Status Updates From El corazón revolucionario d...

Pero solo existimos nosotros, intentando ordenar lo inordenable, y detrás del caos solo hay tinieblas.

Si quema, pues quema. No tiene sentido fingir otra cosa.

Contó cinco rápidos latidos, fuertes como puñetazos.

Ella retrocedió otro paso, muy quieta en el vacío intergaláctico, entre gigantescas nubes de hidrógeno estelar encendidas por la explosión de una supernova.

Recién empezada y no quiero terminarla, sino dosificarla, lo que me recuerda que me pasó lo mismo con su anterior novela, "En la costa desaparecida". Qué bien escribe Serrano ;)

Me llamo Judith Lavernhe y no temo a la soledad, se decía a media voz, me llamo Judith Lavernhe y no temo al dolor. Pero lo cierto es que estoy aterrorizada.

Hablas como si estuvieras dormida, dijo Enrico, ¿estás despierta, muchacha?
A veces todo parece un sueño, se escuchó decir Valeria.

Todo es provisional excepto el peligro. Me llamo Judith Lavernhe y no temo a la noche.

Ella, sobre todo de madrugada, sospechaba estar habitando una fantasía, una quimera.