Chuo Gil Quotes

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Arturo Uslar Pietri
“El destino, es decir, lo que sucede y creemos que tenía que suceder, es como un tejido. Sólo que no lo hilan o tejen, como parecían creer los antiguos, unas cuantas divinidades hacendosas como las Parcas, sino que todos contribuimos a tejerlo. En este sentido es verdadero que todos hacemos la historia y todos hacemos la biografía. El destino es un poco como la biografía que, entre nosotros y los demás, hacemos de nosotros mismos.”
Arturo Uslar Pietri, Chúo Gil y otras obras

Arturo Uslar Pietri
“Estas no son sino unas voces. Voces que llaman. Voces que nombran. Voces que evocan. Voces que crean. Voces que al nombrar hacen de las gentes y de las cosas, otras gentes y otras cosas. Cuando una voz dice «agua», crea el agua. Cuando una voz dice «te voy a matar», crea la muerte. Cuando una voz dice: «no te quiero», crea la desesperanza.

De las palabras surgen nuevos seres, que ocupan el lugar de los seres que parecían existir antes de ellas. Héroes y villanos, monstruos y semidioses. Con el solo hablar creamos seres. Ya tú no será tú sino lo que yo o el otro hemos hecho de ti con nuestras palabras.

Con las palabras tejemos el destino. El nuestro y el de todos. Cada uno va diciendo, va hilando, va tejiendo y así se crea la gran malla, la gran trama, de la que nuestras vidas ya no podrán escaparse.”
Arturo Uslar Pietri, Chúo Gil y otras obras

Arturo Uslar Pietri
“―¿Qué culpa tengo yo?

―Ninguna, niña, ninguna. Todos los novios se pelean. Y la mitad del gusto de ser novios está en pelear para contentarse y volver a pelear para volver a contentarse. [...] Los casados pelean menos. Los que pelean son los que se quieren.”
Arturo Uslar Pietri, Chúo Gil y otras obras

Arturo Uslar Pietri
“―Todo eso que dices es muy generoso, pero no va a arreglar nada. Lo que ha pasado ya no tiene remedio. Se fue tejiendo una malla que nos enredó a todos y de la que no podemos zafarnos. Y estamos enredadas y atrapadas.

―Es como si todos se hubieran puesto de acuerdo para hacer un mal. Todos los del pueblo, todos los de la casa, todos los vivos y hasta los muertos. Cuando eso pasa no hay manera de escapar. ¿Se acuerda de don Remigio?

―¿Qué tiene eso que ver con esto?

―Sí tiene que ver. Se sacó la única hermana de los Labanes y los Labanes juraron que lo iban a matar. Y don Remigio se encerraba en la casa, rodeado de espalderos y de perros bravos y se levantaba de noche sobresaltado al oír el más pequeño ruido. Cada día se encerraba en una habitación más retirada y más defendida. Hasta que por fin una madrugada lo mataron, encerrado en su cuarto, con todas las puertas cerradas. Lo mataron sus propios espalderos, los mismos que debían cuidarlo, comprados por los Labanes.”
Arturo Uslar Pietri, Chúo Gil y otras obras