The incredible tide
Alexander Key, fue un autor estadounidense nacido en 1904 que comenzó su carrera como ilustrador y que tras un puñado de libros infantiles realistas, a partir de 1960 se especializó en la ciencia ficción juvenil, llegando a publicar una quincena de títulos entre 1963 y 1979.
Pese a que ninguno de ellos se ha llegado a publicar en nuestro idioma, sí que nos han llegado ecos de su obra gracias a un par de adaptaciones audiovisuales significativas. Primero, de su novela de 1968 «Escape to Witch Mountain», sobre dos niños extraterrestres con poderes psíquicos que han de llegar a la Montaña de la Bruja para ser rescatados por los suyos y que, mientras son perseguidos por el gobierno, reciben la ayuda de un hombre decente.
El libro fue adaptado de forma razonablemente fiel por Disney como uno de sus live action más exitosos de los setenta, recibiendo un par de secuelas, además de remakes para la televisión y, más recientemente, de nuevo para el cine en un vehículo para el «lucimiento» de Dwayne Jhonson. El propio Key escribió la novelización de 1978 de «Regreso de la Montaña Embrujada».
La segunda novela significativa a este respecto fue «The incredible tide» (1970), una historia postapocalíptica que Hayazo Miyazaki utilizó de inspiración para su primer trabajo como director, la serie de animación «Conan, el niño del futuro» (1978), aunque en la obra original tanto el protagonista como el tono en general son más maduros.
Conan es un adolescente de diecisiete años que lleva cinco viviendo en solitario en un islote, acompañado únicamente por sus amigas las gaviotas. Tras un enfrentamiento entre el Oeste y la Unión por la Paz, una tercera guerra mundial en la que se empleó un arma devastadora, todo lo que queda del mundo son una serie de islas dispersas por un enorme océano. Lo que queda del Oeste es una pequeña colonia llamada Bahía Alta (adonde tendría que haber llegado Conan), bajo la dirección nominal del Maestro, mientras que los supervivientes de la Unión se han reorganizado como el Nuevo Orden, asentados en la ciudad de Industria (que, pese a su nombre, se limita a explotar los recursos del pasado, porque muchos conocimientos se han perdido).
La novela arranca con el «rescate» de Conan por parte de un navío de exploración del Nuevo Orden y su traslado a Industria, donde su carácter rebelde pronto lo pone en problemas. Por suerte para él, Maestro también se oculta allí de incógnito, y ambos planean su huida para llegar a Bahía Alta antes de que un terrible desastre natural vuelva todavía más precaria la situación de la humanidad.
«The incredible tide» presenta varias lecturas entrelazadas. Por un lado está la vertiente aventurera, que salta entre la vivencias de Conan y las de Lanna, una amiga de infancia que va adquiriendo cada vez más importancia en la sociedad de Bahía Alta, amenazada por factores externos (la llegada de un buque del Nuevo Orden, con la excusa del comercio pero buscando en realidad al Maestro y con pretensiones anexionistas) e internos (un grupo de jóvenes, liderados por Orlo, que se han rebelado contra la jerarquía continuista de la colonia y pretenden deponer a sus líderes). Entre ambos existe una conexión especial, que se pone de manifiesto en un charrán, Tikki, con cuya ayuda se «comunican».
La segunda lectura es política. No cuesta mucho identificar a la Nueva Orden con los regímenes comunistas (Unión Soviética y China, principalmente). Su política es dictatorial, utilitaria, jerarquizada, deshumanizadora… y atea. Porque ahí está la tercera y más profunda lectura de la novela, que deviene en una parábola religiosa en la que se sugiere que Conan está destinado a ser el nuevo Mesías, el encargado de liderar a la humanidad hacia un nuevo futuro, mientras que el Maestro ejerce tanto de mentor como, en cierta forma, de profeta anunciador.
Esto viene indicado por la voz que ambos han escuchado y que los guía en sus peores momentos (por ejemplo, cuando Conan quedó varado en el islote), y también se manifiesta la cualidad de elegidos en los poderes psíquicos que algunos personajes de Bahía Alta poseen (esto es una característica de muchos de los personajes heroicos de Alexander Key, presenten también, como ya he indicado, en los niños extraterrestres de «Escape to Witch Mountain»). En «The incredible tide» consisten sobre todo en capacidades telepáticas (y telempáticas), así como en la habilidad del Profesor (quien es también un genio científico al nivel de Einstein) para «ver» su entorno inmediato estando prácticamente ciego. En este contexto, con la Marea Increíble del título se establece un paralelismo más que evidente con el Diluvio, y de igual forma algunos otros episodios tienen resonancias bíblicas (aunque bastante sutiles).
No quiero, sin embargo, dar a entender que la novela es pura alegoría mesiánica. Cada una de las lecturas descritas está inserta en la precedente, de modo que lo que predomina es la aventura postapocalíptica, con una ambientación marinera y un escenario que, para la época, era bastante original. Los personajes están bien trabajados y el autor se esfuerza por presentar a los oficiales del Nuevo Orden como algo más que simples villanos unidimensionales. Lo que sí se le podría echar en cara (y a menudo ocurre) es un final brusco, adecuadamente climático, pero que deja al lector con muchas incertidumbres. Parece una conclusión claramente diseñada para dar paso a una secuela que nunca llegó, pese a que en los nueve años siguientes el autor firmó otras ocho novelas.
Otro aspecto a destacar, que quizás describiría más como trasfondo que como un tema completamente desarrollado sería la contraposición entre naturaleza (y ecologismo) e industrialismo, que se utiliza por ejemplo para marcar diferencias entre el Nuevo Orden y la Bahía Alta. De hecho, buena parte del tercer acto contrapone la navegación a vela (y unos medios de orientación «naturales») con la dependencia de tecnologías más mecanizadas.
Volviendo a la adaptación de Miyazaki, en veintiséis episodios emitidos originalmente en 1978, cabe señalar que las diferencias con la novela van bastante más allá de reducir la edad de los personajes principales, debiendo hablarse más bien de inspiración. Entre otras cuestiones, el director japonés buscaba una historia más optimista, desligada además de los miedos y frustraciones por la Guerra Fría que se perciben en el original de Alexander Key.


