Los viajes de vuelta a casa de mis padres me convertían en ese hijo discreto y obediente. Sin maquillaje, con el pelo recogido, un buzo holgado y pantalones de gimnasia, la mochila al hombro y unos lentes oscuros para evitar las miradas ajenas.
El hijo pródigo retornando a casa, a esa madre y a ese padre que querían verme vivir la vida de ese hombrecito al que le había usurpado el cuerpo sin permiso.
— Aug 30, 2025 11:42AM
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