hago caso;
a sus hermanos: No os reconozco;
a sus hijos: No os conozco.
Cumplieron tus mandatos
y guardaron tu alianza (Deuteronomio 33,9)
Para loslevitas, el cumplimiento de la voluntad de Dios está por encima del amor apadres, hermanos e hijos.
En líneaparecida, pero más radical, formula Jesús su exigencia: para seguirle hay queposponer a su padre y a su madre // a su mujer y a sus hijos // a sushermanos y a sus hermanas. La familia de la que uno procede (padre ymadre), la familia que uno ha creado (mujer e hijos), el entorno familiar(hermanos y hermanas) simbolizan todo el mundo afectivo; colocarlos en segundoplano significa una gran renuncia. Pero Jesús añade un séptimo elemento, el másduro, que no se menciona a propósito de los levitas: hay que posponerse inclusoa sí mismo.
Segunda condición: arriesgar la famay la vida
Quien nolleve su cruz detrás de mi no puedeser discípulo mío .
Esta exigencia ya ha aparecidoen el evangelio de Lucas, formulada de manera más radical aún, pero que aclarael sentido: Quien quieraseguirme, niéguese a sí, cargue con su cruz cada día y venga conmigo (9,23).
La imagen, durísima,equivaldría a decir hoy: “El que quiera seguirme, cargue con su silla eléctricay venga conmigo”. Con la diferencia de que la silla eléctrica no estransportable, mientras que la cruz la llevaba cada condenado hasta el lugardonde iba a morir.
El hecho de que se hablede cargar con la cruz cada día demuestra que es algo distinto de estardispuesto a morir. La muerte en cruz era considerada por los romanos la máscruel e ignominiosa, prevista para graves delitos contra el estado y lasociedad. Por consiguiente, cargar con la cruz cada día expresa la disposiciónde soportar la deshonra, el odio y desprecio de la sociedad, e incluso lamuerte.
Una pausa para reflexionar ydesanimar
Lo dichobasta para desanimar a gran parte del auditorio. Por si alguno no se haenterado, Jesús propone dos comparaciones que invitan a no tomar decisionesprecipitadas con respecto a su seguimiento. «Antesde querer convertirte en discípulo mío, párate a pensarlo. No sea que despuésfracases y hagas el ridículo.»
¿Quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero acalcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echalos cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran,diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz deacabar."
¿O qué rey, si va a darla batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombrespodrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otroestá todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Lo mismovosotros .
Tercera condición: renuncia a losbienes materiales
El queno renuncia a todos sus bienes no puedeser discípulo mío.
A la renuncia a losgrandes afectos, al arriesgar la fama y la vida, Jesús añade en tercer lugar larenuncia a los bienes materiales. Es lo que dice al rico: Vende cuanto tienes, repártelo a los pobres ytendrás un tesoro en el cielo; después sígueme. Este personajeno fue capaz de hacerlo. En cambio, Pedro, Andrés, Santiago y Juan, “dejándolotodo, lo siguieron” (5,11). También Leví, “dejándolo todo, se levantó y lo siguió” (5,28).
Nada nuevo bajo el sol
Las exigencias anterioresparecen terribles. Sin embargo, a quien ha leído con atención el evangelio deLucas le resultan conocidas. Coinciden con otros casos en los que Jesús hablade las condiciones para seguirlo.
957Mientras iban decamino, uno le dijo:
‒Te seguiré adonde vayas.
58 Jesús le contestó:
‒Los zorros tienen madrigueras, las aves tienen nidos, pero este Hombre no tienedonde recostar la cabeza.
59 A otro le dijo:
‒Sígueme.
Lecontestó:
‒Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.
60 Le replicó:
‒Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el reinado deDios.
61 Otro le dijo:
‒Te seguiré, Señor, pero primero déjame despedirme de mi familia.
62 Jesús le replicó:
‒Uno que echa mano al arado y mira atrás no es apto para el reinado de Dios.
¿Exigencias para todos loscristianos?
En ellibro de los Hechos, cuando se cuenta la expansión de la Iglesia, el término“discípulos” no designa ya a un grupo relativamente pequeño que acompaña aJesús a todas partes sino a los cristianos de Damasco, Jerusalén, Jope,Antioquía, etc. ¿Se aplican a ellos las exigencias anteriores? ¿Son válidas,por tanto, para todos los cristianos actuales?
Elcaso que conocemos mejor es el de la tercera exigencia: la renuncia a losbienes materiales. Cuando Ananías y Safira, un matrimonio de Jerusalén,vendieron un campo, se quedaron con parte del dinero y pusieron el resto alservicio de la comunidad, pero fingiendo que lo entregaban todo. San Pedro lesdice que no estaban obligados a entregar nada; lo malo era queintentaran engañar. Este ejemplo deja claro que para formar parte de lacomunidad cristiana, para ser discípulo, no había que renunciar a todos losbienes materiales. De hecho, en las comunidades fundadas por Pablo, lo que élaconsejaba era compartir los bienes con los necesitados.
Lasdos primeras exigencias, que nos resultan tan duras, posiblemente tuvieron quevivirlas bastante a menudo la mayoría de los cristianos. En una época defrecuentes persecuciones, cuando los cristianos eran ridiculizados e insultadoscomo criminales y enemigos del estado, hacerse discípulo de Jesús suponía enmuchos casos la ruptura con los seres más queridos, la pérdida de la fama y laestima social, incluso la muerte. La situación no es muy distinta en bastantescomunidades actuales de África y Asia, prescindiendo del desprestigio quesupone en muchos ambientes occidentales el hecho de confesarse cristiano.
El misterio
Jesús nose quedó sin discípulos. Al contrario, cuanto más difíciles eran lascircunstancias, más eran los que querían seguirle. Como escribió Tertuliano,que vivió entre los años 160-220: “La sangre de los mártires es semilla decristianos”. Lo que desanima de seguir a Jesús no son sus grandes exigencias,sino la comodidad y vulgaridad de quienes lo seguimos.
August 27, 2025
Banquete, enseñanza y consejo. Domingo 22 Ciclo C
Cuando des una comida, invita a los pobres...
Después de varios domingos con evangelios complicados y densos decontenido, el de hoy resulta extrañamente fácil de entender. Tan fácil, quesuscita sospecha. Un sábado, uno de los principales fariseos invita a Jesús acomer y él acepta la invitación.
Primera parte: una enseñanza (Lc14,7-11)
Se supone, aunque no secuenta, que todos los invitados corren a ocupar los primeros puestos. Haceveinte siglos, conseguir uno de ellos era importante, no sólo por el prestigiosocial, sino también porque se comía mejor. Marcial, el poeta satírico nacidoen Calatayud el año 40, que vivió parte de su vida en Roma, ironizó sobre esastremendas diferencias. Jesús aprovecha para ofrecer una lección.
Cuando te conviden a una boda, no te sientes en elpuesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; yvendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puestoa éste. "Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés,cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando vengael que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Entoncesquedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enalteceserá humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Estas palabras resultandesconcertantes en boca de Jesús: aconseja un comportamiento puramente humano,una forma casi hipócrita de tener éxito social. Por otra parte, la historietano encaja en nuestra cultura, ya que cuando nos invitan a una boda nos dicendesde el primer momento en qué mesa debemos sentarnos.
Sin embargo, lo que nospuede parecer una historieta anticuada y poco digna en boca de Jesús, reflejabapara los lectores antiguos una realidad cotidiana divertida, que los llevaba,casi sin darse cuenta, a la gran enseñanza final: Porque todo el que se enaltece seráhumillado, y el que se humilla será enaltecido. El uso de la voz pasiva (“seráhumillado, será enaltecido”) es un modo de evitar nombrar a Dios, pero losoyentes comprendían muy bien el sentido de la frase: “Al que se enaltece, Dioslos humillará, al que se humille, Dios lo enaltecerá”. Naturalmente, ya no setrata de la actitud que debemos adoptar cuando nos inviten a una boda, sino de unaactitud continua en la vida y ante Dios. Pocos capítulos más adelante, Lucaspropondrá en la parábola del fariseo y del publicano un ejemplo concreto, quetermina con la misma enseñanza.
“Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo,el otro recaudador. El fariseo, en pie, oraba así en voz baja: Oh Dios, te doygracias porque no soy como el resto de los hombres, ladrones, injustos,adúlteros, o como ese recaudador. Ayuno dos veces por semana y pago diezmos decuanto poseo. El recaudador, de pie y a distancia, ni siquiera alzaba los ojosal cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Oh Dios, ten piedad de estepecador. Os digo que éste volvió a casa absuelto y el otro no. Porque quien se enalteceserá humillado, quien se humilla será enaltecido ” (Lucas 18,10-14).
Segunda parte: un consejo (Lc14,12-14)
A continuación,dirigiéndose al que lo ha invitado, le dice:
‒ Cuando des una comida o una cena , no invites a tus amigos,ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porquecorresponderán invitándote, y quedarás pagado.
Cuando des un banquete , invita a pobres, lisiados,cojos y ciegos.
Dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuandoresuciten los justos .
Estasegunda intervención de Jesús resulta también atrevida y desconcertante. En lassociedades agrarias, como la del imperio romano, «pobres, lisiados, cojos yciegos», al no poder trabajar, formaban parte del estrato más bajo, la clase delos despreciables. Y, desde un punto de vista religioso, estas personasquedaban excluidas en Israel de ciertas funciones sacerdotales o de lapertenencia a la comunidad de Qumrán.
Por consiguiente, Jesús semanifiesta en contra de las normas sociales y religiosas vigentes. Pero hayotro aspecto fundamental en sus palabras: lo importante no es lo que obtenemosen esta vida, sino lo que nos darán en la otra. Lo mismo que dice a propósitode la limosna, la oración y el ayuno en el Sermón del monte, cuando contraponela recompensa efímera que se consigue en la tierra con la perenne que Dios da(Mateo 6,1-18).
La referencia a la «resurrecciónde los justos» no significa que solo ellos vayan a resucitar. La expresión soloaparece otras dos veces, y en ambas ocasiones va acompañada de la resurreccióny castigo de los malvados. Pablo dice al gobernador Félix que «habráresurrección de justos e injustos» (Hechos 24,15). Y el cuarto evangelio: «losque obraron bien obtendrán una resurrección de vida, los que obraron mal unaresurrección de juicio» (Juan 5,29).
Primera lectura (Eclesiástico 3, 17-18. 20. 28-29)
Contiene cuatro consejos; los dosprimeros empalman directamente con el tema del evangelio.
Hijo mío, en tus asuntosprocede con humildad y te querrán más que al hombre generoso.
Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás elfavor de Dios; porque es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretosa los humildes.
No corras a curar la herida del cínico, pues no tienecura, es brote de mala planta.
El sabio aprecia las sentencias de los sabios, el oídoatento a la sabiduría se alegrará.
August 21, 2025
Cuántos, cómo y quiénes se salvan. Domingo 21 Ciclo C
Durante siglos, a los israelitas no les preocupó el tema de la salvación ocondena en la otra vida. Después de la muerte, todos, buenos y malos, ricos ypobres, opresores y oprimidos, descendían al mundo subterráneo, el Sheol,donde sobrevivían sin pena ni gloria, como sombras. Quienes se planteaban elproblema de la justicia divina, del premio de los buenos y castigo de losmalvados, respondían que eso tenía lugar en este mundo. Sin embargo, laexperiencia demostraba lo contrario, y así lo denuncia el autor del libro deJob: en este mundo, los ladrones y asesinos suelen vivir felizmente, mientraslos pobres mueren en la miseria.
Con el tiempo, para salvarla justicia divina, algunos grupos religiosos, como los fariseos y los esenios,trasladan el premio y el castigo a la otra vida. Dentro de los evangelios, laparábola del rico y Lázaro refleja muy bien esta idea: el rico lo pasa muy bienen este mundo, pero su comportamiento injusto y egoísta con Lázaro lo condena aser torturado en la otra vida; en cambio, Lázaro, que nada tuvo en la tierra,participa de la felicidad eterna.
Entre los judíos que creenen la resurrección cabe otra postura, importante para comprender el comienzodel evangelio de hoy: sólo los buenos resucitan para una vida feliz; losmalvados no consiguen ese premio, pero tampoco son condenados.
Una pregunta absurda: cuántos
Jesús, de camino haciaJerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó:
‒Señor, ¿serán pocos los que se salven?
Bastantes cristianosactuales habrían formulado la pregunta de manera distinta: “¿Serán muchos losque se condenen?” Sin embargo, el personaje del que habla Lucas parece formarparte de ese grupo que sólo cree en la salvación. Jesús podría haber respondidocon otra pregunta: ¿Qué entiendes por “pocos”? ¿Cuatro mil? ¿Veinte millones?¿Ciento cuarenta y cuatro mil, como afirman los Testigos de Jehová? La preguntasobre pocos o muchos es absurda, aunque hay gente que sigue afirmando conabsoluta certeza que se condena la mayoría o que se salvan todos.
Una enseñanza: “entrar por la puerta estrecha”
Jesús no entra en eljuego. Ni siquiera responde al que pregunta, sino que aprovecha la ocasión paraofrecer una enseñanza general.
‒ Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentaránentrar y no podrán.
La imagen, tal como lapresenta Lucas, no resulta muy feliz. Quienes no pueden entrar por una puertaestrecha son las personas muy gordas, y eso no es lo que está en juego. Elevangelio de Mateo ofrece una versión más completa y clara: “Entrad por la puerta estrecha; porque es ancha la puertay espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran porella. ¡Qué estrecha es la puerta, qué angosto el camino que lleva a la vida, yson pocos los que dan con ella!” (Mateo 7,13-14).
En cualquier caso, la exhortación deJesús resulta tremendamente vaga: ¿en qué consiste entrar por la puertaestrecha? En otros momentos lo deja más claro.
Al joven rico, angustiado por cómoconseguir la vida eterna, le responde: “No matarás, no cometerás adulterio,no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tu padre y a tu madre, yamarás a tu prójimo como a ti mismo”. En el evangelio de Mateo, laparábola del Juicio Final indica los criterios que tendrá en cuenta Jesús a lahora de salvar y condenar: “Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuvesed y me disteis de beber, era emigrante y me acogisteis, estaba desnudo y mevestisteis, estaba enfermo y me visitasteis, estaba encarcelado y acudisteis”.
La experiencia demuestra que viviresto equivale a pasar por una puerta estrecha, pero al alcance de todos.
Un final sorprendente y polémico: quiénes
La pregunta sobre el número de los que se salvan ha provocado unarespuesta sobre cómo salvarse;pero Jesús añade algo más, sobre quiénes se salvarán.
El libro de Isaías contiene estaspalabras dirigidas por Dios a los israelitas: “En tu pueblo todos seránjustos y poseerán por siempre la tierra” (Is 60,21). Basándose en estapromesa, algunos rabinos defendían que todo Israel participaría en el mundofuturo; es decir, que todos se salvarían (TratadoSanedrín 10,1). ¿Y los paganos? También ellos podían obtener la salvaciónsi aceptaban la fe judía.
Sin embargo, las palabras que pone Lucas en bocade Jesús afirman algo muy distinto. Empalmando con la idea de que muchosintentarán entrar y no podrán, nos sorprende con la siguiente descripción:
Cuando el amo de la casa selevante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta,diciendo: “Señor, ábrenos”. Y él os replicará: “No sé quiénes sois”. Entoncescomenzaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestrasplazas”. Pero él os replicará: “No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados.”Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaacy Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echadosfuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán ala mesa en el reino de Dios.
El amo de la casa es Jesús, y quienes llaman a lapuerta son los judíos contemporáneos suyos, que han comido y bebido con él, yen cuyas plazas ha enseñado. No podrán participar del banquete del reino juntocon los verdaderos israelitas, representados por los tres patriarcas y losprofetas. En cambio, muchos extranjeros, procedentes de los cuatro puntoscardinales, se sentarán a la mesa.
La conversión de lospaganos ya había sido anunciada por algunos profetas, como demuestra la primeralectura (Is 66,18-21). Pero el evangelio es hiriente y polémico: no se trata deque los paganos se unen a los judíos, sino de que los paganos sustituyen a losjudíos en el banquete del Reino de Dios. Estas palabras recuerdan el granmisterio que supuso para la iglesia primitiva ver cómo gran parte del pueblojudío no aceptaba a Jesús como Mesías, mientras que muchos paganos lo acogíanfavorablemente.
Moraleja y matización
Lucas termina con una deesas frases breves y enigmáticas que tanto le gustaban a Jesús.
Mirad:hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.
En la interpretación de Lucas, los últimos son lospaganos, los primeros los judíos. El orden se invierte. Pero los primeros, losjudíos como totalidad, no quedan fuera del banquete, también son invitados. Elmismo Lucas, cuando escribe el libro de los Hechos de los Apóstoles, presenta aPablo dirigiéndose en primer lugar a los judíos, aunque generalmente sin muchoéxito.
Primera lectura: Isaías 66, 18-21
Así dice el Señor:
Yo vendré para reunir a las naciones de toda lengua:vendrán para ver mi gloria, les daré una señal, y de entre ellos despacharésupervivientes a las naciones: a Tarsis, Etiopía, Libia, Masac, Tubal y Grecia,a las costas lejanas que nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria; y anunciaránmi gloria a las naciones.
Y de todos los países, como ofrenda al Señor, traerán atodos vuestros hermanos a caballo y en carros y en literas, en mulos ydromedarios, hasta mi monte santo de Jerusalén ‒dice el Señor‒, como losisraelitas, en vasijas puras, traen ofrendas al templo del Señor. De entreellos escogeré sacerdotes y levitas ‒dice el Señor‒.
El primer párrafo es elque está en relación con el evangelio: habla de la conversión de los paganosdesde Tarsis (a menudo localizada en la zona de Cádiz-Huelva) hasta Turquía(Masac y Tubal), y con dos importantes regiones de África (Libia y Etiopía). Elpunto de vista es distinto al del evangelio: aquí sólo se habla de conversión,no de salvación en la otra vida (tema que queda fuera de la perspectiva delprofeta).
Segunda lectura: cuando Dios nos metepor la puerta estrecha (Heb 12,5-7.11-13)
Este breve fragmento de la Carta a los Hebreosno tiene nada que ver con el evangelio. Pero es una hermosa exhortación que locomplementa. En el evangelio se nos anima a «entrar por la puerta estrecha». Muchas veces es la vida la que seestrecha en torno a nosotros, como si Dios nos pusiera a prueba. El autor de lacarta enfoca esos momentos difíciles como una reprensión o corrección delSeñor. Pero es la corrección de un Padre que desea lo mejor para su hijo, ideaque debe consolarnos y fortalecernos.
August 13, 2025
Echando leña al fuego. Domingo 20 ciclo C
Dicen que es la ola de calor más larga desde queexisten registros, con incendios en España, Francia, Turquía… En este contextoparece de mal gusto que Jesús se presente como un gran pirómano ansioso depegar fuego al mundo. Y no para ahí la cosa. Los europeos concebimos el mes deagosto como un momento de vacaciones, de descanso, al menos para muchos. Y laslecturas de este domingo no ayudan a descansar. Comienzan hablando del profetaJeremías, arrojado a un aljibe para que muera (1ª lectura). Sigue la carta alos Hebreos hablando de Jesús, que soportó la cruz, y nos recuerda que todavíano hemos derramado sangre en nuestra lucha con el pecado (2ª lectura). Y elevangelio, al deseo de Jesús de pegar fuego al mundo, añade que no ha venido atraer paz, sino división, incluso en el ámbito más íntimo de la familia.
Después de las enseñanzas de los domingosanteriores, centradas en lo que nosotros debemos hacer, Jesús nos sorprendehablando de sí mismo: de su misión y su destino. Lo hace con un lenguaje tanenigmático que los comentaristas discuten desde los primeros siglos el sentidode estas palabras.
Presupuesto necesario para entenderlo es conocerla mentalidad apocalíptica, de la que Jesús participa en cierto modo. Segúnella, el mundo malo presente tiene que desaparecer para dar paso al mundo buenofuturo, el Reinado de Dios.
Lucas va a introducir algunos cambios importantesen esta mentalidad, reuniendo tres frases pronunciadas por Jesús en diversosmomentos: la primera y la tercera hablan de la misión de Jesús (prender fuego y traer división); la segunda, de sudestino (pasar por un bautismo). Esta forma deorganizar el material (misión – destino – misión) es muy típica de los autoresbíblicos.
La misión: prender fuego
He venido a prenderfuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!
Lo primero que viene a lamente es un campo ardiendo, o el fenómeno frecuente en la guerra del incendiode campos, frutales, casas, ciudades… Esta idea encaja bien en la mentalidadapocalíptica: hay que poner fin al mundo presente para que surja el Reino deDios. Esta interpretación me parece más correcta que relacionar el fuego con elEspíritu Santo,
El destino: la muerte
Tengo que pasar por unbautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!
También esta imagen esenigmática, porque “bautizar” significa normalmente “lavar”; por ejemplo, losplatos se “bautizan”, es decir, se lavan. Esa idea la aplica Juan Bautista alpecado: cuando la persona se sumerge en el río Jordán, se lavan sus pecados; almismo tiempo, simbólicamente, la persona que entra en el agua muere ahogada ysale una persona nueva. El bautismo equivale entonces a la muerte y el paso auna nueva vida. Así lo usa Jesús en un texto del evangelio de Marcos, cuandodice a Juan y Santiago: ¿Soiscapaces de beber la copa que yo he de beber o bautizaros con el bautismo que yovoy a recibir? (Mc10,38). Jesús ve que su destino es la muerte para resucitar a una nuevavida.
La misión: dividir
¿Pensáis que he venido atraer al mundo paz? No, sino división.
En adelante, una familia decinco estará dividida:
trescontra dos y dos contra tres;
estarándivididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre,
lamadre contra la hija y la hija contra la madre,
lasuegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.
Estas palabras se podríaninterpretar como simple consecuencia de la actividad de Jesús: su persona, su enseñanzay sus obras provocan división entre la gente, como ya había anunciado Simeón aMaría: este niño “será una bandera discutida”.
PeroJesús habla de una división muy concreta, dentro de la familia, y eso favoreceotra interpretación: Jesús viene a crear un caos tan tremendo (simbolizado porel caos familiar), que Dios tendrá que venir a destruir este mundo y dar pasoal mundo nuevo. Parece una interpretación absurda, pero conviene recordar loque dice el final del libro de Malaquías: “Yo os enviaré al profeta Elías antesde que llegue el día del Señor, grande y terrible: reconciliará a padres conhijos, a hijos con padres, y así no vendré yo a exterminar la tierra” (Mal3,23-24). De acuerdo con estas palabras, Dios ha pensado exterminar la tierraen un día grande y terrible. Sin embargo, para no tener que hacerlo, decideenviar al profeta Elías, que restablecerá las buenas relaciones en la familia(padres con hijos, hijos con padres), como símbolo de las buenas relaciones enla sociedad: la situación mejora y Dios no se ve obligado a exterminar latierra.
Jesúsdice todo lo contrario: hace falta acabar con este mundo, y por ello él havenido a traer división en el seno de la familia.
La unión de las tres frases
¿Quéquiere decirnos Lucas uniendo estas tres frases? Que Jesús anhela y provoca ladesaparición de este mundo presente para dar paso al Reinado de Dios, pero que esecambio está estrechamente relacionado con su muerte.
¿Tiene sentido todo esto paranosotros?
Estemensaje apocalíptico resulta lejano al hombre de hoy. De hecho, Lucas lo matizay modifica en el libro de los Hechos de los Apóstoles: los cristianos nodebemos estar esperando el fin del mundo, aunque pidamos todos los días que“venga a nosotros tu reino”; nuestra misión ahora es extender el evangelio portodo el mundo, como hicieron los apóstoles. Y la idea de la segunda venida deJesús cede el puesto a una distinta: el triunfo de Jesús, glorificado a laderecha de Dios.
Elejemplo de Jesús
Por una feliz casualidad,la segunda lectura (Hebreos 12,1-4) ofrece cierta relación con el evangelio: eldestino de Jesús sirve de ejemplo a los cristianos. La imagen de partida ya lauso Pablo, conocedor de las Olimpiadas griegas: un estadio lleno deespectadores que contemplan el espectáculo.
Jesús, como cualquieratleta, se entrena duramente, en medio de grandes renuncias y sacrificios; sabe,además, que competirá en un ambiente adverso, hostigado y abucheado por los espectadores.Pero no se arredra: renuncia a pasarlo bien, aguanta, soporta, y terminatriunfando.
Ahora nos toca a nosotroscoger el relevo. Hay que despojarse de todo lo que estorba, correr la carrerasin cansarse ni perder el ánimo. Incluso en una época de descanso y vacaciones,es bueno recordar el ejemplo de Jesús, su entrega plena.
Hermanos:
Una nube ingente de testigos nos rodea: por tanto, quitémonos lo que nosestorba y el pecado que nos ata, y corramos en la carrera que nos toca, sinretirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que,renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia, yahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Recordad al que soportóla oposición de los pecadores, y no os canséis ni perdáis el ánimo. Todavía nohabéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado.
Reflexión final
Estas lecturas no han sidoelegidas para amargarnos las vacaciones, pero nos ayudan a pensar en los que notienen vacaciones, en los perseguidos por su fe y sus denuncias, como Jeremías;en los que han elegido un duro y peligroso trabajo de médico, enfermero,asistente social, ayudante de cualquier tipo, arriesgando su vida en Gaza,Ucrania, Siria, Sudán, Congo…; en las familias que se han roto porque uno ovarios de sus miembros han decidido seguir a Jesús. Podemos hacer algo más útilque protestar del calor: pedir por ellos.
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