EL AÑO 70 D. C. Y LA SEGUNDA VENIDA EN MATEO 24 (Parte 2)
PMT 2014-052 por Kenneth L. Gentry, Jr.
Gentry note:
Carlos Sanchez Lafuerza has volunteered to begin translating some of my PostmillennialWorldview articles into Spanish. I very much appreciate his willingness to do such, since I receive a lot of interaction from Hispanics and have had several of my books translated into Spanish. For information on Carlos, see the page on this site called “Spanish-translated Articles.” Now for Carlos’ translation of an older article:
En este artículo ofrezco una segunda entrega sobre la cuestión de si el discurso del Monte de los Olivos se centra únicamente en el año 70 d. C. o si también mira hacia la Segunda Venida. Creo que habla de ambos acontecimientos. Lo cual no debería sorprendernos, ya que el año 70 d. C. es un anticipo de la Segunda Venida. Consulte el artículo anterior (PMT 2014-051). Para obtener información más detallada, consulte mi libro The Olivet Discourse Made Easy.
Argumento basado en la distinción demostrativaEn Mateo 24:34-36 se ofrece más evidencia de una transición de tema. Jesús contrasta acontecimientos cercanos y lejanos:
«De cierto os digo que esta generación no pasará hasta que todo esto suceda» (Mateo 24:34).
«Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre» (24:36). En este pasaje, «esta generación» se contrapone a «ese día». Con estas palabras, el Señor mira más allá de las señales que acaba de dar para «esta generación» (haute, demostrativo cercano, 24:34) hacia el acontecimiento de «ese día» (ekeines, demostrativo lejano) (24:36). Así, la atención del Señor se centra en su segunda venida por venir al final de la historia.
Antes de su declaración en Mateo 24:34, Cristo menciona numerosos acontecimientos que sirven como señales históricas, acontecimientos tales como: «guerras y rumores de guerras» (Mateo 24:6), «hambrunas y terremotos» (v. 7), «falsos profetas» (v. 11), etc. Menciona específicamente una señal preeminente: «la señal del Hijo del Hombre».
Así, informa a sus discípulos (que le hicieron las preguntas) cómo pueden saber el momento del fin del templo; es un acontecimiento predecible. De hecho, el Señor incluso les cuenta una parábola que ilustra cómo se puede saber que el acontecimiento tendrá lugar durante su vida, instándoles a leer correctamente todas las señales:
«Aprended la parábola de la higuera: cuando sus ramas ya se han vuelto tiernas y brotan hojas, sabéis que el verano está cerca; así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que Él está cerca, a las puertas» (Mateo 24:32-33).
Pero después de Mateo 24:34, Jesús deja de mencionar las señales y la previsibilidad. En cambio, incluye declaraciones que enfatizan la sorpresa absoluta y la imprevisibilidad total:
«Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre» (24:36), «No entendieron» (v. 39), «No sabéis» (v. 42), «Si el dueño de la casa hubiera sabido» (v. 43). «vendrá a la hora que no pensáis» (v. 44), «no le espera» (v. 50). «no sabéis» (25:13)
Esto indica que la siguiente sección se refiere a un acontecimiento que tendrá lugar en un momento totalmente desconocido e indeterminable. Ya no está hablando de la destrucción del templo en el año 70 d. C., sino de su segunda venida en un futuro lejano.
Argumento de los múltiples díasPor la propia naturaleza del caso, los numerosos acontecimientos que condujeron a la destrucción militar romana del templo en el año 70 d. C. requerirán varios días. Por lo tanto, en la parte de su discurso anterior a Mateo 24:36, Jesús menciona «esos días [plural]» (v. 19, 29) e incluso consuela a sus discípulos señalando que «esos días» serán «acortados» (v. 22).
Esta mención de los días del período de tribulación contrasta fuertemente con el día singular —de hecho, el momento exacto— de la segunda venida: «Pero nadie sabe el día ni la hora, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre» (Mateo 24:36). Después de esta transición en 24:36, menciona repetidamente el «día» singular (24:42, 50) o «el día» y «la hora» (25:13). La segunda venida no implica una serie de acciones históricas, como es el caso de las operaciones militares romanas contra los judíos, Jerusalén y el templo. La segunda venida es un acontecimiento catastrófico único llevado a cabo por un individuo singular, el propio Cristo.
Argumento basado en el temor al engaño.En la primera parte del discurso, Jesús advierte repetidamente del peligro del engaño por parte de aquellos que «desvían» (planao):
«Y Jesús les respondió y les dijo: “Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: ‘Yo soy el Cristo’, y engañarán a muchos”». (Mateo 24:4-5)
«Y se levantarán muchos falsos profetas, y engañarán a muchos». (24:11)
«Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, para engañar, si fuera posible, aun a los escogidos». (24:24)
Todo esto sirve como un indicador significativo de un cambio de tema cuando lo comparamos con su enseñanza después de Mateo 24:36. A partir de ese momento, ya no menciona el peligro del engaño: la palabra planao («engañar») desaparece de la narración. De hecho, la segunda venida sorprenderá repentinamente a las personas en medio de sus actividades cotidianas: estarán comiendo, bebiendo y casándose (Mateo 24:38-39). Estarán trabajando en el campo (v. 40). Estarán moliendo en el molino (v. 41). Se sorprenderán tanto como alguien a quien le roban en su casa sin previo aviso (v. 43).
Por el contrario, nadie se sorprendería por la destrucción del templo en el año 70 d. C. Después de todo, los romanos necesitaron cinco meses de implacable guerra de asedio para entrar en Jerusalén y destruir el templo después de rodear Jerusalén en abril del año 70 d. C. E incluso esto ocurre mucho después del inicio formal de la guerra judía en la primavera del año 67 d. C. y de las primeras operaciones militares en Galilea y otros lugares.
Argumento basado en los contrastes socialesLas circunstancias sociales de la primera parte del discurso del Monte de los Olivos difieren drásticamente de las de la última parte. En la primera sección (hasta Mateo 24:36) todo es caótico, peligroso y confuso. Este período está cargado de guerras y rumores de guerras (Mateo 24:6-7), hambrunas y terremotos (v. 7), traición y persecución (v. 10), anarquía (v. 12) y gran tribulación (v. 21). Así, una desgracia tras otra se abate sobre los hombres en la caótica primera parte del discurso.
Pero en la segunda sección, toda esta agitación y peligro desaparecen. Las actividades sociales parecen tranquilas, permitiendo que todo siga como de costumbre mientras continúan las actividades mundanas de la vida. La gente se casa, come y bebe (Mateo 24:38), trabaja en el campo (v. 40) y muele en el molino (v. 41). El caos generalizado que condujo al año 70 d. C. contrasta fuertemente con las condiciones pacíficas que prevalecerán en el momento de la segunda venida de Cristo.
Continuará. No vayas a vender todo lo que tienes. Hay más por venir.
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