TIEMPO PARA ESCRIBIR
Hay quien le gusta escribir bien temprano, nada más levantarse. Los hay incluso que se despiertan mucho más temprano, para escribir. Los hay que mantienen una disciplina horaria como quien entra a la oficina y cumplen con su horario. También los hay que disponen de las mañanas para hacer todo lo que deben hacer ese día y se reservan las tardes para escribir en tranquilidad. Y como no, están los noctámbulos, que se introducen en el silencio y soledad de la noche para, lo más íntimamente posible, ponerse frente al ordenador o la página en blanco. Todos tienen sus razones para hacerlo como lo hacen.
Yo, no tengo ningún horario asignado a lo largo del día para escribir. Lo mismo escribo de madrugada, por la mañana, por la tarde o por la noche. No es cuestión de inspiración, es cuestión de disponibilidad de tiempo. Tampoco encuentro, en mi caso, que un momento u otro me resulte mejor, que el resultado de mi escritura me agrade más o menos: en ocasiones si, en ocasiones no. En cualquier momento elegido me puedo sentir cómodo o incómodo.
Pero lo que hoy traigo aquí tiene que ver no con el hábito, sino con el momento, cualquiera que sea, en el que nos sentamos a escribir una idea en concreto. Y es que estemos escribiendo lo que sea, tenemos una idea clara de lo que queremos escribir, y nos ponemos a ello a las siete de la mañana, por ejemplo. Teniendo clara la misma idea, el resultado final, será distinto si nos ponemos a escribirlo a las doce de la noche, o incluso si lo escribimos al día siguiente a las cuatro de la tarde. Entonces comprobamos que los tres escritos, sobre la misma idea, están bien, pero que podemos tomar partes de cada uno de ellos para que el resultado final sea óptimo. Si estamos escribiendo una novela, por ejemplo, este proceder es… una locura. Y, sin embargo, escribimos página tras página en un momento en concreto que luego damos por buena, incluso en la corrección. ¿Qué hubiera sucedido si eso mismo lo hubiéramos escrito en otro momento? Parece ser que cada momento tiene su inspiración, y nunca sabremos si la que plasmamos finalmente al final en la obra es la mejor. Al menos, que sea buena.
Yo, no tengo ningún horario asignado a lo largo del día para escribir. Lo mismo escribo de madrugada, por la mañana, por la tarde o por la noche. No es cuestión de inspiración, es cuestión de disponibilidad de tiempo. Tampoco encuentro, en mi caso, que un momento u otro me resulte mejor, que el resultado de mi escritura me agrade más o menos: en ocasiones si, en ocasiones no. En cualquier momento elegido me puedo sentir cómodo o incómodo.
Pero lo que hoy traigo aquí tiene que ver no con el hábito, sino con el momento, cualquiera que sea, en el que nos sentamos a escribir una idea en concreto. Y es que estemos escribiendo lo que sea, tenemos una idea clara de lo que queremos escribir, y nos ponemos a ello a las siete de la mañana, por ejemplo. Teniendo clara la misma idea, el resultado final, será distinto si nos ponemos a escribirlo a las doce de la noche, o incluso si lo escribimos al día siguiente a las cuatro de la tarde. Entonces comprobamos que los tres escritos, sobre la misma idea, están bien, pero que podemos tomar partes de cada uno de ellos para que el resultado final sea óptimo. Si estamos escribiendo una novela, por ejemplo, este proceder es… una locura. Y, sin embargo, escribimos página tras página en un momento en concreto que luego damos por buena, incluso en la corrección. ¿Qué hubiera sucedido si eso mismo lo hubiéramos escrito en otro momento? Parece ser que cada momento tiene su inspiración, y nunca sabremos si la que plasmamos finalmente al final en la obra es la mejor. Al menos, que sea buena.
Published on December 30, 2023 01:04
•
Tags:
escritor
No comments have been added yet.
REFLEXIONES DE UN APRENDIZ DE ESCRITOR
En este blog quiero compartir ideas, reflexiones, interrogantes, que todos los que escribimos, siendo la escritura una actividad profesional o amateur, pero siempre con ilusión y pasión, nos planteamo
En este blog quiero compartir ideas, reflexiones, interrogantes, que todos los que escribimos, siendo la escritura una actividad profesional o amateur, pero siempre con ilusión y pasión, nos planteamos. Suelo decir que yo no soy escritor, sino un señor que escribe, y por tanto en un aprendizaje continuo. Estas reflexiones me ayudan a aprender, a encauzar nuevos caminos, a mejorar mi andar. Espero que a algunos de vosotros también os ayuden, en algo, aunque solo sea en pensar.
...more
- Josep Alías i Almeda's profile
- 9 followers

