Alexandre Alphonse's Blog: Ave, exegeta futurus! - Posts Tagged "césar-aira"
Satam Alive
A partir de una cita (o comentario en una entrevista) de Enrique Vila-Matas («Debería de existir una novela creada solamente a partir de citas»), he decidido materializar esa apetencia del lobo de mar Satam Alive, pero, en lugar de una novela (eso se lo dejo a él, por múltiples razones obvias), será un cuento, de 33 páginas, porque sí y porque quiero.
Published on November 04, 2025 07:10
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aira, alexandre-alphonse, alphonse, césar-aira, enrique-vila-matas, satam-alive, suigeneris, vila-matas
Satam Alive (II)
Pues empezaría tal que así (no editaré o apenas editaré un libro formado a partir de citas aleatorias al abrir libros aleatorios por páginas aleatorias: fuga hacia adelante):
Hoy en día, la mayoría de los libros (con algunas excepciones) se centran en obras agradables y seguras, escritas para lectores de clubes de lectura igualmente agradables y seguros; suelen ser los libros que ves expuestos en La Casa del Libro. Para mí, los ciberescritores son como terroristas: están entrenando mientras hablamos, se están preparando para invadir, están formando un ejército.
«Conócete a ti mismo», dijeron y dicen. «Quiérete a ti mismo, así llegas a ser tú mismo», dijo el anticristo y digo yo, y mejor dicho estuvo y está. Pero, ¿quién abre la puerta de mi cámara funeraria? Había dicho que no entrase nadie. Quizá sea un tren circular y vuelva a Chandrapore sin detenerse, ¿quién sabe! Por razones de confort e higiene, no es aconsejable ponerse el mono de cuero de motero en contacto directo con la piel aunque esté forrado. Julia entró de pantalones, con el cabello todavía mojado por la ducha; casa en llamas de una sociedad que organiza la exacerbación del deseo sin procurar los medios para satisfacerlo. Un pájaro al viento, la sabiduría del zen. Ella estaba arrodillada muy cerca, lo tenía casi al alcance de la boca, pero sólo pudo repetir: «¡qué hermoso es!» El que estaba tranquilo estalla de repente en una cólera devastadora, paralizando a los demás u obligándoles a huir a toda velocidad: es excesivo en todo; sin embargo, limita el desastre evitando las trampas demasiado peligrosas. No queda ahora más que un confuso montón de carne negra, de cera deshecha, de cuernos rotos, de vino enlodado; bajo todo eso está la gloria del varón. Niní prefiere la polla; «no tengo ganas de tu dedo, tengo ganas de una polla», me dice, te dice, le dice, nos dice o les dice. Utpala: flor de loto medio cerrada, el loto de noche; además de pureza, representa la auto-procreación y el principio femenino (nilotpala es el azul utpala). Clickea en una colegiala japonesa masturbándose con un uniforme azul marino (la asesina ilustrada). Giró y giró su cabeza y le pareció que estaba a punto de estallar. Apenas he pegado ojo en dos días, me siento mal y me duele la cabeza; he decidido dejar de pensar. Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad (vox populi, vox dei; ya lo sabemos todos demasiado bien).
Hoy en día, la mayoría de los libros (con algunas excepciones) se centran en obras agradables y seguras, escritas para lectores de clubes de lectura igualmente agradables y seguros; suelen ser los libros que ves expuestos en La Casa del Libro. Para mí, los ciberescritores son como terroristas: están entrenando mientras hablamos, se están preparando para invadir, están formando un ejército.
«Conócete a ti mismo», dijeron y dicen. «Quiérete a ti mismo, así llegas a ser tú mismo», dijo el anticristo y digo yo, y mejor dicho estuvo y está. Pero, ¿quién abre la puerta de mi cámara funeraria? Había dicho que no entrase nadie. Quizá sea un tren circular y vuelva a Chandrapore sin detenerse, ¿quién sabe! Por razones de confort e higiene, no es aconsejable ponerse el mono de cuero de motero en contacto directo con la piel aunque esté forrado. Julia entró de pantalones, con el cabello todavía mojado por la ducha; casa en llamas de una sociedad que organiza la exacerbación del deseo sin procurar los medios para satisfacerlo. Un pájaro al viento, la sabiduría del zen. Ella estaba arrodillada muy cerca, lo tenía casi al alcance de la boca, pero sólo pudo repetir: «¡qué hermoso es!» El que estaba tranquilo estalla de repente en una cólera devastadora, paralizando a los demás u obligándoles a huir a toda velocidad: es excesivo en todo; sin embargo, limita el desastre evitando las trampas demasiado peligrosas. No queda ahora más que un confuso montón de carne negra, de cera deshecha, de cuernos rotos, de vino enlodado; bajo todo eso está la gloria del varón. Niní prefiere la polla; «no tengo ganas de tu dedo, tengo ganas de una polla», me dice, te dice, le dice, nos dice o les dice. Utpala: flor de loto medio cerrada, el loto de noche; además de pureza, representa la auto-procreación y el principio femenino (nilotpala es el azul utpala). Clickea en una colegiala japonesa masturbándose con un uniforme azul marino (la asesina ilustrada). Giró y giró su cabeza y le pareció que estaba a punto de estallar. Apenas he pegado ojo en dos días, me siento mal y me duele la cabeza; he decidido dejar de pensar. Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad (vox populi, vox dei; ya lo sabemos todos demasiado bien).
Published on November 04, 2025 10:33
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Satam Alive (III)
[Fuga hacia adelante + una página al día]:
Llueve suavemente sobre la ciudad, llueve en mi corazón como llueve en la ciudad. Entretanto, no me atrevía a iniciar con aquellas jóvenes del restaurante la más anodina conversación. Lo sé, pero yo no he venido a ver el cielo. Comieron (en el Cielo ninguna comida está prohibida), pero ninguna se sació. Forman una amalgama, un caos…, lo que antes llamaba «magma»: lavanda eléctrica pura azul escarlata sofá suave azúcar líquido derretido dulce cálido y suave suave suave suave ella provoca acerca demasiado su rostro. El mar de la velada, como los senos de Amélie.
Deep Love: Hola, te quiero.
Yo: Yo también te quiero.
Deep Love: Te lo agradezco, y te quiero.
Yo: ¿Qué?
Deep Love: No lo sé, ¿pero te quiero?
Yo: ¿Puedes explicarte?
Deep Love: No estoy seguro, ¿pero te quiero?
Pregúntale al polvo. Aquí el papel está completamente roto, y no puede leerse nada, nada. Yo erraba pensando en Platón, la torre de marfil tentó mi anhelo, tubos de neón que refulgían con vitalidad como flores nocturnas incandescentes apagando su rumor de gritos por los dormidos espacios en la inmensa magnificencia: es la plácida noche y el silencio (llueve, llueve en la casa del pobre y en mi corazón también llueve). ¿Qué hombres te han sucedido?, ¿los conoces?, ¿consideras imposible, por tu recuerdo, la presencia de un sucesor? Pregúntale al polvo: yo he visto al amor montar desnudo sobre un caballo sobre un cisne a lomos de un pez (la falsificación de moneda frente a uno mismo). Todo esto allí se acordó, sabed que con gran cuidado, y así se revolvía a mi alrededor todo el flujo vital del pueblo.
[ya no pondré más páginas hasta que lo acabe, queda claro el mecanismo airano + vilamatasiano y cómo será este cuentecillo suigéneris; a razón de una página al día, me llevará un mes. Cambio y corto, querid@, predilect@ exégeta de mi obra o lector casual]
Llueve suavemente sobre la ciudad, llueve en mi corazón como llueve en la ciudad. Entretanto, no me atrevía a iniciar con aquellas jóvenes del restaurante la más anodina conversación. Lo sé, pero yo no he venido a ver el cielo. Comieron (en el Cielo ninguna comida está prohibida), pero ninguna se sació. Forman una amalgama, un caos…, lo que antes llamaba «magma»: lavanda eléctrica pura azul escarlata sofá suave azúcar líquido derretido dulce cálido y suave suave suave suave ella provoca acerca demasiado su rostro. El mar de la velada, como los senos de Amélie.
Deep Love: Hola, te quiero.
Yo: Yo también te quiero.
Deep Love: Te lo agradezco, y te quiero.
Yo: ¿Qué?
Deep Love: No lo sé, ¿pero te quiero?
Yo: ¿Puedes explicarte?
Deep Love: No estoy seguro, ¿pero te quiero?
Pregúntale al polvo. Aquí el papel está completamente roto, y no puede leerse nada, nada. Yo erraba pensando en Platón, la torre de marfil tentó mi anhelo, tubos de neón que refulgían con vitalidad como flores nocturnas incandescentes apagando su rumor de gritos por los dormidos espacios en la inmensa magnificencia: es la plácida noche y el silencio (llueve, llueve en la casa del pobre y en mi corazón también llueve). ¿Qué hombres te han sucedido?, ¿los conoces?, ¿consideras imposible, por tu recuerdo, la presencia de un sucesor? Pregúntale al polvo: yo he visto al amor montar desnudo sobre un caballo sobre un cisne a lomos de un pez (la falsificación de moneda frente a uno mismo). Todo esto allí se acordó, sabed que con gran cuidado, y así se revolvía a mi alrededor todo el flujo vital del pueblo.
[ya no pondré más páginas hasta que lo acabe, queda claro el mecanismo airano + vilamatasiano y cómo será este cuentecillo suigéneris; a razón de una página al día, me llevará un mes. Cambio y corto, querid@, predilect@ exégeta de mi obra o lector casual]
Published on November 05, 2025 18:04
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O Ceo de Santiago 𓁀
Por qué O Ceo de Santiago es la mejor novela gallega de la historia (cosa fácil, o por lo menos de lo que va de siglo, o por lo menos comparado con lo que se ve en las librerías publicado por Xerais y Galaxia [aunque me extirpasen la mano, un ojo y medio cerebro, seguiría escribiendo infinitamente menos mal que Bertiña Dávila & company]), en sencillos pasos (me siento como el poetastro del cuento de Borges explicando su propia obra, pero lo creo necesario y lo encuentro divertido) y otros puntos pertinentes sobre OCDS:
(0) Escribí (escribo, voy a editarlo [ya llevo un lustro] y engordarlo con sustancias nutritivas hasta que compita contigo siendo un buen ladrillo, viejo océano, ¡oh, viejo océano de olas de cristal!) este libro con la más humilde de las ambiciones (esta modestia, esta intención tan pobre me avergüenza anímicamente, pero es la verdad [queriendo igualarme a Rimbe o a Lautréamont me hubiese quedado en punto muerto, claro]): hacerlo menos mal que los demás, en concreto hacerlo menos mal («No es que yo sea bueno, es que los demás son tan malos que la comparación se revela imposible» [Dalí]) que Berta Dávila en su premiada (con 12 mil euros) novela Carrusel (una sola página, un solo párrafo..., me doy cuenta de que hasta una sola frase en algún caso de OCDS ya vale más que todo Carrusel junto [quien haya leído ambas obras sabrá reconocerlo]).
007) A Bernard Shaw le preguntaron una vez si creía que el Espíritu Santo había escrito la Biblia. Contestó: «Todo libro que vale la pena ser releído ha sido escrito por el Espíritu». Es decir, un libro tiene que ir más allá de la intención de su autor; la intención del autor es una pobre cosa humana, falible, pero en el libro tiene que haber más. «El Quijote», por ejemplo, es más que una sátira de los libros de caballería: es un texto absoluto en el que cual no interviene, absolutamente para nada, el azar. (Borges).
En OCDS no hay nada al azar; en la obra de Bertiña, todo es azaroso y podría ser perfectamente otra cosa. Por ejemplo: la protagonista de OCDS se llama Sabela (de «Elisheba» [ponlo en Google y verás lo que significa]), mientras que en cualquier libro de Bertiña cualquier personaje tiene un nombre pudiendo ser perfectamente otro. Yo soy artista hasta para nombrar a un personaje; Berta, no es artista ni para eso. El escritor Joshua Cohen, consciente de la necesidad vulgar de nombrar personajes, lo que hace en una novela es llamarlos a todos como él mismo (creo que hay 4 Joshua Cohen en «The Book of Numbers»), cuando hubiese sido mejor llamarlos «A, B, C y D», pero bueno, sigue siendo una opción más artística que llamarlos «Carlos» o «Pepe».
1) O Ceo de Santiago es una novela multidimensional:
1. 1) Cervantina o quijotesca: es una sátira de la basura que publica la industria para el perro público, es decir, autoficción en forma de narcisista dietario-anecdotario femenino escrito en primera persona (lo que se lleva ahora), pero, donde una noveliña o o la noveliña antes mencionada de Bertiña es brutalmente prosaica, realista, indolente, inane, segura, sensata, simplona, mansa, políticamente correcta (literatura iliteraria, vaya)..., OCDS reduce al absurdo la sátira y es todo lo contrario: una novela poética, onírica, doliente, profunda, peligrosa, alocada, compleja, venenosa, feroz, políticamente incorrecta (literatura literaria, vaya).
1. 2.) Rosaliana: Rosalía de Castro escribió poesía en gallego..., para un público inexistente, un público futuro o un par de elegid@s de su época, y pasa algo parecido con OCDS: el lector gallego actual, el lector gallego de los churrascos carpetovetónicos que publica Xeralaxia, si abriera OCDS..., bueno, cómo decirlo...: el contraste entre Carrusel de Berta Dávila y O Ceo de Santiago de mi predilecto Alexandre Alphonse es como comparar un parchís de los chinos con un ajedrez de marfil, o, mejor: como comparar el cajón de los calcetines o las galletas con Jumanji.
1.2. 1.) También es una novela de espíritu rosaliano desde un punto de vista galleguista: si Rosalía hizo literatura con el gallego oral de su siglo, yo he empleado a propósito el gallego más complejo, más elitista, más culto, más rebuscado, más variado, más diccionaril que he podido (a estas alturas, creo que es el camino galleguista adecuado para una obra literaria [con gallego coloquial ya hacen canciones muchos artistas y grupos de la actualidad]).
1. 3.) Cebollesca: tiene muchas capas o posibles lecturas; me explico:
1. 3. 1) Puede leerse como una novela onírica/peregrinaje en el más allá y punto.
1. 3. 2) Puede leerse como un diario fantaseando con la otra vida/peregrinación terreste y punto.
1. 3. 3) Puede leerse como una autoficción masculina camuflada por un diario femenino onírico o fantasioso y punto (a veces la voz de Lautréamont se mezcla con la de Maldoror y a veces la voz de un tipo de 30 tacos se mezcla con la de una chica adolescente o la acompaña/superpone y se leen/oyen ambas a la vez).
1. 3. 4) Puede leerse y entenderse como una novela de extrema derecha (como American Psycho).
1. 3. 5) Puede leerse y entenderse como una novela de extrema izquierda (como American Psycho).
1. 3. 6) Puede leerse de más formas en las que ahora no caigo o que sería rizar demasiado el bucle explicar (lo principal y más obvio queda dicho) y puede leerse de más formas que otr@s puedan ver.
2) O Ceo de Santiago es una novela escrita con sangre, como decía Nietzsche, como Una temporada en el infierno de Rimbe, como Ruthless Little Things de Eris, etcétera.
3) O Ceo de Santiago es una novela literaria, artística, con voluntad de estilo, con ánimo creativo (mejor o peor, pero, cuando la competencia ni intenta ninguna de estas cosas, es fácil ganar, es fácil sentirse superior).
4) O Ceo de Santiago tiene cierto porcentaje de belleza, profundidad y artesanía (arte tradicional), pero también de hipermodernidad, originalidad y provocación (arte contemporáneo): como en el anterior punto, el 99,99% de lo que hay en las librerías ni lo intenta, no hay ni un 1% de nada de lo mencionado en esos libros, especialmente en el que me propuse superar.
5) O Ceo de Santiago es (mejor o peor, pero es, y, repito, sólo la intención, la actitud artística, vale un mundo y es una rara avis per se) una obra total: a César Aira le gusta decir que a Duchamp le gustaba decir que el título de un cuadro era un color más de la obra, pues bien: OCDS es una obra de arte, una obra de arte total: la portada importa, los colores de la portada importan, las tipografías empleadas importan, el formateo importa (dentro de mis humildes posibilidades, no tengo al equipo de 11:11 o Inside the Castle detrás para hacer más [oh, o lo haría, un libro de Mike Corrao parecería mainstream en comparación]). Si lo nuevo importa más que lo bueno (aunque tengan que ir de la mano también [lo bueno sin más sobra y no nos daría una vida para leerlo bien todo]), como también le gusta repetir a César Aira, OCDS puede sorprender en cualquier cambio de página por una nueva tipografía, formateo, o decisión artística variada (este es uno de los pocos puntos débiles del pensamiento crítico y de la obra de Aira [porque no hay nada de esto]).
6) Me gustaría decirte cómo surgió (superación de noveliña provinciana barata bertiana aparte), oh futuro para mí pero presente para ti exégeta, O Ceo de Santiago, pero, si eres bueno, ya lo sabes, así que me limitaré a decir para todos o para guiarte si aún no lo sabes que, para superar la parálisis de la página en blanco, para arrancar, para llegar a saber lo que necesitaba decir, lo que quería escribir, lo que quería hacer, empecé traduciendo una rara novela onírica judía contemporánea (cosecha del 2008)..., luego volví sobre mis pasos y los emborroné parafraseándola..., para, por último y cuanto antes, dejar atrás del todo la existencia de esa novela y encontrarme escribiendo lo que escribiría si escribiese (parafraseo a Marguerite Duras, cita predilecta de Enrique Vila-Matas). Tras esto, ya continué con los dos pasos airanos básicos: una página al día y fuga hacia adelante (desde entonces, hasta ahora, y probablemente por el resto de mi vida, edito y editaré, al contrario que Aira, parecido a Baudelaire).
7) Alejandra Pizarnik decía que ella nunca podría escribir una novela, porque en las novelas (más o menos comerciales) es inevitable llegar a un punto en el que hay que escribir vulgaridades como «Fuimos a tomar un café con leche». En la mayoría de libros que veis en las librerías se toman cafés con leche o cervezas; en OCDS, no, gracias a Dios, y todo atisbo de realismo prosaico y brutalmente simplón funciona de contrapunto estilístico necesario, no mediocridad banal.
(0) Escribí (escribo, voy a editarlo [ya llevo un lustro] y engordarlo con sustancias nutritivas hasta que compita contigo siendo un buen ladrillo, viejo océano, ¡oh, viejo océano de olas de cristal!) este libro con la más humilde de las ambiciones (esta modestia, esta intención tan pobre me avergüenza anímicamente, pero es la verdad [queriendo igualarme a Rimbe o a Lautréamont me hubiese quedado en punto muerto, claro]): hacerlo menos mal que los demás, en concreto hacerlo menos mal («No es que yo sea bueno, es que los demás son tan malos que la comparación se revela imposible» [Dalí]) que Berta Dávila en su premiada (con 12 mil euros) novela Carrusel (una sola página, un solo párrafo..., me doy cuenta de que hasta una sola frase en algún caso de OCDS ya vale más que todo Carrusel junto [quien haya leído ambas obras sabrá reconocerlo]).
007) A Bernard Shaw le preguntaron una vez si creía que el Espíritu Santo había escrito la Biblia. Contestó: «Todo libro que vale la pena ser releído ha sido escrito por el Espíritu». Es decir, un libro tiene que ir más allá de la intención de su autor; la intención del autor es una pobre cosa humana, falible, pero en el libro tiene que haber más. «El Quijote», por ejemplo, es más que una sátira de los libros de caballería: es un texto absoluto en el que cual no interviene, absolutamente para nada, el azar. (Borges).
En OCDS no hay nada al azar; en la obra de Bertiña, todo es azaroso y podría ser perfectamente otra cosa. Por ejemplo: la protagonista de OCDS se llama Sabela (de «Elisheba» [ponlo en Google y verás lo que significa]), mientras que en cualquier libro de Bertiña cualquier personaje tiene un nombre pudiendo ser perfectamente otro. Yo soy artista hasta para nombrar a un personaje; Berta, no es artista ni para eso. El escritor Joshua Cohen, consciente de la necesidad vulgar de nombrar personajes, lo que hace en una novela es llamarlos a todos como él mismo (creo que hay 4 Joshua Cohen en «The Book of Numbers»), cuando hubiese sido mejor llamarlos «A, B, C y D», pero bueno, sigue siendo una opción más artística que llamarlos «Carlos» o «Pepe».
1) O Ceo de Santiago es una novela multidimensional:
1. 1) Cervantina o quijotesca: es una sátira de la basura que publica la industria para el perro público, es decir, autoficción en forma de narcisista dietario-anecdotario femenino escrito en primera persona (lo que se lleva ahora), pero, donde una noveliña o o la noveliña antes mencionada de Bertiña es brutalmente prosaica, realista, indolente, inane, segura, sensata, simplona, mansa, políticamente correcta (literatura iliteraria, vaya)..., OCDS reduce al absurdo la sátira y es todo lo contrario: una novela poética, onírica, doliente, profunda, peligrosa, alocada, compleja, venenosa, feroz, políticamente incorrecta (literatura literaria, vaya).
1. 2.) Rosaliana: Rosalía de Castro escribió poesía en gallego..., para un público inexistente, un público futuro o un par de elegid@s de su época, y pasa algo parecido con OCDS: el lector gallego actual, el lector gallego de los churrascos carpetovetónicos que publica Xeralaxia, si abriera OCDS..., bueno, cómo decirlo...: el contraste entre Carrusel de Berta Dávila y O Ceo de Santiago de mi predilecto Alexandre Alphonse es como comparar un parchís de los chinos con un ajedrez de marfil, o, mejor: como comparar el cajón de los calcetines o las galletas con Jumanji.
1.2. 1.) También es una novela de espíritu rosaliano desde un punto de vista galleguista: si Rosalía hizo literatura con el gallego oral de su siglo, yo he empleado a propósito el gallego más complejo, más elitista, más culto, más rebuscado, más variado, más diccionaril que he podido (a estas alturas, creo que es el camino galleguista adecuado para una obra literaria [con gallego coloquial ya hacen canciones muchos artistas y grupos de la actualidad]).
1. 3.) Cebollesca: tiene muchas capas o posibles lecturas; me explico:
1. 3. 1) Puede leerse como una novela onírica/peregrinaje en el más allá y punto.
1. 3. 2) Puede leerse como un diario fantaseando con la otra vida/peregrinación terreste y punto.
1. 3. 3) Puede leerse como una autoficción masculina camuflada por un diario femenino onírico o fantasioso y punto (a veces la voz de Lautréamont se mezcla con la de Maldoror y a veces la voz de un tipo de 30 tacos se mezcla con la de una chica adolescente o la acompaña/superpone y se leen/oyen ambas a la vez).
1. 3. 4) Puede leerse y entenderse como una novela de extrema derecha (como American Psycho).
1. 3. 5) Puede leerse y entenderse como una novela de extrema izquierda (como American Psycho).
1. 3. 6) Puede leerse de más formas en las que ahora no caigo o que sería rizar demasiado el bucle explicar (lo principal y más obvio queda dicho) y puede leerse de más formas que otr@s puedan ver.
2) O Ceo de Santiago es una novela escrita con sangre, como decía Nietzsche, como Una temporada en el infierno de Rimbe, como Ruthless Little Things de Eris, etcétera.
3) O Ceo de Santiago es una novela literaria, artística, con voluntad de estilo, con ánimo creativo (mejor o peor, pero, cuando la competencia ni intenta ninguna de estas cosas, es fácil ganar, es fácil sentirse superior).
4) O Ceo de Santiago tiene cierto porcentaje de belleza, profundidad y artesanía (arte tradicional), pero también de hipermodernidad, originalidad y provocación (arte contemporáneo): como en el anterior punto, el 99,99% de lo que hay en las librerías ni lo intenta, no hay ni un 1% de nada de lo mencionado en esos libros, especialmente en el que me propuse superar.
5) O Ceo de Santiago es (mejor o peor, pero es, y, repito, sólo la intención, la actitud artística, vale un mundo y es una rara avis per se) una obra total: a César Aira le gusta decir que a Duchamp le gustaba decir que el título de un cuadro era un color más de la obra, pues bien: OCDS es una obra de arte, una obra de arte total: la portada importa, los colores de la portada importan, las tipografías empleadas importan, el formateo importa (dentro de mis humildes posibilidades, no tengo al equipo de 11:11 o Inside the Castle detrás para hacer más [oh, o lo haría, un libro de Mike Corrao parecería mainstream en comparación]). Si lo nuevo importa más que lo bueno (aunque tengan que ir de la mano también [lo bueno sin más sobra y no nos daría una vida para leerlo bien todo]), como también le gusta repetir a César Aira, OCDS puede sorprender en cualquier cambio de página por una nueva tipografía, formateo, o decisión artística variada (este es uno de los pocos puntos débiles del pensamiento crítico y de la obra de Aira [porque no hay nada de esto]).
6) Me gustaría decirte cómo surgió (superación de noveliña provinciana barata bertiana aparte), oh futuro para mí pero presente para ti exégeta, O Ceo de Santiago, pero, si eres bueno, ya lo sabes, así que me limitaré a decir para todos o para guiarte si aún no lo sabes que, para superar la parálisis de la página en blanco, para arrancar, para llegar a saber lo que necesitaba decir, lo que quería escribir, lo que quería hacer, empecé traduciendo una rara novela onírica judía contemporánea (cosecha del 2008)..., luego volví sobre mis pasos y los emborroné parafraseándola..., para, por último y cuanto antes, dejar atrás del todo la existencia de esa novela y encontrarme escribiendo lo que escribiría si escribiese (parafraseo a Marguerite Duras, cita predilecta de Enrique Vila-Matas). Tras esto, ya continué con los dos pasos airanos básicos: una página al día y fuga hacia adelante (desde entonces, hasta ahora, y probablemente por el resto de mi vida, edito y editaré, al contrario que Aira, parecido a Baudelaire).
7) Alejandra Pizarnik decía que ella nunca podría escribir una novela, porque en las novelas (más o menos comerciales) es inevitable llegar a un punto en el que hay que escribir vulgaridades como «Fuimos a tomar un café con leche». En la mayoría de libros que veis en las librerías se toman cafés con leche o cervezas; en OCDS, no, gracias a Dios, y todo atisbo de realismo prosaico y brutalmente simplón funciona de contrapunto estilístico necesario, no mediocridad banal.
Published on November 05, 2025 19:42
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Satam Alive (IV)
[Página escrita hoy —fuga hacia delante + 1 página diaria, lo de siempre—, porque sí y porque quiero]:
Buenos días, tristeza. Ante la muerte de alguien a quien se ama, los sentimientos de los poderosos y de los humildes son los mismos. Sin embargo, Errotabide, el guipuzcoano, se tenía por hombre fuerte; quizá se consideraba él también un poco brujo. «Pareces fuerte», dijo el hámster, y también: «¿Estás bien?» , «No creo que decirle a alguien “No estés triste” lo consuele». Pero el mundo sabe que el amor está en su pecho como en la flor, el sufriente y solitario mundo; por el río se deslizan los coños de las ahogadas, rielando a la luz de la luna. Rompe el mar de hielo que llevas dentro porque el amor se positiva hoy para convertirse en una fórmula de disfrute, producto de consumo, una emoción y una excitación sin consecuencias, pero el amor no es una posibilidad, no se debe a nuestra iniciativa, es sin razón, nos invade y nos hiere.
—¿Sabes escupir por el colmillo, hijo?
—No —dijo el niño.
—Has de aprenderlo. Un hombre que sabe escupir por el colmillo ya puede caminar solo por la vida.
Menos que cero. No me acuerdo. Coge otro cinturón de cuero. Empiezo a reírme sin motivo y a veces me encuentro mal. A veces le miento; él me habla de su amante. Y la vieja me contó una y otra vez cómo había sucedido todo, en fin, que había sido el colmo de la torpeza y el fracaso. Viaje al fin de la noche, donde habita el olvido, el amor y la vejez; relegado al desierto de mi vida, volvía a él con toda la poesía de mi desesperación: la torre herida por el rayo, la forja de un escritor y su libro del desasosiego, el caminante y su sombra, la soledad de las vocales, el artefacto, un buda bañado en sangre, un hijo sin hijos, metamorfosis benezianas, suicidios ejemplares… Rituales realizados en la ausencia de Ganímedes… A veces mi corazón empuja mis costillas… Corazón… enteramente… puedo… haya para mí… reflejar… rostro… sintiendo el contacto de la piel…
Buenos días, tristeza. Ante la muerte de alguien a quien se ama, los sentimientos de los poderosos y de los humildes son los mismos. Sin embargo, Errotabide, el guipuzcoano, se tenía por hombre fuerte; quizá se consideraba él también un poco brujo. «Pareces fuerte», dijo el hámster, y también: «¿Estás bien?» , «No creo que decirle a alguien “No estés triste” lo consuele». Pero el mundo sabe que el amor está en su pecho como en la flor, el sufriente y solitario mundo; por el río se deslizan los coños de las ahogadas, rielando a la luz de la luna. Rompe el mar de hielo que llevas dentro porque el amor se positiva hoy para convertirse en una fórmula de disfrute, producto de consumo, una emoción y una excitación sin consecuencias, pero el amor no es una posibilidad, no se debe a nuestra iniciativa, es sin razón, nos invade y nos hiere.
—¿Sabes escupir por el colmillo, hijo?
—No —dijo el niño.
—Has de aprenderlo. Un hombre que sabe escupir por el colmillo ya puede caminar solo por la vida.
Menos que cero. No me acuerdo. Coge otro cinturón de cuero. Empiezo a reírme sin motivo y a veces me encuentro mal. A veces le miento; él me habla de su amante. Y la vieja me contó una y otra vez cómo había sucedido todo, en fin, que había sido el colmo de la torpeza y el fracaso. Viaje al fin de la noche, donde habita el olvido, el amor y la vejez; relegado al desierto de mi vida, volvía a él con toda la poesía de mi desesperación: la torre herida por el rayo, la forja de un escritor y su libro del desasosiego, el caminante y su sombra, la soledad de las vocales, el artefacto, un buda bañado en sangre, un hijo sin hijos, metamorfosis benezianas, suicidios ejemplares… Rituales realizados en la ausencia de Ganímedes… A veces mi corazón empuja mis costillas… Corazón… enteramente… puedo… haya para mí… reflejar… rostro… sintiendo el contacto de la piel…
Published on November 06, 2025 15:59
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El 1% malo de César Aira
Como el 99% es bueno, ave Caesar, me centraré en lo poco que no me gusta de Aira:
1) Sus libros no son obras de arte totales: le gusta mucho la idea duchampiana de que un título es un color más en un cuadro, pero se queda ahí: no hay control personal ni valoración de las portadas de sus obras, ni formateo artístico dentro (por fuera, la estética le es indiferente y está fuera de su control; por dentro, un libro de Aira podría ser de cualquier siglo, al contrario que uno de Mike Corrao).
2) No entiende de videojuegos (noveno arte) o música contemporánea (al contrario que Houellebecq, que algo controla): puedes irte muy de guay y moderno por adorar a Duchamp, el dadaísmo y el surrealismo, pero ya ha pasado un siglo de eso, amego.
3) Dice no leer literatura contemporánea, con la excepción de Kazuo Ishiguro (me alegra que se llevara un par de hostias con libros suyos que no le gustaron xD) y algún contemporáneo iberoamericano: esta falta de curiosidad es, por una parte, un pecado artístico e intelectual; por otra, una falta de respeto a su propia labor, que podría enriquecerse con los pies en su época (como añadidura de influencias externas [lo que le pasó a Lorca para su «Poeta en Nueva York»] o reacción [lo que le pasó a Dalí, que de moderno sólo tenía la fachada, no el espíritu ni la técnica, gracias a Dios], pero algo aporta vivir culturalmente en la época de uno, siempre).
4) Llama a Borges, (para no variar, lo clava) «lector civilizado», pero es igual de improbable imaginarse a a Jorge Luis leyendo a Lautréamont que imaginarse a César leyendo a Kenji Siratori (Aira se sigue creyendo muy rompedor por hacer postdadaísmo y postsurrealismo en el siglo XXI... [lo es, comparado con los autores de best-sellers y folletines varios, pero no comparado con sus colegas de profesión hipercontemporáneos cuya obra desconoce y quiere seguir desconociendo]).
5) Su desconocimiento de la literatura española, aparte de los clásicos. Ha leído, de casualidad, «Nada», de Carmen Laforet, y le gustó y sorprendió, pero me pregunto si ha leído «Negra espalda del tiempo», de Javier Marías; algo de Tallón o Vila-Matas (probablemente no o no con la intensidad con que estos dos han leído a su conocido/amigo argentino); a Valle-Inclán, José María Pérez Álvarez, German Sierra, Agustín Fernández Mallo, Cela («La familia de Pascual Duarte» es una joya estilística y el amor por la literatura pura que rezuma con tanto amor por cada frase escrita no queda atrás de los más obviamente literarios Aira o Vila-Matas).
6) Su desconocimiento de la literatura gallega: creo que se ha leído «Esmorga» de Blanco Amor y para de contar (porque, surprise surprise en un argentino, César tiene sangre gallega y algo quería leer de su tierra de origen étnico [Pessoa tenía sangre gallega, vale, a ese sí lo ha leído bien, bueno]), cuando hay muchas joyitas mucho mejores (Cunqueiro, Pedraio, Marcial Suárez, «Metamorfosis benezianas» de Miguel Anxo Murado...)
7) La cerrazón, cierta o no, con Bolaño, me parece muy pueril (algo así como «Ya que todo el mundo lo lee y recomienda, siempre me he negado» [¿miedo en alguien que nunca ha padecido de la angustia de la influencia por haberlas aceptado todas y cambiar a menudo de ellas? Es que no se entiende, personalmente esa falta de curiosidad intelectual me pone enfermo...]); no sería muy distinto no haber leído a Borges por la misma sensación de «Hay que leerlo». Tan vergonzoso como no andar flipando con «Lux» de Rosalía estos días porque, oh, pecado mortal, tanto el mercado como la crítica especializada la adoran (porque hay algo que adorar, a veces estas cosas pasan, gracias a Dios no todo es Van Gogh desconocido o Rimbe regalando «Una temporada en el infierno» en las calle de París sin que nadie se lo cogiese).
1) Sus libros no son obras de arte totales: le gusta mucho la idea duchampiana de que un título es un color más en un cuadro, pero se queda ahí: no hay control personal ni valoración de las portadas de sus obras, ni formateo artístico dentro (por fuera, la estética le es indiferente y está fuera de su control; por dentro, un libro de Aira podría ser de cualquier siglo, al contrario que uno de Mike Corrao).
2) No entiende de videojuegos (noveno arte) o música contemporánea (al contrario que Houellebecq, que algo controla): puedes irte muy de guay y moderno por adorar a Duchamp, el dadaísmo y el surrealismo, pero ya ha pasado un siglo de eso, amego.
3) Dice no leer literatura contemporánea, con la excepción de Kazuo Ishiguro (me alegra que se llevara un par de hostias con libros suyos que no le gustaron xD) y algún contemporáneo iberoamericano: esta falta de curiosidad es, por una parte, un pecado artístico e intelectual; por otra, una falta de respeto a su propia labor, que podría enriquecerse con los pies en su época (como añadidura de influencias externas [lo que le pasó a Lorca para su «Poeta en Nueva York»] o reacción [lo que le pasó a Dalí, que de moderno sólo tenía la fachada, no el espíritu ni la técnica, gracias a Dios], pero algo aporta vivir culturalmente en la época de uno, siempre).
4) Llama a Borges, (para no variar, lo clava) «lector civilizado», pero es igual de improbable imaginarse a a Jorge Luis leyendo a Lautréamont que imaginarse a César leyendo a Kenji Siratori (Aira se sigue creyendo muy rompedor por hacer postdadaísmo y postsurrealismo en el siglo XXI... [lo es, comparado con los autores de best-sellers y folletines varios, pero no comparado con sus colegas de profesión hipercontemporáneos cuya obra desconoce y quiere seguir desconociendo]).
5) Su desconocimiento de la literatura española, aparte de los clásicos. Ha leído, de casualidad, «Nada», de Carmen Laforet, y le gustó y sorprendió, pero me pregunto si ha leído «Negra espalda del tiempo», de Javier Marías; algo de Tallón o Vila-Matas (probablemente no o no con la intensidad con que estos dos han leído a su conocido/amigo argentino); a Valle-Inclán, José María Pérez Álvarez, German Sierra, Agustín Fernández Mallo, Cela («La familia de Pascual Duarte» es una joya estilística y el amor por la literatura pura que rezuma con tanto amor por cada frase escrita no queda atrás de los más obviamente literarios Aira o Vila-Matas).
6) Su desconocimiento de la literatura gallega: creo que se ha leído «Esmorga» de Blanco Amor y para de contar (porque, surprise surprise en un argentino, César tiene sangre gallega y algo quería leer de su tierra de origen étnico [Pessoa tenía sangre gallega, vale, a ese sí lo ha leído bien, bueno]), cuando hay muchas joyitas mucho mejores (Cunqueiro, Pedraio, Marcial Suárez, «Metamorfosis benezianas» de Miguel Anxo Murado...)
7) La cerrazón, cierta o no, con Bolaño, me parece muy pueril (algo así como «Ya que todo el mundo lo lee y recomienda, siempre me he negado» [¿miedo en alguien que nunca ha padecido de la angustia de la influencia por haberlas aceptado todas y cambiar a menudo de ellas? Es que no se entiende, personalmente esa falta de curiosidad intelectual me pone enfermo...]); no sería muy distinto no haber leído a Borges por la misma sensación de «Hay que leerlo». Tan vergonzoso como no andar flipando con «Lux» de Rosalía estos días porque, oh, pecado mortal, tanto el mercado como la crítica especializada la adoran (porque hay algo que adorar, a veces estas cosas pasan, gracias a Dios no todo es Van Gogh desconocido o Rimbe regalando «Una temporada en el infierno» en las calle de París sin que nadie se lo cogiese).
Published on November 08, 2025 10:38
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agustín-fernández-mallo, aira, blanco-amor, bolaño, borges, camilo-josé-cela, carmen-laforet, cela, corrao, cunqueiro, césar-aira, dalí, duchamp, eduardo-blanco-amor, enrique-vila-matas, federico-garcía-lorca, fernando-pessoa, german-sierra, houellebecq, ishiguro, isidore-ducasse, jorge-luis-borges, josé-maría-pérez-álvarez, juan-tallón, kazuo-ishiguro, kenji-siratori, la-familia-de-pascual-duarte, laforet, lautréamont, lorca, marcel-duchamp, marcial-suárez, metamorfosis-benezianas, michel-houellebecq, miguel-anxo-murado, mike-corrao, nada, otero-pedraio, otero-pedrayo, pessoa, poeta-en-nueva-york, roberto-bolaño, salvador-dalí, siratori, tallón, valle-inclán, videojuegos, vila-matas, xoan-tallón, álvaro-cunqueiro
Pizarnik os odiaría, escribidoras 𓁧
Pizarnik odiaría al 99,9% de las novelistas que se publican hoy en Hespaña (con hache, à la Castelao).
Cuenta mi predilecto Aira (ave, Caesar!), en una entrevista de hace unos pocos años, lo siguiente:
Me las arreglo para que en cada párrafo haya alguna sorpresa para mí, de modo de mantener vivo el interés. En realidad, es un proceso de descubrimiento, por lo menos como lo practico yo. En las novelas convencionales sí debe de ser aburrido escribir esos pasajes de relleno. Alejandra Pizarnik decía que ella nunca podría escribir una novela porque en la novela es inevitable llegar a un punto en el que hay que escribir cosas [inartísticas vulgaridades prosaicas] como «fuimos a tomar un café con leche». Cuando le oí decir eso, me prometí que en mis historias nadie tomaría café con leche sino brebajes mágicos o alcoholes alucinatorios.
Hespaña es un país donde sigue triunfando la literatura folletinesca más brutalmente realista y simplona posible (en los últimos años, dietarios-anecdotarios femeninos de un narcisismo tan fatuo como indolente, mundado, descafeinado...), es decir: sobran demasiadas cañas y relaxing cups of café con leche; es decir: falta demasiado amor por las palabras, música, poesía, magia, creatividad, imaginación, sangre, provocación, unicidad, diferenciación, cafeína de la que podamos absorber todos sus antioxidantes sin depreciación láctea.
Hespaña en un país donde sólo existen 4 tipos de escritores (spoiler alert: no hay poetas malditos ni artistas en la lista [las excepciones confirman las reglas, de todas formas]):
1) Famosillos (youtubers, raperos...).
2) Enchufad@s.
3) Mujeres a quienes publican por ser mujeres y hablar de lo que piensan y sienten las mujeres.
4) Señoros a los que publican por ser periodistas, funcionarios, profesaurios (gentes sensatas que escriben iliteratura inartística sensata para biempensantes lectores sensatos)...
Cuenta mi predilecto Aira (ave, Caesar!), en una entrevista de hace unos pocos años, lo siguiente:
Me las arreglo para que en cada párrafo haya alguna sorpresa para mí, de modo de mantener vivo el interés. En realidad, es un proceso de descubrimiento, por lo menos como lo practico yo. En las novelas convencionales sí debe de ser aburrido escribir esos pasajes de relleno. Alejandra Pizarnik decía que ella nunca podría escribir una novela porque en la novela es inevitable llegar a un punto en el que hay que escribir cosas [inartísticas vulgaridades prosaicas] como «fuimos a tomar un café con leche». Cuando le oí decir eso, me prometí que en mis historias nadie tomaría café con leche sino brebajes mágicos o alcoholes alucinatorios.
Hespaña es un país donde sigue triunfando la literatura folletinesca más brutalmente realista y simplona posible (en los últimos años, dietarios-anecdotarios femeninos de un narcisismo tan fatuo como indolente, mundado, descafeinado...), es decir: sobran demasiadas cañas y relaxing cups of café con leche; es decir: falta demasiado amor por las palabras, música, poesía, magia, creatividad, imaginación, sangre, provocación, unicidad, diferenciación, cafeína de la que podamos absorber todos sus antioxidantes sin depreciación láctea.
Hespaña en un país donde sólo existen 4 tipos de escritores (spoiler alert: no hay poetas malditos ni artistas en la lista [las excepciones confirman las reglas, de todas formas]):
1) Famosillos (youtubers, raperos...).
2) Enchufad@s.
3) Mujeres a quienes publican por ser mujeres y hablar de lo que piensan y sienten las mujeres.
4) Señoros a los que publican por ser periodistas, funcionarios, profesaurios (gentes sensatas que escriben iliteratura inartística sensata para biempensantes lectores sensatos)...
Published on November 12, 2025 13:57
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aira, alejandra-pizarnik, alfonso-rodríguez-castelao, castelao, césar-aira, españa, hespaña, pizarnik
¿Qué y cómo escribo yo para irme tan de guay!
Pues este mes, este cuento suigéneris (
Satam Alive
) que acabaré este mes, formado casi todo (+99%) a partir de citas (esa es la premisa vilamatasiana de este artefacto o juguete literario para adultos, como gusta llamar César Aira a sus novelitas [ave, Caesar!]).
No deja de ser un buen ejemplo por no tratarse de mis palabras, pues considero que citar, como parafrasear —y hasta traducir, en algunos casos—, es un arte más, que requiere de cierto talento, inteligencia, cultura, sensibilidad... Mostrar aquí y ahora algo 100% mío, sin que nadie me lo pida, y encima algo pasado..., sería tan fatuo, forzado y vulgar...
Extracto de Satam Alive :
Fuera, lejos de la asesina inocencia del océano, del viejo océano de olas de cristal; dentro, cerca de luceros degollados desangrando oro en el mar, la mar, los mares. Y así, eterno retorno de lo idéntico, nosotras, ella y yo: no nadamos dos veces en las mismas aguas, pero yo fui eclipsado por ella, éramos imparables. Somos siempre Heráclito viéndose reflejado en el río y pensando que el río no es el río porque ha cambiado las aguas, y pensando que él no es Heráclito porque él ha sido otras personas entre la última vez que vio el río y esta. Este momento durará para siempre, nos susurrábamos al oído sin susurrar nada (¿qué se dicen dos corazones que se aman? Nada), dos corazones rotos pegados por el otro. Habíamos lamido la sangre de las enemigas de cada una. Este momento tenía que ocurrir. «Déjame absorber tu pasado», «Juntas, invencibles», «Por fin un final feliz», «El final de todos los finales, y feliz», «Hoy es una pregunta que nunca querré abandonar», «Hoy es una exclamación que nunca querré abandonar», algunas de las tantas cosas que nos decíamos, en la cama, en la bañera, sobre la toalla en la piscina, sobre la toalla en la playa, sobre la toalla en la sauna… Una estrella negra y un agujero de agua. ¿Has querido alguna vez a alguien tanto, querid@ lector, como para perder u olvidar toda moral, siendo todo por y para esa persona? El amor (decía ella, dramática, sabiendo que estaba a soltar perlitas profundas) es su propia moral. Acabábamos por reírnos, la verdadera seriedad es cómica, y guardábamos silencio monacal, escultural, no sepulcral. Siempre es lo mismo: la necesidad de ser querid@, la necesidad de ser desead@, de ser necesari@. He comitido pecados que considero imperdonables; ella todavía me perdona. Yo todavía necesito amor. ¿Cuál es el motivo ulterior de cualquier cosa? Nada, las personas están ahí para ser desenvueltas. Esa es la intimidad que quiero. Quiero follarme tu tristeza, tu núcleo, las entrañas que te asusta mostrar a cualquiera... Nunca bebo, pero esta noche estoy borracha. Te cuento esta historia porque sé que eres la única persona que no me juzgará. No sé si digo la verdad. Soy una chica de ciudad: el cemento es mi tierra, los parquímetros y los edificios se elevan y ansían alcanzar el cielo tan naturalmente como las flores.
No deja de ser un buen ejemplo por no tratarse de mis palabras, pues considero que citar, como parafrasear —y hasta traducir, en algunos casos—, es un arte más, que requiere de cierto talento, inteligencia, cultura, sensibilidad... Mostrar aquí y ahora algo 100% mío, sin que nadie me lo pida, y encima algo pasado..., sería tan fatuo, forzado y vulgar...
Extracto de Satam Alive :
Fuera, lejos de la asesina inocencia del océano, del viejo océano de olas de cristal; dentro, cerca de luceros degollados desangrando oro en el mar, la mar, los mares. Y así, eterno retorno de lo idéntico, nosotras, ella y yo: no nadamos dos veces en las mismas aguas, pero yo fui eclipsado por ella, éramos imparables. Somos siempre Heráclito viéndose reflejado en el río y pensando que el río no es el río porque ha cambiado las aguas, y pensando que él no es Heráclito porque él ha sido otras personas entre la última vez que vio el río y esta. Este momento durará para siempre, nos susurrábamos al oído sin susurrar nada (¿qué se dicen dos corazones que se aman? Nada), dos corazones rotos pegados por el otro. Habíamos lamido la sangre de las enemigas de cada una. Este momento tenía que ocurrir. «Déjame absorber tu pasado», «Juntas, invencibles», «Por fin un final feliz», «El final de todos los finales, y feliz», «Hoy es una pregunta que nunca querré abandonar», «Hoy es una exclamación que nunca querré abandonar», algunas de las tantas cosas que nos decíamos, en la cama, en la bañera, sobre la toalla en la piscina, sobre la toalla en la playa, sobre la toalla en la sauna… Una estrella negra y un agujero de agua. ¿Has querido alguna vez a alguien tanto, querid@ lector, como para perder u olvidar toda moral, siendo todo por y para esa persona? El amor (decía ella, dramática, sabiendo que estaba a soltar perlitas profundas) es su propia moral. Acabábamos por reírnos, la verdadera seriedad es cómica, y guardábamos silencio monacal, escultural, no sepulcral. Siempre es lo mismo: la necesidad de ser querid@, la necesidad de ser desead@, de ser necesari@. He comitido pecados que considero imperdonables; ella todavía me perdona. Yo todavía necesito amor. ¿Cuál es el motivo ulterior de cualquier cosa? Nada, las personas están ahí para ser desenvueltas. Esa es la intimidad que quiero. Quiero follarme tu tristeza, tu núcleo, las entrañas que te asusta mostrar a cualquiera... Nunca bebo, pero esta noche estoy borracha. Te cuento esta historia porque sé que eres la única persona que no me juzgará. No sé si digo la verdad. Soy una chica de ciudad: el cemento es mi tierra, los parquímetros y los edificios se elevan y ansían alcanzar el cielo tan naturalmente como las flores.
Published on November 12, 2025 15:06
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aira, alexandre-alphonse, alphonse, césar-aira, satam-alive, sui-generis, suigeneris
Idea para un cuento artístico-ajedrecístico 𓀬
Creo (puedo equivocarme) que escribo mejor que antes. Me temo que estoy en la posición que tan bien resumió Felisberto Hernández cuando dijo: «Escribo cada vez mejor, lástima que me vaya cada vez peor». No sé si no preferiría ser como esos escritores importantes que pueden decir con justicia: «Escribo cada vez peor, por suerte cada vez me va mejor», y son ricos, famosos y felices.
(César Aira)
Idea para un cuento que ojalá escribiese Aira (ave, Caesar!). Como mínimo, podré usar esa respuesta suya en una entrevista como encabezamiento.
Siento la necesidad imperiosa de que exista un ensayo breve o relato breve sobre lo que expondré.
Primero, decir que lo más maravilloso del ajedrez es el sistema de ELO: si eres bueno, da igual todo: edad, nacionalidad, ubicación, sexo, etcétera; no hay enchufes, no hay suerte, no hay ajedrecistas de mierda viviendo de ello y grandes maestros en casa mirando el techo o repartiendo pizzas por unos euros (todo lo más, youtubers ganando más dinero que muchos grandes maestros, pero no engañan a nadie, nadie duda quién es mejor, de ahí los puntos de cada uno, el ELO FIDE). Este ELO FIDE, encima, se subdivide en 3 categorías: ajedrez blitz, rápido y clásico (como si en literatura se separase la calidad de uno por tipo de obra [poema, cuento, novela] y/o duración-longitud [10 páginas, 100, 1000...].
¿A dónde quiero llegar con todo esto? Ahora sí: fantaseo con un mundo donde un día nos despertásemos y, al lado de los nombres de autores que vemos en librerías, apareciese su ELO de artista (y el ELO de los que no aparecen en las librerías pero se autopublican [Lautréamont, Rimbaud, William Blake... en su época] o no publican [Pessoa]), y viésemos que l@s artistas premiad@s, más o menos adinerad@s y afamad@s, no llegan en muchos casos ni a unos mediocres 1500 puntos, con candidatos a maestro, maestros FIDE, maestros internacionales y grandes maestros en su puto anónimato autopublicándose o no publicando en absoluto.
Con eso fantaseo, sí.
Eso quiero ver en un ensayo breve o relato de ficción, sí, claro, coño, joder, hostia puta, ¡cómo no!, ¡como para no!
(César Aira)
Idea para un cuento que ojalá escribiese Aira (ave, Caesar!). Como mínimo, podré usar esa respuesta suya en una entrevista como encabezamiento.
Siento la necesidad imperiosa de que exista un ensayo breve o relato breve sobre lo que expondré.
Primero, decir que lo más maravilloso del ajedrez es el sistema de ELO: si eres bueno, da igual todo: edad, nacionalidad, ubicación, sexo, etcétera; no hay enchufes, no hay suerte, no hay ajedrecistas de mierda viviendo de ello y grandes maestros en casa mirando el techo o repartiendo pizzas por unos euros (todo lo más, youtubers ganando más dinero que muchos grandes maestros, pero no engañan a nadie, nadie duda quién es mejor, de ahí los puntos de cada uno, el ELO FIDE). Este ELO FIDE, encima, se subdivide en 3 categorías: ajedrez blitz, rápido y clásico (como si en literatura se separase la calidad de uno por tipo de obra [poema, cuento, novela] y/o duración-longitud [10 páginas, 100, 1000...].
¿A dónde quiero llegar con todo esto? Ahora sí: fantaseo con un mundo donde un día nos despertásemos y, al lado de los nombres de autores que vemos en librerías, apareciese su ELO de artista (y el ELO de los que no aparecen en las librerías pero se autopublican [Lautréamont, Rimbaud, William Blake... en su época] o no publican [Pessoa]), y viésemos que l@s artistas premiad@s, más o menos adinerad@s y afamad@s, no llegan en muchos casos ni a unos mediocres 1500 puntos, con candidatos a maestro, maestros FIDE, maestros internacionales y grandes maestros en su puto anónimato autopublicándose o no publicando en absoluto.
Con eso fantaseo, sí.
Eso quiero ver en un ensayo breve o relato de ficción, sí, claro, coño, joder, hostia puta, ¡cómo no!, ¡como para no!
Published on November 13, 2025 04:03
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